Esta semana la Ciudad de la Costa festejó su décimo sexto aniversario como Ciudad, en un acto al que asistió el Intendente Municipal de Canelones Marcos Carámbula, junto a jerarcas de la Comuna, Prefectura, Jefatura Policial, algunos representantes de comisiones vecinales, Comité Patriótico y el novel alcalde de la ciudad Omar Rodríguez.
Nuestro vecino Omar Rodríguez hoy alcalde de la ciudad, abrió el acto tratando de dar ánimo, manifestando que ahora la ciudad está en obra. Destacó el proyecto del Centro Cívico y Comercial que se está construyendo en el eje de la Avenida Giannattasio y el cambio administrativo de los balnearios que conforman la ciudad, por barrios como hoy se define administrativamente cada zona balnearia.
Acto seguido, el Intendente Marcos Carámbula remarcó su compromiso con la ciudad y el departamento, trasmitiendo como un valor diferencial que cada año asiste a la ciudad para ocuparse de sus problemas.
Sin ingresar en el análisis político partidario que cada día es menos relevante para los vecinos de la Ciudad de la Costa, me voy a referir sólo a uno de los temas que afecta a esta ciudad.
En este caso a la falta de atención de su ecosistema costero que se desarrolla a lo largo de 17 kilómetros y hace más de 20 años espera que las autoridades se ocupen de protegerlo.
Quienes viven en la ciudad saben que pululan los asentamientos costeros, que las autoridades no controlan su crecimiento, que los vecinos temen bajar a la playa en algunas zonas por los robos, que los turistas se quejan cada fin de semana por los daños y robo de radios en autos, que hay casas de veraneo de privados entre las dunas, que los vecinos de la Barra de Carrasco se asombran cuando ven al Intendente y autoridades de Canelones que se juntan a comer asados en construcciones atróficas realizadas ilegalmente violando todas las normas, y que cuentan con la complicidad de todos los actores políticos de la ciudad y los Intendentes de turno.
Esto lo puedo decir con propiedad ya que cuando me tocó actuar como Director de Turismo durante el periodo 2000 – 2002, también fui invitado con las autoridades de la época, claro que al conocer mi opinión al respecto no se reiteró la invitación.
Recuerdo que a principio de los años noventa en sendas reuniones de vecinos en el Club Solymar, con legisladores canarios de todos los partidos y funcionarios Municipales se plantearon estos mismos temas y la necesidad de recuperar el principal centro de atracción turística de la ciudad que son sus playas.
Cabe recordar que la Ciudad de la Costa es uno de los principales receptores de turismo interno de fin de semana del Uruguay y si bien sigue creciendo su población permanente, duplica su población los fines de semana con turistas uruguayos de clase media, desde la primavera hasta el otoño.
En veinte años de reclamos la única acción de ordenamiento costero es la realizada por decisión del Ex-Ministro Victor Rossi en el arroyo Carrasco, que al licitar la construcción del segundo puente de la rambla incluyó la demolición de un viejo parador Municipal y la limpieza del arroyo.
Esto me recuerda una situación similar que se llevó adelante en los años noventa en el departamento de Rocha en el Cabo Polonio en donde el Ministro de Vivienda y Ordenamiento Territorial de la época, el actual senador Juan Chiruchi, actúo en defensa del ecosistema costero demoliendo ranchos sobre la franja costera.
La pregunta parece obvia, ¿por qué estos jerarcas de distintos partidos y en momentos políticos diferentes pudieron actuar en el ordenamiento y otros jerarcas no lo hacen?
La reglamentación de uso y desarrollo del ecosistema costero del Uruguay es muy clara, tan clara que algunos funcionarios burócratas demoran años en resolver la aprobación de proyectos turísticos que se presentan en la costa de todo el país, y ante situaciones notorias y consolidadas como estas no hay respuesta.
Algunos ecologistas sostienen que el problema es que para los medios de comunicación los temas ambientales no son noticia, en lo personal creo que están totalmente equivocados porque en estos temas los medios de comunicación han sido la caja de resonancia de los vecinos y el cuidado del ambiente.
En la bajada 3 de la Barra de Carrasco se pueden observar más de 500 metros cuadrados de construcciones irregulares. Adjuntamos fotografía de una de ellas. De ser de su interés disponemos de otras y de mayor resolución.
Por mayor información comunicarse con Diego Porcile a los teléfonos 097 340 777 ó 099 334 335, autor de la nota, periodista especializado en turismo, Ex- Director de Turismo de la Intendencia Municipal de Canelones.