Compartimos la palabra del diputado Luis Alberto Lacalle Pou (Aire Fresco) durante la discusión en el plenario de la Cámara de Representantes del Código Minero el lunes 27 de diciembre.
“Señora Presidenta: aclarando dijo un vasco y le echaba agua a la leche.
Se habló de las sociedades anónimas en el campo, y es bueno refrescar la memoria porque esta Cámara de Diputados hace un tiempo votó un proyecto de ley por medio del cual se le permitía al Poder Ejecutivo, al Presidente de la República ‑en aquel momento el doctor Tabaré Vázquez‑ generar excepciones al cumplimiento de la ley de sociedades anónimas nominativas, sin expresión de motivo, a quien quisiera. En aquel momento dijimos: «Bueno, ya que van a dar excepciones sin motivo aparente, por lo menos, comuniquen al Parlamento cuándo se generan». Y le sorprenderá a la Cámara escuchar que el Frente Amplio votó en contra. Por lo tanto, no nos enteramos de las excepciones, no se debe esgrimir los motivos y tampoco aquí sabemos por qué.
Por otra parte, se habla de la tribuna. Nosotros aquí hemos recibido desde epítetos hasta alguna monedita bicolor, pero nunca tuvimos problemas en decir lo que pensábamos. Entonces, acá se dice lo que se piensa, y yo he escuchado decenas de discursos para la tribuna, como cuando se discutió la suspensión de ejecuciones en la vuelta; apelo a los compañeros más veteranos en este sentido; ¡vaya si hemos tenido tribunas en contra!, aunque ese tema no nos aflige mucho.
En su momento, el Tratado de Protección de Inversiones con Finlandia tenía nombre y apellido, era para Botnia, y el apuro por votar ese proyecto ‑creo que fue en un mes de febrero‑ era por Botnia. ¡Y esto es por Aratirí! ¡Hay que sacárselo con peine fino!: es así, si no, no hubiera venido en un proyecto de ley de Presupuesto. Sé que el señor Diputado Delgado peleó para sacar ese articulado del proyecto presupuestal, pero estamos un 27 de diciembre sesionando para hablar de este tema. ¿Por qué? Porque esto es para una industria puntual.
En su momento yo fui crítico de Botnia ‑lo que también me costó alguna crítica hasta interna‑ y ahora también soy crítico.
Señora Presidenta: decía que así como fuimos críticos de Botnia y de la instalación de la planta de ISUSA en Agraciada ‑por ese tema fui a hablar con los productores‑, también lo somos en esta oportunidad, porque tenemos el deber de alertar. ¿Sabe por qué, señora Presidenta? Porque los poderosos se defienden solos, sobre todo cuando tienen gente que ha estado vinculada al gobierno trabajando para ellos. Pero la población de a pie y el medio ambiente no tienen «lobby», no tienen quién los proteja. Entonces, creo que hay que lograr los equilibrios necesarios en una sociedad y que es bueno que haya gente que esté dispuesta a que se escuchen otras voces y a proteger el medio ambiente.
Aquí se comparan explotaciones y se habla del ovino y el vacuno, del bovino y la forestación, pero yo no sé quién va a meter a una vaca dentro del pozo de una mina de hierro, porque se puede pastorear ganado debajo de un árbol pero no en una mina de hierro, y tampoco se puede hacer muchos años después de la explotación. Entonces, en este caso estamos hablando de explotaciones excluyentes y a cielo abierto.
Hace tres años vino a nuestro país una industria brasileña que iba a iniciar un proceso similar, pero después de que hizo los cálculos de la energía que debía consumir, se fue porque el Uruguay no podía abastecer a esa empresa y al resto del país. Fíjense la crisis energética que se hubiera generado. Y aquí estamos hablando de una planta y de una energía que no son sanas. Entonces, la mina contamina y la planta también.
Todos aquí, desde 1991 o 1992, nos hemos jactado de hablar del Uruguay natural; creo que gran parte de las políticas de Estado han puesto la proa hacia ese Uruguay natural que se ha visto bendecido ambientalmente, que es saludable y genera divisas, por lo que tenemos el deber moral de cuidarlo para las futuras generaciones. Pero no se ha visto bendecido de ese modo por una actitud proactiva sino por falta de procesos de industrialización, porque tenemos el acuífero Guaraní y porque no tenemos grandes desastres naturales. Pero en momentos puntuales hay que decidir.
Yo entiendo al señor Diputado Toledo Antúnez y a otros Diputados de la zona que dicen que esto generará trabajo. Es cierto que generará trabajo; cuando un día sí y otro también se ve a gente que necesita trabajo y se habla de US$ 500:000.000, US$ 600:000.000 y US$ 1.000:000.000, bueno, se manda a parar rodeo. Pero ¿por cuánto tiempo es ese trabajo? ¿Qué sucede después de que esta explotación termina, si es que termina? Digo esto porque un Diputado del Partido Colorado dijo que a veces ni siquiera arrancan porque la enajenan a otras empresas.
Creo que al Uruguay le hacen falta políticas proactivas en lo que hace al cuidado del medio ambiente, y más que el derecho, siento el deber de alertar sobre este tipo de extracciones, porque en este caso no sé si podemos hablar de producciones. Y esto es un combo, porque no viene solo la mina, ya que habrá un ducto que pasará por determinados lugares y, supuestamente, terminará en un puerto de aguas profundas. Yo, con el perdón de los Diputados por el departamento de Rocha, quiero decir que desde que se empezó a hablar de un puerto de aguas profundas en Rocha estoy temblando por dónde lo van a instalar. Reitero mis disculpas a los compañeros del departamento de Rocha, porque el de La Paloma no me gusta y este, que se dice que va a estar cercano a Santa Teresa, la Esmeralda y Punta del Diablo, menos. Esta es una reforma del Código de Minería, que se realiza un 27 de diciembre ‑quizá sería mejor que se hiciera el 28, por aquello del Día de los Inocentes‑, que tiene nombre y apellido. Me veo en la obligación de hacer uso de la palabra y de alertar que no me convence, si es que todos creemos a futuro en el Uruguay natural”.