15-11-2010. Palabras de la Presidenta de la Nación argentina, Cristina Fernández, en cadena nacional, desde su despacho en la casa de gobierno, en donde refiere, entre otros puntos a la negociación por la deuda con el Club de París.
Muy buenas tardes: hace poco más de 48 horas he retornado de Corea, de la Reunión del G-20, donde Argentina ha sostenido una vez más sus posiciones muy conocidas en materia de necesidad de mantener la actividad económica a nivel global, a través de la demanda agregada, de la generación de empleo, las cosas que, en fin, hemos hecho aquí en la Argentina y también hemos tenido – junto a Brasil – una posición muy firme en lo que hace a la Ronda de Doha y la defensa de los derechos de los países emergentes a cuidar sus procesos de industrialización y a tener una negociación equitativa entre países en desarrollo y países desarrollados. Realmente estoy muy orgullosa porque la posición del Presidente Lula, junto con la Presidenta de Argentina ha sido muy homogénea y muy firme.
En unos minutos más también vamos a recibir al señor ministro de Agricultura de la República Popular de China y también quisiera comentarles algo porque durante del desarrollo de este G-20, que fue – por lo menos para mí muy especial – recibí el saludo de muchísimos, de todos los Jefes y Jefas de Estado, que estaban allí presentes, como también de los empresarios que formaron parte de la Mesa de Finanzas, que le tocó presidir a la Argentina. pero quiero también rescatar como símbolo de todos esos reconocimientos las palabras y el gesto del Presidente de la República Popular de China, el presidente Hu Jintao, quien realmente cuando se encontró conmigo se lo notó muy conmovido, tan conmovido que terminó conmoviendo a mí y me abrazó y me dijo que lo había conocido y había charlado muchísimo con Néstor, cuando estuvimos la primera vez en China, cuando luego él vino aquí y me dijo: “la verdad que hemos perdido un gran estadista, su esposo era un gran estadista”.
La verdad que me sentí muy reconfortada por el reconocimiento de los empresarios y de los Jefes de Estado.
También quiero comentarles que el pasado día martes recibimos, de París, un
e-mail, que luego fue confirmado por carta, en cuanto a que el Club de París con quien teníamos y manteníamos una deuda, que fue defaulteada también, como fue toda la deuda soberana argentina, en el año 2001, ha accedido a la posición argentina de negociar la deuda que mantenemos, sin la intervención del Fondo Monetario Internacional.
Todos ustedes saben que la reglamentación del Club de París exige la participación con planes, por parte del Fondo Monetario; finalmente el Club ha accedido a no hacerlo. Finalmente, es buen recalcar que en esa negociación no hay comisiones, ni bancos, ni empresas, ni asesores.
La carta recibida es una carta muy conceptuosa, primero porque habla de una negociación realista y nosotros también coincidimos que la negociación debe ser realista como siempre lo hemos hecho cuando hemos abordado el tema de la renegociación de la deuda.
¿Qué es una negociación realista para la Argentina? Una negociación, un modo de pago, plazos de pago que permitan seguir sosteniendo la actividad y el crecimiento económico con inclusión social. Fue precisamente este modelo – como lo venimos sosteniendo del año 2003 – un modelo de crecimiento económico con inclusión la única manera de que Argentina pueda saldar sus deudas.
Todavía tengo muy presente el tema del discurso que hizo Néstor, en las Naciones Unidas, cuando abordando el tema del endeudamiento en la Argentina, sostuvo que los muertos no pagan, que nadie, ningún muerto pague y por tanto era necesario dejar crecer a la Argentina para poder abordar con seriedad el pago de sus obligaciones. El tiempo le dio la razón; hemos iniciado en el año 2005 un primer canje y hemos culminado exitosamente el canje de los tenedores de deuda privada, en el 2009, y hemos – desde el año en que hemos reestructurado la deuda – pagado puntualmente nuestros vencimientos. El año pasado, inclusive, para darle mayor certeza y obviamente además seguir con las políticas fiscales que permitieron este crecimiento que estamos teniendo este año y lo hicimos a través de la reservas, que bueno costó dolores de cabeza, costó mucha oposición – tanto en el Poder Legislativo, como de ciertos sectores del Poder Judicial – pero finalmente el tiempo nos dio la razón en cuanto a lo certero de haber adoptado esa medida.
Yo creo que precisamente todas estás políticas que ha venido teniendo la Argentina: la reestructuración del 93 por ciento de su deuda, han generado confianza nuevamente en torno a la palabra de la República Argentina, en cuanto a cumplimiento de sus compromisos. Y si Dios quiere y nos ayuda, el año que viene, podemos estar saliendo definitivamente del default si – como yo creo que lo vamos a hacer – arreglamos la deuda con el Club de París.
Fíjense que curioso los argentinos tardaremos entonces, en el año 2011, una década exacta en haber salido del default, una década exacta afuera del mundo, sin embargo, fue solamente un gobierno que duró una semana el que declaró el default. No lo hago con ánimo de reproche, sino simplemente para comparar qué tiempo tan breve lleva la destrucción y qué tiempo tan largo demanda la reconstrucción de lo que se destruye.
