Médicos Sin Fronteras suspende sus actividades en los centros de detención de Misrata
Trípoli/Bruselas, 26 de enero de 2012 – Los detenidos en Misrata están siendo sometidos a torturas y privados de atención médica urgente, lo que ha llevado a la organización médico-humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) a suspender todas sus operaciones en los centros de detención de esta ciudad libia.
Los equipos de MSF empezaron a trabajar en los centros de detención de Misrata en agosto de 2011 con el fin de atender a los detenidos que habían resultado heridos durante el conflicto. Desde entonces, los médicos de la organización han visto cómo se han ido incrementando paulatinamente el número de pacientes que presentan heridas causadas por torturas inflingidas durante diversos interrogatorios realizados fuera de los centros de detención. En total, MSF ha tratado a 115 personas con heridas asociadas a estas torturas y ha reportado todos los casos a las autoridades pertinentes en Misrata. Desde principios de este mes de enero, los equipos de MSF han constatado que varios de los pacientes que habían sido previamente torturados, presentan signos de haberlo sido de nuevo en otros centros de detención a los que fueron enviados para ser interrogados.
«Algunos funcionarios de prisiones han intentado abusar del trabajo médico de MSF», afirma el director general de MSF en Bruselas, Christopher Stokes. «Nos traían a los pacientes a mitad de los interrogatorios para que les diéramos atención médica, se recuperaran y pudieran seguir torturándoles. Esto es inaceptable. Nuestro papel es prestar atención médica a los detenidos heridos de guerra o enfermos, no tratar repetidamente a los mismos pacientes entre distintas sesiones de tortura».
Los equipos médicos de MSF también recibieron la petición de asistir a pacientes dentro de los centros de interrogatorio, a lo que la organización se negó categóricamente.
El caso más alarmante sucedió el 3 de enero, cuando los médicos de MSF trataron a un grupo de 14 detenidos a su regreso de un centro de interrogatorio situado fuera de las instalaciones de detención de Misrata. A pesar de las peticiones que había hecho repetidamente la organización médico-humanitaria para que se pusieran fin a las torturas, nueve de los 14 detenidos presentaban numerosas heridas y mostraban signos evidentes de haber sido torturados.
El equipo de MSF informó al Servicio de Seguridad del Ejército Nacional, la agencia responsable de los interrogatorios, que algunos pacientes necesitaban ser transferidos a hospitales para atención urgente y especializada. Todos los detenidos menos uno se vieron de nuevo privados de atención médica esencial y fueron sometidos a nuevos interrogatorios y torturas fuera de los centros de detención.
Tras reunirse con las autoridades, MSF envió una carta oficial el 9 de enero al Consejo Militar de Misrata, al Comité de Seguridad de Misrata, al Servicio de Seguridad del Ejército Nacional y al Consejo Civil local de Misrata, exigiendo el cese inmediato de cualquier forma de maltrato a los detenidos.
«No se ha emprendido ninguna acción concreta», afirma Stokes. «En su lugar, nuestro equipo recibió cuatro nuevos casos de tortura. Por lo tanto, hemos tomado la decisión de suspender nuestras actividades médicas en los centros de detención de Misrata».
MSF empezó a trabajar en Misrata en abril de 2011, en pleno conflicto libio. En agosto la organización empezó a trabajar en los centros de detención de la ciudad, tratando a heridos de guerra, realizando intervenciones quirúrgicas y haciendo seguimiento de casos de fracturas óseas. Desde entonces, los equipos médicos de MSF han realizado 2.600 consultas, de las que 311 corresponden a casos de traumatismos violentos.
MSF seguirá con sus actividades de apoyo de salud mental en escuelas y estructuras de salud en Misrata, así como con su asistencia a 3.000 migrantes africanos, refugiados y desplazados internos en Trípoli y sus alrededores.
MSF trabaja en Libia desde el 15 de febrero de 2011. Para asegurar la independencia de su labor médica, MSF depende únicamente de donaciones privadas para financiar sus actividades en Libia y no acepta financiación alguna de gobiernos, agencias financiadotas, ni grupos políticos o militares.