En la Plaza Raúl Sendic de La Teja, en Montevideo, se celebró anoche (Miércoles 16 de marzo) el cumpleaños 86 del Compañero Raúl Sendic Antonaccio, nacido en Chamangá -departamento de Flores-, el 16 de Marzo del año 1925. El homenaje motivó una charla abierta de alrededor de un centenar de personas -con muy importante presencia de jóvenes-, en la que hubo sentidas referencias a su lucha, destacándose la entrega y el sacrificio con que defendió un pensamiento revolucionario del que esencialmente no se apartó ni en las
más difíciles circunstancias, ganándose un aprecio y una estima que trascendió los marcos de la organización política (Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros) que él impulsó a principios de la década de 1960, luego de colaborar activamente en la formación del sindicato de los cañeros de Bella Unión (Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas – UTAA). La mayoría de quienes hicieron uso de la palabra, llamó la atención sobre la necesidad de volver a difundir aquellos de sus planteos aún hoy vigentes y que en realidad son poco conocidos no solamente entre los más jóvenes, sino especialmente por amplios sectores sociales cada vez más sumergidos y menos informados sobre su propia situación y sobre las posibilidades de poder actuar en una perspectiva de genuinas transformaciones que beneficien al pueblo trabajador y los más castigados por una opresión que se acentúa y se agrava más allá de alternancias gubernamentales y de declaraciones partidarias que ponen el acento en «los cambios». Coordinación Hasta la Victoria, convocante al homenaje, dió lectura a las siguientes palabras, luego de hacer un llamado a participar de los encuentros preparatorios de las actividades a realizarse el próximo 28 de abril, cuando se cumplan 22 años del fallecimiento de Raúl Sendic (los días jueves, a las 19:30 Hs., en Canelones 1330): Nuestro Homenaje, desde abajo, antioligárquico y antimperialistaA 86 años del nacimiento de Raúl Sendic Antonaccio, Coordinación Hasta la Victoria comparte la idea y el sentimiento de que el merecido homenaje al querido Compañero nacido el 16 de marzo de 1925 y fallecido el 28 de abril de 1989, consiste en expresar lo siguiente:
Predomina el silencio y la tergiversación sobre las motivaciones reales de la lucha de Raúl Sendic y sobre un pensamiento que proyectó con propuestas políticas sencillas y comprensibles –algunas aún vigentes y realizables– y que él defendió a través de una práctica siempre consecuente;
Su pensamiento está totalmente ausente del espíritu y los hechos de la fuerza política gobernante que él respaldó –aún con reparos– hasta su muerte, ocurrida un año antes del triunfo «progresista» en Montevideo; Para algunos de entre quienes fueron sus compañeros, Sendic, hoy, apenas si cuenta a la hora de la presencia protocolar en la colocación de bustos alusivos o del homenaje simbólico sin consecuencias prácticas, como si el homenajeado y su ejemplo fuesen más una leyenda del pasado que un legado vital y comprometido; En el imaginario y el alma popular, sin embargo, no ocurre lo mismo: humildes movidas de abajo y atentas sensibilidades callejeras –contrastando con los olvidos oficiales– han hecho posible que su presencia siga sintiéndose como
ímpetu justo y ejemplar. Son muy pocos los que ignoran que Sendic predicó con su conducta, con hechos que enseñan que la revolución es esencialmente entrega y sacrificio y no buen pasar personal y fantásticas carreras políticas que distancian del pueblo trabajador; Cada día que pasa, nos va revelando lo inevitable: el alejamiento oficial de este legado histórico –el renunciamiento y la conciliación–, provoca un lento pero seguro descontento popular. Se siguen consagrando privilegios y arbitrariedades presentados como fatalmente insuperables. Pero también aumenta y se intensifica la natural reacción de los nuevamente olvidados, defraudados y castigados con la misma miseria de siempre y con el mismo enriquecimiento de los ya largamente privilegiados contra los que Sendic luchó toda su vida. No es exagerada la presunción de que las respuestas oficiales a esperables tensiones sociales –culminando un triste proceso de renunciamiento y estafa al pensamiento revolucionario de Sendic– sean otra vez nefastas represiones y más efectos negativos del salvataje del sistema (más carestía, más salarios de hambre, más empleo basura y más asistencialismo como negocio capitalista). Puede intuirse que si no superamos la insuficiencia de organización popular y de propuestas políticas adecuadas a las circunstancias, las fibras de la resistencia