Compartimos una vez más los Relatos de Luis Alzamendi. En este caso lleva como nombre “Propósito infructuoso”.
Se había propuesto llegar a ser un médico reconocido. El camino a la fama no iba a ser fácil, había que poner mucho empeño, mucha dedicación y dejar algunas cosas de lado. Tendría que ver como iba a solventar que esto implicaba, porque los libros de estudio costaban caro. Todo análisis a la situación presente, no estaba de más si quería lograr el objetivo, debería cerciorarse de poder cumplir con todos los requisitos. Una de las alternativas que encontró fue ingresar al ejército. Allí tendría un lugar donde hospedarse, donde comer y un sueldo que le ayudaría con los gastos diarios. Desde allí realizaría su objetivo.
Comenzó a estudiar y su esfuerzo era notorio, se reflejaba en sus calificaciones. Día a día iba adquiriendo conocimiento, hasta que pasado un tiempo determinado fueron coronados sus esfuerzos al recibir el título de doctor en medicina. Sus primeros pasos fueron buenos y su evolución aún mayor. Su deseo a progresar lo llevó a realizar varios cursos para que su capacitación fuera superándose cada vez más, parecía que sus aspiraciones no tenían fin. Era muy conocido en el ejército a consecuencia de la función que cumplía y debido a sus antecedentes tan mentados, no eran pocos los que querían ser atendidos por él, era como que sus vastos conocimientos transmitieran una cierta tranquilidad a los pacientes. La jerarquía que había alcanzado le había proporcionado el estar codo a codo con los generales. En fin, parecía como que lo había logrado todo, hasta que un día su cuerpo apareció sin vida por un disparo que el mismo se había dado. “Que aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma”.