Compartimos en este caso la opinión de Oscar Oudri titulada “Uruguay ante una oportunidad única”.
“De nuevo se presenta el tema de la instalación de una papelera en Conchillas, pero con la diferencia que el tiempo permite evaluar sin tantos apasionamientos la conveniencia o no de esta inversión.
Un amigo que participó este año en una reunión para mediar en el conflicto por el corte de puente en Fray Bentos, que finalmente se solucionara, fue a Finlandia a reunirse con ejecutivos de la empresa papelera, los que entre cosas le manifestaron que en ese país nórdico el estado les permitió instalar tres plantas de fabricación de pasta de celulosa, las que, sumadas su producción no llega al volumen de la instalada en Fray Bentos, es decir que ni locos les permiten en una sola región construir tremenda planta.
Esta resolución tiene varias razones: el grado de contaminación que causan (agua-aire-suelo), el progresivo empobrecimiento del suelo, por la sobreexplotación del mismo, el impacto sobre la infraestructura vial (carreteras, puentes), lo cual ya estamos viendo acá en Uruguay: entre la soja y la forestación, nuestras rutas están quedando intransitables, dato no menor, pues según nuestro ministro de transporte y obras públicas, cada kilómetro de ruta pavimentada cuesta alrededor de un millón de dólares.
¿Quién financia luego su reacondicionamiento? Lo pregunto no con sorna, libidinosamente, sino con el sentido de analizar, a la luz de la experiencia de estos últimos años, si este modelo de desarrollo que se va imponiendo por la fuerza de los hechos, y el poder de los inversionistas en esas tremendas corporaciones, no será hora de revisarlo, para que sea más adecuado a los intereses del país, aunque muchos afirmen que lo importante es que esas inversiones vengan, no importa a qué, siempre que creen fuentes de trabajo y “progreso”. Porque hoy, la ecuación que se percibe muy injusta por supuesto es: los beneficios más importantes del modelo son para unos pocos, de los perjuicios, los destrozos, nos hacemos cargo entre todos.
Cualquiera de las otras actividades agrícolas-ganaderas según todos los estudios realizados dan mucho más posibilidades de creación de puestos de trabajo permanente, lo que tira por el suelo uno de los argumentos más esgrimidos en estos tiempos. Y el otro gran daño del actual modelo de desarrollo es el deterioro y pérdida de recursos naturales imprescindibles para la vida: agua, suelo, aire. Los pueblos que tienen más condenado su futuro son aquellos que desprecian el cuidado del planeta Tierra, con todos sus recursos vitales para nosotros y las futuras generaciones.
Vemos con espanto como se endiosan la avaricia, la acumulación, el consumo desenfrenado, la destrucción de la naturaleza, la economía de mercado, tantas otras cosas y, simultáneamente los seres humanos responsables principales de estos hechos manifestamos con gran hipocrecía: “ya no hay valores”, “dónde vamos a parar?”, o “el mundo está loco”. O cómo nos embelezamos ante las cifras que nos tiran: 1500 millones de inversión, 5000 puestos de trabajo directos, la misma cantidad de indirectos (faltaba más, prometer es tan fácil!), cantos de sirena encaminados a tapar lo negativo que todo mega emprendimiento lógicamente genera.
En definitiva, lo del titulo: Uruguay (ojalá pudiéramos decir la humanidad, pero empecemos por casa, por lo aldeano), ante una oportunidad única de cambiar el rumbo, de realmente mostrar lo que dicen nuestros gobernantes que “tenemos marcha atrás” para cuando nos equivocamos, cuando una decisión que parecía correcta, saludable, vemos que no lo es, e implementar un modelo de desarrollo realmente sostenible económicamente y sustentable ambientalmente, de manera de generar trabajo digno y mas permanente, destruyendo en la menor manera posible el gran capital imprescindible, no sólo de nosotros, sino de toda la humanidad: los recursos naturales.
No temamos, tenemos todo para llevarlo a cabo”.
Oscar Oudri.
Director Centro Emmanuel.
C.I. 3.395.204-2.
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