Montevideo, Viernes 19 noviembre (Agencia EFE). El trabajo infantil en Uruguay es un fenómeno «naturalizado», denunció hoy la representante de la ONG Gurises Unidos, Cecilia Menoni, durante la presentación del estudio «Trabajo Infantil en Uruguay: la paradoja de la sobrevivencia en la basura» del Programa Proniño de Telefónica.
«Hay una falta de presencia de esta problemática en la agenda pública y por eso es importante profundizar en ella y empezar a conocer cuál es la realidad del trabajo infantil en nuestro país», afirmó Menoni, coordinadora de la investigación.
El trabajo infantil, que tiene una incidencia del 7,6 por ciento en el total de niños del país, «se tiende a naturalizar» en la sociedad uruguaya, aseguró.
«Nadie se sorprende cuando ve a un niño trabajando», agregó la investigadora.
Hace dos meses, la relatora especial del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños, Joy Ngozi Ezeilo, denunció durante una visita al país que la explotación sexual infantil en Uruguay es «extremadamente común» y está «social y culturalmente tolerada».
La investigación presentada hoy, que contó con la colaboración del Programa Proniño de Telefónica, la ONG Gurises Unidos y el Centro de Informaciones y Estudios del Uruguay (CESIU), se centra en el fenómeno de los niños recolectores y clasificadores de basura.
«Es un fenómeno a la vez visible e invisible, porque si bien se ven todos los días a niños en las calles, llevando los carros de basura y buscando en los ‘tachos’ (recipientes de basura), la situación se ha convertido en paisaje común de la ciudad y ya casi nadie los ve ni se espanta», explicó Menoni.
Se trata del empleo más generalizado entre los niños del país, donde el trabajo de los menores de 15 años está expresamente prohibido por el Código de la Niñez y de la Adolescencia.
Según el informe, cerca de 20.000 niños de entre 5 y 17 años se dedican a hurgar en la basura, un tipo de trabajo «muy duro» que les expone a «graves riesgos para la salud», señaló Menoni.
Los menores, que normalmente acompañan al resto de su familia en carros tirados por caballo, se ven obligados a cargar grandes cantidades de peso, a manipular materiales insalubres y a trabajar durante largas horas.
«Nos dimos cuenta de que el tema en la familia es un circulo vicioso, porque todo el trabajo con la basura pasa a formar parte de la dinámica familiar y es muy difícil romper algunas de las percepciones de los menores», apuntó otro de los responsables del estudio, José Fernández.
Además, muchos de estos niños tienen serias dificultades en la escuela y la mayoría de ellos abandonan los estudios antes de llegar a secundaria.
Aunque presenta índices significativamente menores al resto de América Latina, el trabajo infantil en Uruguay «toma formas especialmente crudas», aseguró Fernández.
Fuente: Agencia EFE.