La aplicación de sistemas de incentivos en las empresas para estimular el rendimiento de los recursos humanos, una práctica poco difundida a nivel local, es uno de los caminos que las compañías pueden recorrer para incrementar los niveles de productividad y así poder contribuir a mejorar la competitividad general de la economía.

Además, la implementación de estos sistemas permite flexibilizar las rigideces que establecen los acuerdos alcanzados en el marco de los Consejos de Salarios.

En este sentido opinó Verónica Raffo, socia de FERRERE y especialista en materia laboral, quien participó de la “Cumbre de compensaciones y beneficios” que se celebró en la Torre de las Telecomunicaciones.

Raffo sostuvo que “la única forma de mantener en forma sustentable” las tasas de crecimiento económico que registra actualmente Uruguay, es mejorando el nivel de competitividad global del país. Y agregó que los sistemas de incentivos “van en esa dirección”.

Asimismo, recordó que “la productividad ha sido un gran ausente” en los acuerdos entre empresarios y trabajadores, y señaló que los esquemas de incentivos permiten resguardar una porción de la remuneración “de la aplicación de reglas tan rígidas como las previstas en los Consejos de Salarios”.

A su vez, la experta indicó que la aplicación los sistemas de incentivos,  que establecen una relación entre el monto de la compensación al empleado y el desempeño de la organización, puede darse en el marco de una “reestructura del esquema de remuneraciones de la empresa y en consecuencia, no tiene porque significar un incremento directo de los costos”.

Por su parte, el gerente de Consultoría Gerencial y Capital Humano de CPA FERRERE, Gonzalo Icasuriaga, manifestó que la utilidad de este tipo de programas “dependerá de la percepción de transparencia, justicia y profesionalismo que tenga el sistema para los beneficiarios”.

Además, Icasuriaga indicó que si están diseñados con una visión estratégica del negocio, los sistemas de incentivos pueden “ayudar a acelerar la instrumentación de cambios estratégicos y culturales, y transformarse en una herramienta de dirección efectiva” con la posibilidad de lograr beneficios tangibles de forma rápida.

Sin embargo, advirtió que “no hay sistema de incentivos que pueda revertir  los efectos desmotivadores que puedan estar generando las inequidades salariales, las políticas de recursos humanos y otras condiciones de trabajo”.

Finalmente, señaló que estos sistemas no están exentos de riesgos, ya que pueden generar efectos secundarios no deseados, sobre todo si no se desarrollan e implementan de forma profesional, con especialistas que además de dominar la temática de recursos humanos, puedan ver a la empresa y al negocio desde una perspectiva estratégica, manejar la dinámica de la gestión del cambio y prever los impactos en los aspectos formales que regulan las relaciones laborales en la empresa.

Fuente Imagen: ciu.com.uy