Compartimos la opinión del senador Enrique Rubio (Frente Amplio) sobre la actual situación de la seguridad pública.
“De Enrique Rubio a la opinión pública:
Manifestamos nuestra solidaridad total con los ciudadanos que exponen su vida a diario y que se ven enfrentados a un tipo de delito que desprecia la vida humana.
Expresamos también, nuestro rechazo al intento que hace la derecha de sacar rédito político de una realidad que nos lastima a todos, independientemente de a que partido político se pertenezca.
Asumimos nuestro compromiso de trabajar en forma urgente, desde el Senado y desde el Frente Amplio para adoptar medidas que reduzcan el daño indiscriminado que sufren los ciudadanos de nuestro país por parte de una minoría de delincuentes, sin código alguno, que son merecedores de una respuesta institucional enérgica.
Todo lo cual supone encaminarnos hacia lo siguiente:
Los delitos violentos, como la rapiña y el homicidio, deben ser castigados severa y adecuadamente, cualquiera sea la edad de su autor, evitando que a los pocos meses se reitere la conducta delictiva. No se tolerarán mas fugas del sistema sin que se asuman las responsabilidades políticas del caso. Hay que revisar la duración de las condenas y/o preventivas tanto del régimen penal para adultos como el de menores para delitos de extrema violencia. Combate frontal a la tenencia irregular de armas. Disposición a considerar el tema de los allanamientos nocturnos cuando hay flagrancia en el delito (bocas de pasta base, violencia doméstica) El sistema tiene que rehabilitar, pero mientras no rehabilita, debemos dar respuesta a lo que la realidad nos marca todos los días.
Guerra frontal a la pasta base. Fuerte presencia policial con tecnología en las fronteras para minimizar al extremo el ingreso de droga del exterior. Tratamiento penal diferenciado a quien suministre o trafique pasta base dentro del territorio nacional. Aumento significativo de la capacidad asistencial del Portal Amarillo. Las bocas de pasta base no pueden tener un tratamiento como si fueran hogares, cuando en realidad son comercios que lucran con la miseria humana reproduciendo pobreza y delincuencia.
También hay tareas de largo aliento que son las que dan sustento genuino a los cambios de valores y culturales que queremos alcanzar. Estamos empeñados en la recuperación del tejido social que fue una marca distintiva del Uruguay, sin guettos excluyentes entre pobres y ricos. Cultivar la tolerancia, llegar a otra manera de dirimir los conflictos (incluídos principalmente los intrafamiliares).
Estamos ante una exacerbación del consumo y del poseer como sinónimo de éxito en la vida, donde debo “destruir” al otro para llegar yo. Es aquí donde los medios de comunicación tienen un rol para cumplir, la construcción de coordenadas más humanas donde encontrarnos.
Apuntamos al compromiso de la sociedad organizada en la recuperación de los valores de convivencia ciudadana, a recobrar nuestros espacios comunes”.