popular puedan verse debilitadas, corriéndose el riesgo, así, de caerse en la desmoralización y el escepticismo útiles únicamente a los poderosos de adentro y de afuera, a la oligarquía chupasangre y al imperialismo saqueador; Creemos, por lo tanto, que resulta imperioso homenajear a Sendic –y en él a todas y todos los caídos en la lucha– encarando el combate sistemático a silencios y tergiversaciones históricas que erosionan las potencialidades del movimiento popular y sus reservas morales. Vemos en esto una tarea verdaderamente revolucionaria –de largo aliento, pero de urgente necesidad– que pasa por unir esfuerzos en tratar de ubicar y colectivizar aquellas cosas que sintetizan nuestra herencia político-ideológica, determinar cuáles efectivamente poseen una clara vigencia y una aplicabilidad sostenible y defendible, y cómo hacer para que ello se refleje en los hechos políticos surgidos desde el pueblo trabajador organizado y desde los demás sectores sociales cada vez más oprimidos y más impelidos a luchar sin denuedo por auténticos cambios que beneficien al pueblo. Nos parece que la recordación de Sendic encarada como homenaje militante, nos convoca a detenernos en esta búsqueda que lógicamente no se limita a algunos de sus planteos válidos para la etapa, sino que abarca muchísimos planteos más provenientes de diversas fuentes históricas e ideológicas y del abnegado aporte de muchísimas luchadoras y muchísimos luchadores sociales que nos antecedieron en la difícil pero irrenunciable pelea antimperialista y antioligárquica por la que ellos dieron todo de sí mismos, incluida la vida. Creemos firmemente que lo asumido como vigente e integrable al espíritu de lucha y a la necesaria amalgama popular que reclaman el presente y el futuro, debemos plasmarlo en hechos concretos que verifiquen esa vigencia y esa pujanza y que refuercen nuestra voluntad de unidad cierta y combativa, en consonancia con la lectura que hacemos de los tiempos que se avecinan para el movimiento popular oriental y que en cierto modo ya pudimos entrever cuando empezó a ser visible el abandono oficial del pensamiento de Raúl Sendic, entre otros abandonos, hace ya mucho tiempo. Naturalmente que esa verificación será posible con un pueblo que se apropie celosamente de todas las propuestas vigentes, organizado para discutirlas y defenderlas, y movilizado para llevarlas adelante. No alcanzará con nuestro esfuerzo en el rescate del legado histórico, pero él resulta indispensable. En resumidas cuentas, pensamos que esta fecha de hoy, el próximo 28 de abril -al cumplirse 22 años de la muerte de Sendic– y las actividades que surjan de aquí en más, son momentos propicios para impulsar la reflexión y la iniciativa colectiva que actúen como reconocimiento y merecido homenaje a todas nuestras compañeras y todos nuestros compañeros caídos, y que esta sea la manera revolucionaria de mantenerlos vivos y militantes en nuestros corazones, en nuestras calles y en una lucha de emancipación y antimperialismo para la que el pasado, el presente y el futuro, se unen en un mismo destino y un mismo clamor revolucionario más allá de los tiempos. Nuestro planteo no es de idolatría a Sendic ni tampoco hacer de sus ideas y propuestas un catecismo de imposibles incondicionalidades. Aspiramos, sí, a retomar eso que prácticamente todas y todos reivindicamos como vigente, para orientarnos crítica y constructivamente en un sendero de dinamización cierta y esperanzada que supone reorientar una resistencia popular que
pronto reclamará algo tan elemental y contundente como lo que reclama la historia cuando la lucha de clases no ofrece ya otra alternativa que la confrontación y cierra el paso al engaño politiquero y demagógico: Hermandad clasista, espíritu de grandeza por encima de naturales diferencias; ánimo colectivo unificador más allá de supuestas o reales valoraciones de lo particular; sentimiento y razón sinceramente fraternos, que robustezcan y energicen nuestra fe en la causa y el compromiso con los sectores oprimidos y humillados por el capitalismo y el imperialismo.
Compañero Sendic: Trataremos de ser razonablemente porfiados como vos lo fuiste y ninguno de quienes hayamos abrazado la causa revolucionaria desde la vertiente histórica e ideológica que sea, habremos de sentir vengüenza por saber que en nuestras filas hay un Tupamaro como vos, Revolucionario, Socialista y consecuente, Hasta la Victoria. ¡Sin antimperialismo, no hay salida!!!.
Coordinación Hasta la Victoria,
Plaza Raúl Sendic, Montevideo, marzo de 2011.
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