Tengo el honor de compartir con mis lectores una serie de historias extraordinarias de vidas rescatadas del infierno. Estas personas, al final del túnel oscuro en el que no se vislumbraba luz, cuando la oscuridad apretaba y apretaba y parecía que todo iba a terminar en el peor de los destinos, tuvieron un encuentro cara a cara con Dios y en ese encuentro se hizo la luz, fueron rotas sus cadenas y sueltas sus ataduras de tal modo que hoy con libertad pueden relatar su historia de vida a cara descubierta sin necesidad de ocultar sus identidades, ya que ellos mismos se consideran suficientemente protegidos y lejos del dolor de aquellos eventos que son como aguas que pasaron por la gracia de Aquel que los ampara.
El factor común de estos relatos es la gran crisis institucional de la familia; todas las impotencias, angustias y frustraciones tienen raíces más o menos profundas en la desintegración familiar. La impotencia de la familia para retener, abrazar, alentar, fortalecer y encaminar las generaciones que traemos dentro de la debilitada estructura social, del no menos debilitado y sacudido planeta tierra, esto, en las naciones ha llegado a límites en que el estado absorto, no sabe cómo responder porque tampoco ha sabido defender ese núcleo básico, fundamental de la sociedad.
Estas historias de vida no son otra cosa que un tesoro. ¿Cuánto bien le pueden hacer estos relatos a tantos de nuestros lectores y cuántas personas habrá en las ciudades y pueblos, anhelando tomar un sorbo fresco de esta agua para calmar su sed? No son meras casualidades las que lograron sacar a estas personas de sus prisiones; cualquiera que beba de las mismas aguas que ellos bebieron, serán saciados, de eso tengo absoluta certeza.
También me causa gran satisfacción poder decirles que no se trata de unos pocos casos, hemos compartido sólo los que caben en una obra de las características de ésta, pero hay muchos más. Podríamos escribir muchos libros como éste, tenemos centenares de relatos verídicos así. No hay uno igual a otro, la creatividad de las obras de las tinieblas es sorprendente pero más sorprendente es el amor y el poder de Dios.
Queremos llegar mucho más allá que el simple impacto o la simple lectura de estas páginas; tenemos la intención de ayudar en la medida de nuestras fuerzas a quien necesite y lo solicite. Es por eso que ponemos a disposición de nuestros lectores, un espacio en facebook (Buscar por «Libro Historias que sanan») y nuestro mail: consultas@historiasquesanan.org
Dios les bendiga,
Jorge Márquez.
© Jorge Márquez, 2010
© Ediciones B Uruguay S.A., 2010
para el sello Javier Vergara Editor