Fundación Manantiales sigue instruyendo acerca del consumo de drogas y en esta oportunidad refiere a “Las adicciones y el trabajo”.
El consumo de drogas es una de las problemáticas sociales que crece cada vez más y se distribuye por todos los ámbitos en la vida de las personas. El trabajo no podía permanecer ajeno a esta dinámica porque, son ciudadanos los que lo conforman, personas que proyectan en su entorno laboral sus preocupaciones, sus compromisos y también su consumo de drogas, este problema no queda por fuera de la empresa sino que las traspasa, impregnando con sus peculiaridades el mundo del trabajo.
El uso de drogas sea porque tiene lugar en el horario de trabajo, o sea porque realizándose fuera del mismo impacta en la empresa, trasciende el área de lo privado para intervenir en la vida cotidiana de la empresa.
Los grandes centros de decisión internacionales están de acuerdo en la necesidad de abordar las graves repercusiones del problema de las adicciones en el mundo laboral, tanto si el origen de la dependencia se encuentra en el centro de trabajo, como si llega hasta el mismo desde fuera.
La ONU, la OIT y la OMS mantienen un criterio fuertemente crítico y de preocupación, al entender que las sociedades pagan un pesado tributo por el uso indebido de drogas, tanto en términos económicos como humanos. Porque disminuye no sólo la salud de los trabajadores, sino también la productividad, la calidad y la competitividad empresarial. En consecuencia, aumentan los accidentes y enfermedades profesionales; los costos empresariales; el absentismo; los gastos sociales y sanitarios.
El costo que representa un empleado con problemas de abuso de alcohol o drogas puede ser devastador para la empresa, porque éste será, tarde o temprano, un empleado cuyo desempeño empeorará. Y las consecuencias pueden ser enormes a causa de accidentes, pérdidas en la productividad y problemas conexos.
Las exigencias del mercado laboral, las expectativas financieras, el ritmo de vida y el nuevo contexto familiar pueden abrir camino para el consumo de alcohol y drogas como una manera de evadirse de la realidad. Esto tiene repercusión en el desempeño profesional de los trabajadores.
• Según la OIT el 70 % de personas con problemas de alcohol y el 60 % de las personas con problemas de drogas se encuentran trabajando, dejando de lado el mito que quien se droga no trabaja.
• El 70 % de los accidentes laborales son causados por personas que hicieron uso de drogas o alcohol.
• Los trabajadores con problemas de adicción implican grandes pérdidas a las empresas con problemas de: llegadas tarde, ausentismo, licencias, accidentes laborales y baja productividad.
El trabajador
Las investigaciones llevadas a cabo muestran que la mayor incidencia del uso de sustancias psicoactivas se encuentra en el grupo de 20 a 30 años de edad, coincidiendo con el auge de mayor productividad del trabajador.
Existen distintos factores de riesgo en el consumo de sustancias (condiciones de vida, factores personales y condiciones de trabajo), que desencadenan, potencian o mantienen el consumo de drogas. En el ámbito laboral, existen algunas condiciones que pueden hacer más probable una conducta de consumo, pero estas condiciones no actúan de modo aislado sino que interaccionan con otras, no existen causas únicas que determinen que una persona consuma drogas.
La relación de las condiciones de trabajo con el consumo de drogas radica en que unas condiciones medioambientales perjudiciales (temperaturas extremas, trabajo al aire libre, niveles de ruido altos), una organización de trabajo inadecuada (precariedad laboral, trabajo nocturno y a turnos, jornadas de trabajo excesivas, poca participación, tareas repetitivas o que sobrepasan cuantitativamente o cualitativamente la capacidad del trabajador, relaciones negativas o mal trato entre jefes, compañeros y subordinados, etc.), junto con las características individuales (capacidades, expectativas, experiencia), familiares y sociales del trabajador pueden ser causa de problemas de salud y hacer que se recurra al consumo de sustancias como atenuante de los efectos de unas malas condiciones de trabajo.
Esta estrategia de afrontamiento puede reducir, a corto plazo, los efectos de unas malas condiciones de trabajo, pero a la larga, pueden derivar en importantes consecuencias para la salud.
