Desde hace seis meses, una nueva propuesta busca reforzar el acompañamiento de los niños y adolescentes que viven en situación de calle. En 2008 se formó la Red de atención a niños y adolescentes en situación de calle extrema, que se ocupa de quienes han perdido los vínculos con sus familias, como con el sistema educativo y sanitario.
Así lo informó el diario La República el sábado 8 de mayo con la firma de Gelsi Ausserbauer.
Apoyo necesario. Los niños suelen consumir droga y atraviesan una profunda angustia.
Primero, la red coordinada por el INAU e Infamilia del Mides comenzó a captar a los más de 100 niños que viven en las calles; luego, se crearon tres hogares, en convenio con ONG. Desde hace seis meses, además, un grupo de seis profesionales atiende un aspecto sumamente sensible para esta población: su salud mental.
Un traje a medida
Trabajar con niños y adolescentes que atraviesan serias dificultades y cuentan con pocos apoyos e historias de vida muy duras no es sencillo. Muchos de ellos consumen drogas, lo que agrava el problema. Por eso, dos psicoterapeutas y dos psiquiatras trabajan permanentemente con ellos. Generalmente son entre 30 y 35; actualmente atienden a 27.
«El trabajo psicológico y psiquiátrico se hace como un traje a medida para cada niño. Muchas veces los tratamientos clínicos en consultorio no resultan eficaces, y por eso se exploran estrategias innovadoras», dijo Marina Cal, directora de la red.
Las derivaciones a los especialistas se realizan en forma «ágil», algo muy distinto a lo que pasaba hasta hace poco tiempo. «No es que no hubiera respuestas institucionales, pero eran insuficientes», admitió Cal.
Buena parte del trabajo que realiza el equipo consiste en intervenciones en crisis, la mayoría de ellas ocasionada por el consumo de drogas. Además, estos niños padecen una profunda angustia, lo que hace de esta atención un componente vital para su reinserción social. De hecho, «actualmente la prioridad de la red es diseñar estrategias de egreso para que estos niños recuperen su proyecto de vida», dijo Cal.
Además, otros dos psiquiatras se encargan de cuidar la salud mental de los educadores, que realizan una tarea «muy linda», en palabras de Cal, pero también muy desgastante y dura.
Fuente: Diario La República. www.larepublica.com.uy