Nuevo informe destaca el potencial para mayor comercio, inversión y cooperación entre las dos regiones

El fuerte crecimiento del comercio y las inversiones entre América Latina y el Caribe y el Asia Pacífico ha transformado a las dos regiones en poderosos motores para la economía mundial, con comercio bilateral alcanzando US$442 millones el año pasado. Un nuevo estudio señala que ha llegado la hora de profundizar esa relación para asegurar el crecimiento y la prosperidad futura.

El informe titulado “Estructurando el futuro de la relación entre Asia y América Latina y el Caribe” (sólo en inglés) fue redactado por investigadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del ADB Institute, del Banco Asiático de Desarrollo (BAD). El trabajo fue divulgado conjuntamente el 5 de mayo enla Reunión Anualdel BAD en Manila.

El comercio entre América Latina y Asia ha sido marcado por un patrón de materias primas-por-manufacturas. Aunque ese patrón seguirá en el futuro, el estudio hace recomendaciones específicas para que ambas regiones puedan sacar un mayor provecho de esa realidad. Por ejemplo, Asia le puede mostrar a América Latina y el Caribe cómo invertir mejor en el capital humano, en la investigación y la innovación. América Latina, a su vez, puede mostrar el camino a Asia en cómo manejar un acelerado ritmo de urbanización, el diseño de políticas sociales y el desarrollo agrícola. Y los gobiernos en ambos lados del Pacífico pueden trabajar unidos para disminuir las barreras al comercio, y aumentar el alcance de los acuerdos de libre comercio.

El presidente del BID, Luis Alberto Moreno, asistió ala Reunión Anualdel BAD por primera vez, demostrando la importancia creciente de las relaciones económicas entre las dos regiones. En marzo, el presidente del BAD Haruhiko Kuroda asistió ala Reunión Anualdel BID en Montevideo.

El comercio entre Asia y América Latina y el Caribe (ALC) alcanzó US$442.000 millones el año pasado, creciendo a una tasa anual del 20,5 por ciento en los últimos 12 años. Asia hoy contribuye con un 21 por ciento del comercio internacional de ALC y está rápidamente acortando distancias con Estados Unidos, que aportó un 34 por ciento. A lo largo de la última década, la contribución de ALC al comercio internacional de Asia se ha duplicado, aunque sigue estando en un nivel bajo de 4,4 por ciento.

El informe señala que el comercio ha crecido rigurosamente desde 2000, fomentado por la demanda de Asia por minerales y alimentos que se encuentran de manera abundante en ALC, y por las importaciones de bienes manufacturados asiáticos por parte de América Latina. A pesar que ambos se benefician de esta dinámica, este patrón de comercio ha causado una cierta incomodidad en ALC, por los riesgos que conlleva una excesiva especialización en materias primas básicas.

No obstante, como dice el co-autor del informe y economista del Sector de Integración y Comercio del BID, Mauricio Moreira Mesquita, “la severidad de la falta de recursos en Asia, así como su continua ventaja competitiva en manufacturas, sugiere que la dinámica materias primas-por-manufacturas continuará impulsando la relación comercial durante décadas. No obstante, se puede producir un escenario donde América Latina y el Caribe puede agregar sofisticación a sus exportaciones hacia el continente asiático, sacando ventajas en áreas como la biotecnología, la minería sostenible y la energía limpia”.

Concretar esta visión de una futura relación entre ambas regiones que sea más diversificada y balanceada depende de que los gobiernos tomen un rol más proactivo en reducir las barreras comerciales —que son especialmente altas para bienes agrícolas— y en aumentar las inversiones y la cooperación. En tal sentido, amplios acuerdos de libre comercio son una herramienta a disposición de los gobiernos.

Entre las dos regiones, 18 acuerdos de libre comercio han sido implementados desde 2004, y cuatro más han sido firmados. Otros ocho pactos están bajo negociación.

La otra noticia positiva es que las inversiones interregionales también están en aumento, lo que puede ayudar a los países a explotar nuevas oportunidades y aliviar algunas tensiones comerciales. Por cierto, las inversiones no se han mantenido a la par con el crecimiento del comercio, en especial en el sector de manufacturas. Y las inversiones en dicho sector están focalizadas en pocos países, principalmente China, Corea y Japón, y Brasil, Argentina y México. Además, hay pocas inversiones provenientes de América Latina hacia Asia.

Con objeto de fortalecer estas inversiones, los gobiernos deben utilizar sus agencias de promoción de inversiones para reducir los costos de acceder a la información. Se deben eliminar restricciones y simplificar reglamentos. El sector privado también ha hecho su parte al ser más agresivo en explorar mercados transpacíficos, particularmente en las economías más chicas.

El BID y el BAD también aprovecharon la reunión anual de este último, en Manila, para lanzar un acuerdo de cooperación sur-sur, cuyo objetivo es profundizar el intercambio de conocimiento sobre los desafíos del desarrollo que se presentan ante economías de rápido crecimiento. Ambas instituciones trabajarán de manera conjunta uniendo a expertos e investigadores por medio de conferencias y estudios conjuntos.

Panorama General – Estructurando el futuro de la relación entre Asia y América Latina y el Caribe

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