El director nacional de Energía, Ramón Méndez destacó el papel de Argentina a la hora del apoyo energético “a pesar de los peores momentos de dificultades políticas entre los dos países, siempre el vínculo con las autoridades energéticas de ese país se mantuvo vivo”.
“Lamentablemente no hemos tenido muchas posibilidades de intercambio energético; éste se ha dado básicamente con Argentina y es de dos clases. El intercambio del gas a través del gasoducto, que tiene una capacidad increíblemente más grande que la que se utiliza, nunca ha llegado a funcionar más que al 5% de su capacidad máxima, lo que nos da una idea de cuál es el volumen inutilizado o, visto de otra forma, del potencial de crecimiento que tenemos”, dijo Méndez el pasado jueves 12 al participar junto con el ministro Roberto Kreimerman en la Comisión de Industria, Minería, Comercio, Turismo, y Servicios del Senado.
Agregó que “con Argentina también tenemos un potencial casi infinito, porque la conexión con Salto Grande permite hasta 2.000 megavatios de pasaje de un lado y de otro cuando el pico de consumo en Uruguay es de 1.650 megavatios en los días más fríos del invierno”.
“Hoy por hoy las posibilidades que tenemos surgen específicamente de nuestra relación con Argentina, con la que hemos tenido ‘verdes y maduras’ pero, en general y a pesar de los peores momentos de dificultades políticas entre los dos países, siempre el vínculo con las autoridades energéticas de ese país se mantuvo vivo. Dentro de contextos a veces complejos, siempre hemos recibido un buen trato y mantenido un buen vínculo de ida y vuelta”, puntualizó.
De esta forma, aclaró que “en el sector eléctrico tuvimos ‘de las maduras’ más interesantes, fundamentalmente porque las virtudes del sistema uruguayo son, al mismo tiempo, sus defectos. Quiere decir que tener una matriz eléctrica muy hidráulica es una excelente noticia, envidiada por todo el mundo por una cuestión de costos, de sustentabilidad y una cantidad de elementos pero, al mismo tiempo, la variabilidad climática nos hace dependientes”.
Por eso, dijo el jerarca “en varias ocasiones, en lugar de prender máquinas térmicas a costos mayores, ha convenido ir a comprar directamente energía eléctrica a Argentina. En general, incluso en los momentos de mayores dificultades pluviométricas, las represas estaban prácticamente paradas. El año pasado, la represa de Río Negro estuvo parada y cerrada ‘a cal y canto’ durante varias semanas y en esos momentos el respaldo eléctrico de Argentina fue muy importante”.
Gas boliviano como “energía en tránsito”
En su intervención, Méndez se mostró optimista respecto a la posibilidad de adquirir gas de Bolivia y de la construcción de gasoductos, confiando en la posibilidad que el gas pueda llegar a Uruguay desde Argentina como “energía en tránsito”.
“La buena noticia es que en la región existe energía barata de la que de alguna forma podríamos beneficiarnos tanto nosotros como los vendedores, porque se están quedando sin mercado. Por ejemplo, Bolivia se está quedando sin mercado de exportación porque Brasil ha resuelto no confiar en los vaivenes políticos internos y está instalando plantas de regasificación para traer gas desde otras regiones del mundo; también Argentina -por distintas razones- ha tenido dificultades”, señaló.
Méndez indicó que “el hecho es que Bolivia tiene mucho interés en poder vender gas a Uruguay o a un tercer país y salir del mercado cautivo que de alguna forma significan esos dos vínculos. Conseguir gas boliviano para nosotros es la posibilidad de abastecer nuestra generación térmica de una forma más barata que las actuales, pero es, sobre todo, el respaldo para el crecimiento de nuestra generación, que es absolutamente fundamental”.
De acuerdo a los estudios que hemos realizado, “hay un potencial para que se multiplique al menos por treinta el volumen de gas utilizado en el país en el sector industrial, en el residencial y en otros. Por eso, poder acceder al gas boliviano es fundamental y en ese sentido tenemos dos estrategias”.
Especificó que “una de ellas está vinculada a la posibilidad de que Argentina permita el pasaje de gas a través de sus gasoductos y la otra es la construcción del gasoducto dedicado que pasaría por Paraguay y por el sur de Brasil -eventualmente- al que hacía referencia el señor Ministro y respecto al cual estamos en pleno proceso de estudio. Tanto la CAF como el BID y el Banco Mundial se han interesado mucho en esta iniciativa y la han considerado como viable”.
Según Méndez, “para que pueda llegar el gas boliviano lo que se necesita es la buena voluntad de Argentina, a fin de que no internalice ese gas y luego lo reexporte, con lo cual entraríamos en la maraña comercial interna de ese país, con los comercializadores -y enfrentaríamos otra serie de dificultades- pero sobre todo tendríamos que pagar impuestos, que es justamente lo que estamos tratando de evitar. El eje central para nosotros -y es lo que ha planteado nuestro Presidente a su colega argentina- es que ese país permita la energía en tránsito, como existe en la mayoría de las regiones políticamente maduras del mundo”.
Electricidad desde Paraguay
El director nacional de Energía, Ramón Méndez considera que una solución similar al pasaje del gas boliviano podría aplicarse “para el caso de la electricidad paraguaya”.
“Ese país tiene sumo interés en vender electricidad a Uruguay, también saliendo de dos compradores compulsivos, para decirlo de alguna forma, que son Brasil y Argentina. La semana que viene (esta semana) estaría llegando al país la señora Viceministra de Minas y Energía de Paraguay para analizar ese tema”.
El jerarca expresó que “aquí nuevamente no está planteado un tema técnico de pasaje de electricidad -las líneas funcionan sin problemas- sino que la dificultad está en que Argentina permita el pasaje de esta electricidad sin ser internalizada y luego reexportada”.
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