Recibimos y Publicamos.
El secretario de Presidencia Alberto Breccia dijo a la prensa que fumó marihuana y que tuvo una “experiencia satisfactoria”. “(Sentí) paz, tranquilidad y alegría”, expresó, pero añadió que no tuvo interés en repetir la experiencia. Infelices declaraciones de un mandatario que además afirma: “Para conocer sobre un determinado tema hay que experimentarlo. No todos, pero hay temas que sí”.
Fuente: 180.com.uy
No comparto ninguna de las afirmaciones. Para conocer sobre un tema por sobre todas las cosas es muy recomendable, además de fumarse un faso (parafraseando al secretario de la Presidencia), interiorizarse del tema y saber un poquito de lo que ocasiona el consumo de la marihuana; fumar porros se está banalizando en el país, sobre todo entre los jóvenes, debido a la falta de percepción que se tiene del riesgo que esto ocasiona.
Desde la comunidad médica, en concreto desde la Psiquiatría, llevan tiempo advirtiendo de los riesgos que esta práctica conlleva:
“El cannabis actúa en el Sistema Nervioso Central interfiriendo con los sistemas de comunicación neuronales. El efecto de esta droga es especialmente importante en los cerebros inmaduros, lo que incrementa el riesgo de desarrollar psicosis”, explica la doctora Ana González-Pinto, presidenta de la SVNP.
Las psicosis son un grupo amplio de enfermedades que se caracterizan por la presencia de ideas delirantes y alucinaciones, y que se acompaña de importantes dificultades para la vida diaria. Se trata de una patología que tiene una prevalencia de entre un 2% y 4% entre la población.
No es un dato para que pase desapercibido. «El consumo de cannabis multiplica el riesgo de padecer la enfermedad de esquizofrenia. El consumo de esta droga explica el 50% de los casos». Benedicto Crespo, profesor titular de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cantabria y director del Programa Asistencial de Fases Iniciales de Psicosis (Pagip), lamenta la permisividad con que las autoridades, especialmente las sanitarias, dejan vía libre al consumo ‘terapéutico’ del cannabis.
Queremos que los jóvenes se integren a la sociedad y los incursionamos en la droga, suena -por decirlo de alguna forma delicada- contradictorio, molesta mucho esta medida simplista sin haber hecho antes otras cosas: actuar sobre los colectivos de la sociedad, en las plazas de deportes, el baby-fútbol, el mini básquet, el ciclismo, etc…
Un ejemplo concreto
Deben de haber políticas de estado que hagan que esos chicos se integren a esos clubes barriales, como jueces, técnicos, líderes para las actividades del club o del barrio, etc., mil tareas que hoy ejecutan los padres con tiempo; sumado a que podemos integrar a la tercera edad, a los abuelos, los tíos, los amigos, los vecinos, para que se sientan útiles en esos clubes que solo abren sus puertas al público de 18:00 a 21:00 de lunes a viernes los días de práctica o los días de competencia.
Aprovechemos esas instalaciones para que se integre el barrio alrededor de una pelota, no es necesario inventar que se junte la gente, ella hace años que lo hace, actuemos sobre esas masas, con educadores, sociólogos, psicólogos, médicos, deportólogos, nutricionistas, etc., para brindarles a los actores locales herramientas para ejecutar mejor la tarea.
Estos profesionales también pueden actuar sobre los mayores que están alrededor de estos niños, educando en hábitos saludables, actividad física, bajando línea directa de los objetivos planeados, este es sólo un ejemplo de lo que no se ha hecho, basado en el fútbol, pero que puede ser transpolado al ciclismo, el básquet, el vóley, el patín, el boxeo, etc., un ministerio de Deporte que se dedique a su gente los 365 días del año y en todo el territorio.
Un Ministerio de Actividad Física, preocupado por la salud mental y corporal de su gente y no un ministerio que sólo hace actividad física 90 días al año en verano, de Av. Italia a la costa, que cree que saliendo a correr por la rambla y juntando mucha gente tras la promoción de alguna agua bendita, está su tarea cumplida; un ministerio que reflote las viejas Plazas de Deportes para que se llenen de jóvenes de día y no de noche a pegarse un porro o a alcoholizarse hasta que salga el sol.
Pero lo que más me molesta de las declaraciones de Alberto Breccia es que dice lo mismo que dicen los jóvenes cuando uno les consulta, ¿Por qué te fumas un porro?
Los jóvenes dicen: “me siento bien, me alejo de los problemas, de la realidad, me siento alegre, me siento en paz”, las mismas afirmaciones del secretario de la Presidencia, la gran diferencia es que cuando termina el efecto de la marihuana, la realidad es muy distinta para unos y para otro, los jóvenes vuelven a su realidad de falta de oportunidades y el Sr. Alberto Breccia sólo fumó un porro por diversión, la realidad que lo espera es mucho mejor que las alucinaciones de la maruja.
¡Qué bueno sería abrir menos la boca y trabajar más!
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