La Reunión de Coyuntura Económica del Servicio de Pronósticos y Análisis Económicos de CPA FERRERE contó con la participación especial del director de la consultora argentina Poliarquía, el politólogo Sergio Berensztein, quien fue invitado para disertar sobre la situación política en Argentina.
Durante su exposición, el experto se refirió a las diferencias entre el “kirchnerismo” y el “cristinismo”, como forma de entender la realidad actual del país vecino.
Al enumerar algunos puntos discrepantes entre ambas corrientes, Berensztein sostuvo que Cristina Fernández pretende construir “un capitalismo de Estado”, mientras que Néstor Kirchner aspiraba a desarrollar “un capitalismo de amigos”. “Exagerando brutalmente, se puede decir que Cristina tiene un modelo chino en la cabeza, y Néstor tenía como modelo a la Rusia de Putin”.
Según el politólogo, las visiones diferentes quedaron de manifiesto con la reciente estatización de YPF, ya que mientras Kirchner había “presionado” para que ingresara a la empresa una “familia amiga del poder”, Fernández resolvió la expropiación del 51% de la acciones de la compañía.
Además, Berensztein recalcó que la mandataria tiene una visión “anacrónica” de la economía, anclada en los años ’70, algo que también se ve reflejado en la política exterior al pretender impulsar el Movimiento de Países No Alineados. Para fundamentar esta idea, se refirió al reciente viaje oficial a Angola, y a las visitas proyectadas a Vietnam y a Azerbaijan.
Otra diferencia importante que marcó el director de Poliarquía fue la “nula experiencia ejecutiva” de Fernández con respecto a Kirchner, quien antes de ser presidente había sido intendente y gobernador, y que tenía muy claro “el concepto de caja”.
Sobre este punto, Berensztein relató que luego de las trabas comerciales impuestas en los últimos meses por el país vecino, la presidenta se “sorprendió” los primeros días de mayo cuando recibió los datos de la recaudación impositiva de abril, “porque había caído lo recaudado por IVA Importaciones”.
El politólogo también dijo que la imagen de Fernández se ha deteriorado de manera acelerada últimamente por medidas como la restricción a las importaciones y los controles en el mercado de cambio, lo que ha llevado a que crezca la percepción de que la economía se va a enfriar. “En Argentina, la idea de que hay un fin de ciclo se ha instalado”, afirmó.
En el encuentro participó además el socio de CPA FERRERE, Gabriel Oddone, quien brindó una charla titulada “¿Cómo prepararse para un escenario externo volátil y enfriado?”.
Durante su exposición, Oddone sostuvo que en comparación con la situación que enfrentaba en setiembre de 2008, cuando la quiebra de Lehman Brothers sacudió profundamente la economía mundial, Uruguay tiene menos margen para ajustar al alza el tipo de cambio ante el shock negativo externo que se derivará del desenlace de la crisis europea y de un enfriamiento de la actividad en Argentina. Esto podría afectar negativamente la competitividad del país con respecto a Brasil, su principal socio comercial.
En este sentido, el economista agregó que con la actual relación dólar/real, la “zona de confort” para la economía uruguaya sería un dólar a $ 23, algo que “no es posible” por el efecto que tendría sobre la inflación.
“Los márgenes de maniobra son menores que los que había hace cuatro años. El corazón del problema está centrado en una inflación que, impulsada por los salarios y por una economía que atraviesa un ciclo fenomenalmente alcista, ha consolidado un nivel cercano al 10%”, sostuvo el economista.
Asimismo, Oddone manifestó que previo a la quiebra de Lehman Brothers, los precios de los commodities habían registrado un fuerte crecimiento, probablemente por motivos especulativos, y esa situación no se ha verificado en los últimos tiempos. Por lo tanto, explicó, es poco probable que los valores de ese tipo de bienes se ajusten a la baja, como sí ocurrió en 2008, lo que favorecería el combate a la inflación.
Sin embargo, el socio de CPA FERRERE señaló que Uruguay cuenta con importantes fortalezas desde el punto de vista financiero para enfrentar la crisis global, como son el nivel de reservas, la relación deuda/PBI y la disminución del porcentaje de deuda pública nominada en moneda extranjera. También indicó que los vencimientos de deuda no serán un problema significativo en el mediano plazo y destacó la solidez del sistema bancario.
Oddone se refirió además a la realidad argentina, donde “la percepción del deterioro de la situación económica es más fuerte que el real debilitamiento de los fundamentos de la economía”, un elemento que puede “acelerar” el proceso de enfriamiento de la actividad en el vecino país.
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