Compartimos la columna del domingo 8 de abril del senador Pedro Bordaberry titulada “Al pelo Don Tito”.
“Don Tito era un hombre campo, de esos a la antigua, de los que se dice no hay más.
A su mirada atenta no se le escapaba nada. Ni el nido de un pájaro, ni una tranquera mal cerrada o las nubes que presagiaban la tormenta. Su fino olfato y la agudeza de su oído le permitían conocer cada secreto del campo oriental.
No le gustaba la bebida ni los que tenían afición al juego y al alcohol.
Tenía bajo sospecha a un alambrador conocido como “el paraguayo”. El hombre tenía adhesión a la caña y le costaba terminar sus trabajos, algo imperdonable para Don Tito..
Una mañana le cayó sin previo aviso a controlar una línea que el alambrador decía haber terminado. El hombre había pedido cobrar porque quería tomarse unos días de descanso y aseguraba haber finalizado el trabajo.
La portera de marco apoyada sobre uno de los postes, sin colocar, llamó la atención del ojo avizor del capataz.
“¿Cómo quedó la portera, paraguayo” preguntó.
“Al pelo, Don Tito” fue la respuesta.
Mientras afirmaba esto una ráfaga de viento hizo caer la portera pesadamente sobre el alambrador.
El ingenio popular, ese que no descansa, popularizó en Durazno el dicho “Al pelo Don Tito, dijo el paraguayo, y se le cayó encima la portera”.
Es lo que habría que decirles a las autoridades de la Educación.
“¿Cómo va el comienzo de las clases, como están los liceos y las escuelas?”.
La respuesta parece haber sido la misma:
“Al pelo”.
Tan al pelo que se tomaron diez días de vacaciones después de haber dejado sin clases a 3000 niños en las escuelas y 4000 adolescentes en los liceos.
La portera se les vino abajo pero parece que no importa.
No se recuerda un comienzo de año lectivo más caótico que el que hemos tenido en este 2012.
Miles de jóvenes y niños sin escuela y liceo, padres y docentes reclamando locales, baños o condiciones mínimas para dictar clases.
Ello mientras el Codicen devolvió el año pasado 50 millones de dólares que tenía para invertir en reparaciones y construcciones de locales educativos.
Es decir que existían los recursos para acondicionar y construir locales educativos pero por ineficiencia, ineptocracia y mala gestión no se utilizaron.
Para peor el no gasto de ese dinero vino acompañado por un pedido para distribuir el mismo entre todos los funcionarios públicos del sector.
Las explicaciones oficiales fueron una tomada de pelo. El Ministro Ehrlich adujo que los locales no estaban prontos para el comienzo de las clases porque habían empezado tarde su acondicionamiento (“a finales de Enero y no en Diciembre”).
La Senadora Topolanksy justificó que haya miles sin clases porque hay otros miles que si tienen locales en forma (“Hay más locales en condiciones que los que no lo están” afirmó con total desparpajo).
El caos de un comienzo de clases plagado de reclamos, paros y ocupaciones ofrecía sin embargo una posibilidad de ponerse al día. El asueto de la Semana Santa brindaba diez valiosos días para trabajar, acondicionar locales y recuperar el tiempo perdido por la demora en comenzar las obras en Enero.
Sino alumnos en las escuelas y liceos, se facilitaba las tareas.
Ante tantos problemas estos diez días mas que tiempo eran oro. Así lo advertimos y reclamamos antes del asueto semanal.
Pero no se escuchó el pedido.
Según informó el Codicen no se hicieron obras, no se trabajó en acondicionamiento de locales y escuelas durante la Semana Santa. Todos de vacaciones como el paraguayo alambrador.
Si preguntan como están los locales educativos se contestará:
“Al pelo Don Tito” y se nos cayó la portera encima”.
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