Por otra parte, las interacciones que se dan entre las condiciones de trabajo, las condiciones de vida –social y familiar- y los factores personales -grado de tolerancia y de respuesta ante situaciones, presiones-del trabajador es lo que nos puede aclarar el por qué ante similares o idénticas condiciones de trabajo, un trabajador consume y otro no.
Consumo de drogas en las empresas
Drogas % Población general * % Población laboral **
Alcohol (>50 c.c.) 5,5 12,3
Tabaco 32,8 47,3
Cannabis 8,7 8,3
Hipnosedantes 3,9 5,8
Cocaína 1,6 1,6
Drogas de síntesis 0,6 0,8
Anfetaminas 0,2 0,6
Heroína 0,1 0,1
Alucinógenos 0,2 0,4
Inhalables 0,1 0,2
Fuente:
* DGPNSD. Encuesta sobre uso de drogas, 2005-2006.
** FAD. La incidencia de las drogas en el mundo laboral, 2001.
Según los datos que se desprenden de la investigación, podemos observar que el tabaco, el alcohol y el cannabis son las drogas de mayor consumo entre los trabajadores.
El consumo de alcohol y tabaco entre la población trabajadora es marcadamente superior al realizado por la población general. Así, el 47,3% de los trabajadores fuma, frente al 32,8% de la población general. Por otra parte, 1 de cada 8 trabajadores consume alcohol en exceso (más de 50 c.c. diarios de alcohol puro en el caso de los hombres y de 30 c.c. en el caso de las mujeres), frente al 5,5% de la población general.
En definitiva, el tabaquismo y el abuso regular de alcohol constituyen los principales problemas con las drogas a los que se enfrentan las empresas.
Respecto a las drogas ilegales, su consumo es reconocido por alrededor del 8% de los trabajadores, en el caso del cannabis, y del 1,6% respecto a la cocaína.
Según los trabajadores
El 12,5% de los trabajadores consumidores de alcohol indica haber padecido algún tipo de consecuencia como resultado de su consumo (de salud, laboral, familiares, de relación, etc.). También, entre los trabajadores consumidores de otras drogas, el 15,7% reconoce haber padecido alguna consecuencia como resultado del mismo.
La inmensa mayoría de los trabajadores, el 71,9%, considera que el alcohol y las drogas ilícitas son un problema importante en el mundo del trabajo. Y justificaban esta percepción en función de las siguientes razones:
• El 34,2% conoce compañeros que beben en exceso o consumen otras drogas.
• El 40,4% considera que pueden perjudicar a la integridad y salud de los trabajadores, por ejemplo provocando accidentes laborales y enfermedades.
• Para el 29,6% pueden ser responsables de un perjuicio directo a la empresa, al relacionarse con merma de la productividad e incremento del absentismo.
• Para el 28,7%, pueden favorecer mal ambiente y conflictividad potencial, al ser causa de malas relaciones, sanciones y despidos.
Detectar un consumidor
Detectar el consumo de drogas en una persona significa identificar aquellas señales relacionadas con el mismo. Estas señales reciben el nombre de indicadores y pueden ser de dos tipos:
Indicadores indirectos: Alteraciones en el funcionamiento y la integración laboral del trabajador que pueden sugerir abuso de drogas:
Absentismo.
Deterioro del rendimiento.
Problemas de relación.
Siniestrabilidad.
Retrasos.
Salidas prematuras.
Menor calidad de ejecución.
Prolongación de descansos.
Y en general, cualquier alteración del funcionamiento psicofisiológico (memoria, reflejos, concentración, pensamiento lógico, estado de ánimo, etc.).
Indicadores directos: Reflejan de modo específico el abuso de drogas:
Detección de parámetros biológicos alterados: quienes abusan regularmente del alcohol suelen tener elevadas las transaminasas y algunos otros valores, y los análisis de sangre de los reconocimientos periódicos permiten detectarlo.
Detección de las propias drogas en analíticas de orina: cada sustancia tiene un tiempo de vida en el organismo del consumidor durante el cual resulta posible detectar su presencia.
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