Por eso creo que es muy importante esto que hemos logrado porque, además, seguimos sosteniendo que fue durante las décadas que se aplicaron las políticas del Fondo Monetario Internacional en la República Argentina, donde más sufrimos los argentinos.
La carta que vamos a responder de acuerdo con instrucciones que le he dado al señor Ministro de Economía, termina diciendo que esto va a ser muy beneficioso para la Argentina porque va a permitir que las agencias de crédito de los países que integran el Club de París, también retornen a sus operaciones de financiamiento.
Yo quiero agregar que, en realidad, va a ser muy beneficioso para ambos: para los acreedores pero también, no solamente para nosotros, sino también fundamentalmente para ellos. ¿Por qué? Por una razón muy sencilla: porque muchísimas de las empresas que están hoy en la Argentina son filiales, precisamente, de esas empresas y reciben por parte de esta política, de este proyecto económico argentino, beneficios fiscales, laborales, financieros, crediticios. Y si no, miren el caso clásico del ejemplo del préstamo que le dimos a General Motors, cuya casa matriz está en los Estados Unidos, y Estados Unidos es, precisamente, uno de los países acreedores del Club de París.
Por lo tanto, creo que las dos cuestiones básicas que va a tener que abordar el señor Ministro de Economía en su negociación donde, reitero, no intervienen empresas, no intervienen bancos, no se pagan comisiones ni derechos de ninguna naturaleza porque son negociaciones de Estado a Estado que se realizan a través de la figura del Club de París, son: primero, que la forma de pago no restringe ni crea restricciones al modelo de crecimiento económico con inclusión social porque esa ha sido, precisamente, la gran garantía y la gran posibilidad de la Argentina en su mercado interno pero también de la Argentina hacia el exterior para poder pagar sus deudas.
Finalmente, también quiero abordar una cuestión que es importante y que es la sanción del Presupuesto de la República Argentina, no del Gobierno de la República Argentina, del Estado argentino.
De acuerdo con las posiciones que uno ha podido esbozar y ver y desarrollar en la oposición, lo más probable es que o no tengamos Presupuesto este año o bien quieran imponernos, por primera vez en la historia, el Presupuesto de la oposición y no el del Gobierno que es el que tiene que llevar adelante la ejecución de las políticas de su proyecto y de sus políticas en general que, es bueno decirlo también, no han sido nada malas, sino que han sido exitosas en estos años de crecimiento. Hemos cumplimentado en estos 200 años de historia el crecimiento más importante desde 2003 a la fecha.
Pero también quiero decirles a los argentinos y llevarles la tranquilidad que yo no voy a polemizar con la oposición porque creo que mi obligación es la de gobernar, gestionar y garantizarles a los más de 40 millones de argentinos que las cosas van a seguir yendo bien. Y créanme que lo vamos a hacer porque el sistema jurídico vigente cuenta con todos los instrumentos para que, si no tenemos Presupuesto o se intenta poner políticas que realmente han llevado al fracaso a la Argentina, nosotros, dentro del marco de la ley, dentro del marco de la Constitución, vamos a utilizar esos instrumentos que nos sigan garantizando el crecimiento.
Vamos a profundizar en la política de desendeudamiento; esta negociación que vamos a comenzar con el Club de París sería, digamos, la definición total.
Digamos también que la deuda es una deuda, como todas las que hemos venido pagando, tanto en el sector externo como en el interno, que ha tenido origen o que se han cobrado durante otras gestiones. No hay ninguna deuda que haya sido contraída durante nuestra gestión. Esto se suma a las dos reestructuraciones que hicimos en 2005 y en 2009, al pago de la pacificación asimétrica, al pago de la devolución de los depósitos, al rescate de las cuasimonedas de varias provincias, en fin, a todo lo que constituyó lo que podemos denominar la tragedia económica, social y política que hizo que Argentina implosionara en el 2001.
Solamente quiero llevarles a todos la tranquilidad, la serenidad y la responsabilidad de que vamos a llevar las cosas adelante pese a que haya palos en la rueda, pese a que por primera vez en la República Argentina, no solamente haya una Presidenta que no tiene por primera vez facultades administrativas delegadas, sino que soy la primera Presidenta que gobierna la República Argentina desde 1983 a la fecha sin facultades administrativas, de administración, no especiales, delegadas. Todos los demás gobiernos lo hicieron. Tal vez también sea la primera Presidenta que gobierne sin Presupuesto. Otros presidentes lo hicieron, pero no porque se los impidiera el Parlamento, sino porque no presentaban el Presupuesto o bien porque se intente imponer un Presupuesto que responda a políticas que le han hecho mucho daño a la Argentina.
Yo no voy, reitero, a polemizar, no me voy a enojar, simplemente voy a actuar con toda la responsabilidad que les dije a ustedes hace ya dos semanas que lo iba a hacer y lo voy a seguir haciendo porque es mi obligación como Presidenta de todos los argentinos.
Muchas gracias.