En esta ocasión, Rodrigo Nuñez nos comparte su relato: “Los Charrúas”.
“Hace mucho tiempo existió una colectividad primitiva en nuestras tierras (Los Charrúas).
Son guerreros que deben ser recordados, porque son parte de nuestro patrimonio cultural.
Su sangren en nuestras vidas fluyen por las venas orientales…Sino, digan lo contrario cada vez que alguien viene a quitarnos algo.
Si retornara en el tiempo vería a los indios alabando a su Dios, cazando o quizás pescando; y las mujeres recolectando semillas o cuidando de sus hijos.
Los ancianos dando los mejores consejos, para las generaciones que venían…Todo funcionando en equilibrio y armonía con la naturaleza.
Hasta que el ruido y la tempestad le comienzan a clavar espinas en sus corazones; por el solo hecho de robarles sus tierras y costumbres milenarias.
Pobre de la cultura charrúa que tuvo que luchar para preservar su especie; que debió aprontar sus lanzas para derramar la sangre de su enemigo…
El hombre de cara blanca, se olvidó que era humano y castigó con dureza la inocencia de esta tribu.
La lengua dominante no fue perfecta, ni culta; porque ensució sus manos al querer poseer lo que no era suyo.
…Charrúas sufridos al ser perseguidos y desalojados constantemente de sus tierras; donde el alma y el espíritu se iba yendo por el río, porque los suyos se iban extinguiendo siglo a siglo.
El penoso final de su etnia social refleja la tristeza, el desgaste y la vida aclarada entre ellos…lo único que mantienen vivo es el recuerdo de sus ancestros, para aquél que lo vea y se de cuenta de lo noble que fueron.
Muchos entendieron lo que transmitían en valores, pero otros llegaron con espada y rifle para arrasar con sus vidas…no hubo clemencia ni piedad. Solo soberbia y egoísmo encendieron los corazones de los hombres ricos e intelectuales”.