En diálogo con el programa Tiempo Azul, que se emite por la señal a+v de TCC los sábados a las 07.30 hs, Gómez y Escalada hablaron de la realidad de los cañeros y de futuros planes para el desarrollo del país productivo.
Bella Unión está cambiando, o mejor dicho, el trabajo de los cañeros manuales se dignifica gracias a la tecnología que está ingresando a estos proyectos productivos, y mejora la vida cotidiana de los zafrales de caña de azúcar, de acuerdo a lo expresado por el director de ANCAP Juan Gómez en diálogo con el programa Tiempo Azul del canal a+v. Gómez afirmó que “por suerte hay otras formas de trabajar para que la gente pueda tener su sustento. En primer lugar, que tenga todo el equipamiento necesario para trabajar, desde el punto de vista de la seguridad personal. Y después, como el caso de Bella Unión, que empezamos con cosecha mecanizada, eso hace que una buena parte del trabajo se haga mucho mejor, se rinda mas, y la tarea de los trabajadores, sea mucho más liviana”.
El jerarca enfatizó que ANCAP no solo es la empresa industrial y comercial más importante del país, también es trabajo uruguayo; “nosotros queremos ubicarla como una palanca de desarrollo del país productivo. Y esto que parece una consigna, tiene que ver con eso, con la generación de trabajo genuino en el país. De alguna manera estos emprendimientos que venimos llevando adelante, en Bella Unión en primer lugar como buque insignia, es muy importante. De 16.000 habitantes, 2500 personas están directamente vinculadas con la producción de caña y de sorgo dulce, de azúcar refinada, alcohol, energía eléctrica y alimento animal. En enero en Paysandú y en Minas, empiezan las obras civiles de montaje de las dos fábricas de cemento, que las estamos reconvirtiendo a nuevo, y eso va a ser mucho trabajo. En Treinta y Tres vamos a construir una planta de cal, de 150.000 toneladas anuales, para abastecer a la empresa eléctrica brasilera, y se van construir también dos cementeras.
El mayor desafío de ANCAP es ser amigable con el medio ambiente. Para ello, esta empresa reconoce que todas las industrias son contaminantes; a partir de esta realidad, ha empezado a definir las políticas para minimizar los daños medioambientales. A tales efectos, el director Juan Gómez manifiestó que “las plantas de sulfurización son las obras más importantes que ha hecho Uruguay en los últimos años, ANCAP en este caso. La inversión fue de 340 millones de dólares…y que vamos a hacer con estas plantas? Le vamos a quitar el azufre a las naftas y al gasoil. De esta forma, el azufre que antes se emitía a la atmosfera, será recuperado en estas plantas, e ira al mercado en otra forma, mezclado con fertilizantes, para poder lograr mejor fruto de la tierra de nuestro país”.
Ricardo Escalada es un “peludo” que corta caña en forma manual y “por un tanto” para ALUR en Bella Unión, desde hace más de treinta años. Oriundo de Río Negro, la necesidad de trabajar lo llevo bien al norte en 1976, donde conoció la caña de azúcar, y a Norma Estela, madre de sus nueve hijos. Con 52 años, Ricardo ya tiene once nietos, y en la casa construida con sus propias manos, solo le quedan tres hijos “para criar”, la misma casa que empezó a construir hace veinticinco años, y recién ahora puede terminar. El cañero tiene cinco o seis meses “buenos”, donde gana entre mil y mil quinientos pesos diarios cortando y despuntando a facón, esquivando yaras y cruceras que abundan, invisibles y letales, en el mar de cañas. El resto del año vive del riego, y de la fertilización. Cuando se le pregunta que le ha dado a sus hijos con este trabajo, contesta “amor y cariño nada mas, y estudio, prácticamente nada, porque no da la plata para el estudio…” Sin embargo, este cañero asegura que volverá al corte de caña una y otra vez, si eso le asegura “agarrar un peso más”. Esos mismos pesos que hará rendir cruzando para Argentina o para Brasil, para comprar la mercadería más barata, “así nos vamos manteniendo y manipuleando la olla, vio?”.