Olimpíadas. El programa de Matématica de Casavalle reúne cada año a más escolares y maestros de todo Montevideo. Los campeones también ganan después a nivel nacional y fuera de fronteras.
En Casavalle funciona un centro de educación privado que ya demostró el poder de la cultura para incidir en zonas carenciadas, con programas de enseñanza de alcance social, como las Olimpíadas de Matemática, extendidas a escuelas públicas.
Avanzando por avenida San Martín, después de pasar por los palomares de Aparicio Saravia y cruzar la calle Domingo Arena, una cuadra antes de la vía ferroviaria, a la derecha, un cartel anuncia las instalaciones del Centro Educativo Los Pinos.
A fines del siglo pasado allí había un terreno privado que sin embargo era usado como vertedero de basura. Hoy existe un estupendo complejo al que se accede después de andar junto a dos canchas de fútbol que la institución, de origen católico, mantiene abiertas para el uso de la comunidad vecina.
En 1998 sólo había una casa habitada por los cuidadores del terreno. En 2000 se construyeron los primeros salones. En 2002, con donación del gobierno alemán, un edificio de dos plantas, cada una de 400 metros cuadrados. En 2005 quedó inaugurada en el ala derecha una sobria capilla, en donde se realiza una sesión de catequesis, una vez a la semana, sin que esté impuesto concurrir, puesto que no es requisito ser católico para ingresar como estudiante o funcionario.
Entre los programas que se llevan adelante en Los Pinos, organización no gubernamental promovida por el Opus Dei, durante la tarde hay un Club de Niños, que asisten a la escuela o el liceo por la mañana.
En varios de los salones, realizan los deberes, reciben clases de informática, practican deportes o participan en talleres de guitarra o teatro, a lo largo de cuatro horas y media diarias.
Por las mañanas funciona otro programa, llamado Projoven, en convenio con el Ministerio de Trabajo, y desplegado en contacto con la Junta Nacional de Empleo y el INJU. Está destinado a muchachos de 18 a 29 años que no han terminado su ciclo de estudios y deben salir al mercado laboral.
A ellos, que residen desde Casavalle hasta Piedras Blancas, se los capacita durante cuatro o cinco meses y se intenta insertarlos en industrias que operan en el área de influencia, que no son pocas, y van desde la producción alimenticia hasta la química.
El predio, que comprende 7 hectáreas y en su fondo presenta una especie de parque-plaza arbolado con algunas especies nativas y equipado con diversos juegos de gimnasia, está rodeado por unos cuantos asentamientos, como el 1° de Mayo o Tres Palmas, cuyos pobladores han convenido en los hechos una convivencia ejemplar, reconociendo su pertenencia a los programas de Los Pinos, y valorando toda la infraestructura que esta ONG pone a su disposición. Por año, dicen las estadísticas, no se ha robado allí, más que una bicicleta.
LAS OLIMPÍADAS. Desde el 2006, en Los Pinos se implementó el plan
Olimpíadas de Matemática de Casavalle, cuyo objetivo es despertar el gusto por la disciplina, primero a partir del juego, pero después proponiendo mayores niveles de exigencia, que llegan a demandar los propios niños.
– Profesor Bentancor: ¿Matemática o matemáticas?
Es bien interesante la cosa. Según la Real Academia Española, a partir del año pasado, lo correcto es decir en singular: matemática. En nuestro propio logo se ve de las dos maneras, porque hemos tenido que realizar la variante.
– ¿Cómo empezó la historia de las Olimpíadas?
Yo trabajo acá desde el 2002; vine como profesor para dar apoyo liceal.
Tenía contactos con las olimpíadas desarrolladas a nivel nacional, fui jurado a nivel internacional también. Entonces propuse la posibilidad de extender una red que nos vinculara con las escuelas públicas de la zona.
Al comienzo participaron 9 escuelas y 180 niños. Este año llegamos a contar con 95 escuelas y casi 14.000 niños, y 557 maestros. Siempre trabajé con adolescentes pero desde hace siete años que lo hacemos con niños. Me he venido especializando, pero en problemas que son de la olimpíada y no curriculares. Hay que tener en esto gran capacidad para relacionarse, para trabajar con el otro.
– El programa Projoven va destinado a gente de los barrios cercanos, pero el de las Olimpíadas se ha extendido mucho. ¿A cuántos barrios?
A 31 barrios de Montevideo; llegamos hasta el Cerro y este año, hasta Playa Pascual. Y también hacia el este, a la escuela 175, antes de salir al puente, por Avenida Italia, cerca de un asentamiento importante.
– ¿Cómo llegan los escolares a integrarse?
Por ser una ONG, la institución permanece cerrada sólo 20 días. Empezamos a planificar el calendario en febrero, tenemos circuitos. Por ejemplo el de Sayago, con 8 escuelas. Otro en el Centro, con 15 escuelas, algunas de la Aguada. Otros en Camino Carrasco, en camino Maldonado. Y el más grande, que es el de esta zona de Casavalle, con 40 escuelas. Con un equipo de seis compañeros damos un taller en todas las escuelas, en marzo y abril. A cada circuito vamos tres veces, una por grado: 4°, 5° y 6°. Por circuito se suma a unos doscientos niños, que deben ayudar a multiplicar la actividad en sus clases. De pronto no son los mejores en matemática, pero sí como comunicadores, motivadores. En otros países, como México, se hace online, pero no me parece productivo.
– ¿Por qué?
Lo presencial es lo mejor. Para los niños de acá, viajar quince cuadras en ómnibus ya les resulta una formidable apertura de cabeza, porque no suelen salir de su barrio.
– ¿Se sabe de qué barrios proceden los niños que llegan a las finales?
Sí, tratamos de que lleguen de todas las escuelas, aunque no existe un propósito de establecer un ranking.
La competencia en matemática es también un plan de orden social.
Más de 2.000 personas estuvieron en la entrega de premios de las Olimpíadas de Casavalle, realizada el pasado martes en el recién inaugurado gimnasio de Los Pinos. Fueron 670 los niños que recibieron diplomas de finalistas, menciones de honor o medallas de bronce, plata y oro. Entre las escuelas más premiadas estuvieron la 250 de Parque Posadas, la 136 de Aires Puros, la 36 de la calle Millán y la 52 de Sayago. Por mayo, después del trabajo en las aulas, los niños que promueven los maestros, con fortalezas en matemática, avanzan a una instancia que se realiza en instalaciones de Los Pinos. En 2012, enfrentaron actividades individuales 1.800 niños, 600 por grado (4°,5° y 6°). La institución organizadora contrató, como en cada año, los ómnibus para todos los traslados. Primaria apoya la Olimpíada en forma creciente, aconsejando a los maestros para que participen. Pero no económicamente. Los recursos provienen de distintos auspiciantes. Los triunfadores han comenzado a tener éxito también en las Olimpíadas de carácter nacional, que son muy competitivas en términos académicos. Se preparan desde julio a octubre, en catorce talleres. En 2011 se presentaron 50 niños y 34 llegaron a las finales de todo el país. Se obtuvo oro y plata en 4°, 5° y 6° año, y también en 1° de liceo. Asimismo, de las Olimpíadas de Casavalle salió Micaela Martínez, una adolescente que hoy cursa 5° año científico de Secundaria y clasificó para la Olimpíada del Cono Sur, a disputarse en Perú. También fue oro en Córdoba, en 2008.
Fuente: www.opusdei.org.uy
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