Extremadamente sorprendente resulta para aquellos que conocemos y convivimos a diario con la realidad educativa nacional, el aviso publicitario emitido por la ANEP con motivo del inicio de cursos.
Si el mejor equipo que podemos poner en la cancha son:
Liceos superpoblados, ante el aumento en la matrícula de casi 5000 alumnos, sólo se ha creado unos 70 grupos, la situación que ya era grave se profundiza aún más.
Problemas de infraestructura edilicia como techos en mal estado que se llueven o se caen los revoques, baños sin puertas –para adolescentes afirmando su personalidad e imagen corporal- y que en algunos casos no existen en cantidad suficiente -1 water para 200 adolescentes en Delta el Tigre-.
“Aulas prefabricadas” o contenedores que se plantean como soluciones transitorias pero que en más de un liceo llevan ya varios años de permanencia.
Inauguración de liceos sin personal o mobiliario necesario.
Si el mejor equipo de que entra a la cancha en vez de jugar en una cancha con las dimensiones correspondientes, lo hace en la mitad de superficie, totalmente hacinado, no hay equipo que pueda ganar un partido.
Es claro que ante esta situación, la Dirección Sectorial de Infraestructura del CODICEN ha tenido responsabilidad. Esto no es nuevo, lo venimos denunciando hace años y sigue inoperando tan campante. De todos los liceos a construir que son determinados por las autoridades como prioridad absoluta, no se realiza ni la quinta parte. Las obras sin hacer se arrastran por décadas. Hemos sido testigos de liceos nuevos que se llueven, de obras que se realizaron con planos que no eran para el espacio físico en que fueron construidos y que por tanto cuando llueve se inundan… ¿este es el mejor equipo con que contamos? Exigimos se controlen en todas sus etapas las inversiones que se realizan con dineros públicos.
Y mientras el conjunto de la sociedad –incluidos los docentes- estamos planificando tanto nuestros cursos como ideas que den solución a este estado de cosas, pensando cómo organizar nuestra vida ahora que nuestros hijos están en clase y hasta cubriendo como periodistas el inicio de cursos, desde CODICEN y la secretaría del consejero de la ANEP Daniel Corbo, se crea una Comisión que tiene la solución mágica para los problemas educativos.
Cuatro días después de presentado el documento un opinólogo de un importante diario de tiraje nacional editorializa el la misma línea y con los mismos argumentos. Oh, casualidad!! Su nombre figura en la lista de una comisión asesora – ¡y ni figuran las ATD órgano asesor consultivo establecidas por ley!-. Para esto sí hay dineros votados en el Presupuesto Nacional.
Ante el conocimiento de esta propuesta antes de su aprobación (aspecto a resaltar y que en períodos anteriores no accedíamos) vemos la necesidad de alertar públicamente sobre su contenido. Por ejemplo se crea la figura del “coach” para asesorar y adiestrar –según la traducción del inglés- a los docentes; se precariza el trabajo de los docentes a través de contratos por tres años y se insiste en rebajar de hecho la función pedagógica central del equipo de dirección. Hay más para decir, esperamos que se debata con amplia participación y que no se resuelva sumariamente.
Este proyecto desarticula el carácter nacional de la educación uruguaya y abre el camino hacia una fragmentación mayor, profundizándose las diferencias entre los que tienen mayor nivel socioeconómico y los que tienen menos, profundizando aún más la desigualdad social.
Peor aún, genera una educación rica para ricos distinta de una educación pobre para pobres habilitando que toda la currícula varíe de acuerdo al proyecto institucional, proyecto que compite por fondos concursables. Este dinero que se gana de acuerdo a la permanencia de los alumnos y aprobación de cursos, pero no de los conocimientos obtenidos por los estudiantes.
Estas ideas, planteadas por los mismos nombres de la reforma de los noventa y con el mismo equipo de trabajo, han conducido a la deteriorada educación pública que tenemos hoy. Ellos, y no nosotros, son la famosa corporación educativa.
Queremos, además reivindicar a todos los trabajadores de la educación pública de este país que todos los días dan lo mejor por la enseñanza de más de 800 mil uruguayos. Debería cundir el ejemplo.
La sociedad toda tiene el derecho y el deber de repensar la educación y defender aquella que forme personas críticas, concientes de la realidad en que viven, forjadoras de su futuro y del futuro de nuestro Uruguay.
FENAPES
Montevideo, 17 de marzo de 2011.