Compartimos el Comunicado de la Agrupación 810 319 7987 de AEBU.
Al sindicato se lo defiende y reconstruye actuando con Independencia de Clase y Democracia Sindical
La declaración emitida por mayoría por el Consejo Central de AEBU pretende tapar el sol con la mano.
La crisis que vive nuestro sindicato, así como el conjunto del movimiento sindical, obedece a la subordinación al gobierno, abandonando las mejores tradiciones de Independencia de Clase. Al gobierno del Frente Amplio se le aceptan medidas privatizadoras (Ley de PPP, pasaje de AFE al derecho privado, mantenimiento de las Afaps) y quita de derechos a los trabajadores (como sucedió en el reciente convenio de la banca oficial), que si se hubieran producido bajo gobiernos de la derecha hubieran generado una intensa movilización popular.
El apoyo dado por la mayoría sindical al IRPF (maquillaje al impuesto a los sueldos), que implicó una rebaja salarial a los trabajadores y una quita de impuestos a los banqueros que obtuvieron ganancias millonarias en los últimos años, es otra expresión de esta orientación de subordinación al gobierno.
El conflicto de la banca oficial demostró que esa política oficialista es incompatible con la defensa de las conquistas. También es incompatible con la democracia sindical, como se expresó en el desconocimiento sistemático por parte de la dirección mayoritaria a los pronunciamientos de cinco asambleas generales. La reciente decisión del Consejo de Banca Oficial de excluir a la 8103197987 de las negociaciones por el convenio colectivo, son una nueva expresión de la violación de la democracia sindical y del autoritarismo de los dirigentes pro-gobierno.
Nuestra Agrupación impulsó consecuentemente en todas las asambleas el principio de que las conquistas se defienden en forma irrestricta, no se negocian ni se entregan. Impulsamos la desafiliación de Fernando Calloia y demás directores de los bancos que siguen siendo afiliados a AEBU y son protegidos por la mayoría oficialista. Mocionamos y se aprobó por mayoría aplastante la censura al Presidente y Secretario general del sindicato, que salieron en forma pública a atacar al conflicto de la banca oficial y a defender a Calloia y al gobierno.
Todo el accionar de la mayoría oficialista generó una gran indignación entre los afiliados de la banca oficial.
Todo esto pretende ser ocultado por la declaración del Consejo Central, que quiere hacer creer a los compañeros que todas las críticas que se realizaron a los dirigentes son el resultado de un plan malévolo de un puñado de conspiradores que quería llevar de las narices a los trabajadores para formar un sindicato paralelo.
Nosotros no nos escondemos ni ocultamos, hemos hecho todas las críticas a cara descubierta, en las asambleas y en los organismos de AEBU, y las seguiremos haciendo.
La existencia de críticas y polémicas es inherente al movimiento sindical. Pretender anularlas es una expresión de autoritarismo. Siempre existió y existirá lucha de opiniones y de tendencias. Nosotros somos continuadores y herederos de la Tendencia Clasista que en las vísperas de la dictadura y durante la huelga general se opuso a la política de alianzas con los ‘militares progresistas’ (Comunicados 4 y 7 de las FF.AA.) que defendía la mayoría de la CNT de aquella época. Una orientación que desarmó políticamente al movimiento obrero, sembrando confusiones y expectativas en un ala de los mandos militares supuestamente ‘nacionalista’. La actual mayoría de AEBU es heredera justamente de quienes propugnaban una política de conciliación de clases y que buscaban un acuerdo con una fracción de las FF.AA. Esa política favoreció la derrota popular del año 1973 y la consolidación de la dictadura. Dictadura contra la cual luchamos nosotros, junto al conjunto de los sectores populares.
Seguimos levantando las banderas históricas de cambio social, como la estatización de la banca, la eliminación del secreto bancario, contra el pago de la deuda externa, contra el lucro y la usura por parte de los banqueros, la defensa del BHU para la construcción de viviendas populares, del monopolio de Accidentes del Trabajo del BSE, y crédito verdaderamente social con tasas preferenciales para los trabajadores.
Luchamos contra el método de una dirección que durante 14 años no realiza asambleas en la banca privada, y 10 años en el sindicato todo. Una dirección que en 2002 participó junto al gobierno de Batlle en la reconstrucción del sistema privado a costa del dinero de los trabajadores del Uruguay –gastando 250 millones de dólares en el B. Comercial; 150 millones en el BdC; y otro tanto en el Montevideo, etc. Que en febrero de 2002 realizó un paro para generar un ‘feriado bancario’ en el B. de Galicia para salvar a los banqueros. Que inauguró las delegaciones al FMI, vínculo que mantienen hasta la actualidad, a modo ‘consultivo’.
Una dirección que permite –y en algunos casos promueve– las privatizaciones en la banca oficial. Como la última más connotada a manos de Prosegur, y antes la de Microfinanzas en el BROU. Así como también la mayoría de las informáticas en los bancos, abriendo el sistema de datos a manos privadas. Que a su vez dejó liquidar el Banco Hipotecario reduciéndolo a una mínima expresión.
Una dirección que ha negado una y otra vez la información que hemos reclamado sobre los gastos de los dirigentes sindicales, así como un balance del fondo de conflicto, y todo el manejo financiero de AEBU.
Dirigentes que mientras permiten que sigan afiliados Calloia, Polgar, Bergara, Castro, Salveraglio y demás Directores y Gerentes, la emprenden contra compañeros que cometen errores fruto del desgaste y el descreimiento que provocan ellos mismos.
La experiencia de la banca oficial, con sus cinco asambleas masivas enfrentando y derrotando una y otra vez esa estrategia mayoritaria, nos muestra que es posible cambiar el sindicato. Las conquistas que logramos obtener en el convenio (escala salarial para los nuevos, 14to. Sueldo, Salario Vacacional, AMI del BROU) son el fruto de la rebeldía de esas asambleas, que rechazaron en diciembre el chantaje de los dirigentes que promovían la impotencia y la desmoralización, pregonando que no se podía luchar más y que había que aceptar el ultimátum del gobierno.
No se puede desconocer la contradicción entre la base del sindicato y la dirección oficialista, y esta es la principal discrepancia que tenemos con quienes se desafiliaron y con aquellos que quieren construir otro sindicato. Es falso que el sindicato sea amarillo u oficialista, esa es la orientación de la actual mayoría de la dirección, no del conjunto de los compañeros. Porque creemos que el conjunto de los trabajadores puede recuperar el sindicato, como lo demostró durante casi dos años en las asambleas y pese a los dirigentes, no bajaremos los brazos y seguiremos dando la lucha por un movimiento sindical con independencia de clase y democracia sindical. Reconstruyendo el sindicato desde la base, con asambleas por secciones y edificio, juntas de delegados, y la reivindicación del método de la asamblea general como órgano soberano de decisión.
Montevideo, 27 de junio de 2012
Agrupación 810 319 7987
Aebu-pit-cnt.