El día viernes 27 de abril UPM, a través de Forestal Oriental inauguró un nuevo vivero en la localidad de Guichón, Paysandú.
La inauguración contó con la presencia del presidente dela República, José Mujica: el prosecretario dela Presidencia, Diego Cánepa; el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre; el ministro de Transporte y Obras Públicas, Enrique Pintado; el ministro de Industria, Energía y Minería, Ernesto Kreimerman, el intendente de Paysandú, Bertil Bentos y otras varias autoridades nacionales y departamentales.
UPM/Forestal Oriental ya posee el vivero “San Francisco” que toma el nombre del arroyo ubicado a8 kilómetrosde la ciudad de Paysandú que produce 20 millones de plantines al año. El nuevo vivero está ubicado en las cercanías de Guichón junto al arroyo Santana del cual también toma su nombre y produciría 22 millones de plantines al año. Es interesante mencionar que ambos viveros se instalan a las orillas de dos arroyos. Los dos viveros proveerán la materia prima a la planta de celulosa de UPM en Fray Bentos.
¿Que significará este nuevo vivero para el país? Primero que nada si los plantines que se producirán serán más del doble, las plantaciones de monocultivos de eucaliptus también lo serán, acompañados con los impactos ambientales tanto en el agua como en el suelo, provocado por el paquete de agrotóxicos utilizados en los viveros y posteriormente en las plantaciones.
Por otro lado los impactos de las propias plantaciones en relación al agua, tendremos más pozos y cañadas secas y más poblaciones que se verán afectadas como ya se ha constatado en diferentes puntos del país.
Trabajo generado en viveros
En agosto del 2007 el Grupo Guayubira, Rel UITA y RAPAL Uruguay, se publicó una investigación sobre “Condiciones laborales y uso de agrotóxicos en dos viveros forestales” donde uno de ellos fue el San Francisco, perteneciente a Forestal Oriental. En el trabajo de investigación se constató que:
– Los trabajos son tercerizados y que el sistema de subcontratación adoptado resulta perjudicial para los intereses de los trabajadores. Por un lado, porque los divide y por otro lado porque condena a los contratados a la inamovilidad funcional (serán siempre “peones comunes”), a la zafralidad y a la inseguridad laboral. Por más años que trabajen o especialidad que desarrollen en su trabajo nunca lograrán subir de escalafón.
– En cuanto a la generación de empleos femeninos, sobre el que tanto se insiste, un porcentaje importante de mujeres, siempre ha trabajado fuera del hogar y que en los viveros la mayoría solo puede desempeñarse como “peones comunes”, pese a realizar tareas especializadas tales como la clonación de eucaliptos.
– En materia salarial, si bien la remuneración es algo superior a la de otros empleos disponibles a nivel local, ello no significa que los salarios sean buenos, puesto que, según los/as trabajadores/as, apenas dan “para sobrevivir” y deben estar largas horas fuera del hogar. En el caso de la mujer esta situación se ve aun más agravada, ya que en general es ella la que además de estar largas horas fuera del hogar (entre 10 y 12 horas) llega a casa a cuidar los hijos y a ocuparse de las tareas de la casa.
– En relación a la salud, los trabajadores sufren de alergias en la piel, ojos e hipertensión. Las mujeres embarazadas se ven forzadas a salir de licencia pre-natal entre los 4 y 6 meses de embarazo, ya que ninguna ha podido seguir trabajando hasta los 7 meses y medio de embarazo, que es el plazo considerado normal, por trabajar en condiciones poco aptas: temperaturas que pueden llegar arriba de 40 grados y/o estar sentadas o paradas durante largas horas. Tales condiciones les imposibilitan seguir trabajando hasta los 7 meses y medio de embarazo.
– La aplicación de agrotóxicos en los viveros (en particular de fungicidas) se realiza en forma casi permanente, dada la importancia que tiene para la producción de clones las condiciones sanitarias del invernáculo. La vida media de estas sustancias varía enormemente, pudiendo permanecer en el ambiente por un corto tiempo o alcanzar una persistencia de meses. Esto significa que los trabajadores están permanentemente expuestos a los efectos asociados a la toxicidad de los productos aplicados, y que los efectos residuales de los mismos se van acumulando. Aunque estas sustancias sean aplicadas en horas en que los trabajadores no se encuentran en los viveros, esta medida solo evita los efectos de la exposición directa, pero no los efectos de la exposición a las sustancias con alta persistencia acumuladas en el ambiente de trabajo.
La producción de los plantines es el comienzo de la cadena productiva forestal/celulósica, que se inicia en el vivero con un uso masivo de agrotóxicos, continúa en las plantaciones con un paquete de herbicidas y hormiguicidas, y termina con la aplicación de herbicidas para exterminar el tocón que queda después de ser cortado el árbol.
La generación de una centena de puestos de trabajo en este nuevo vivero, acosta de mas contaminación en el suelo, agua y las poblaciones cercanas a las plantaciones, campos agrícolas y ganaderos destinados a monocultivos de árboles y a trabajos ofrecidos en las condiciones mencionadas anteriormente, no se condice con el país productivo prometido.
Grupo Guayubira – RAPAL Uruguay.