En este caso compartimos la columna de Pedro Bordaberry (Vamos Uruguay) del viernes 14 de Mayo titulada “Contraste”.
“LA COLUMNA DE LOS VIERNES
CONTRASTE.
Por Pedro Bordaberry
Tengo un hermano que vive en Durazno. Veterinario, trabajador incansable, optó por quedarse a vivir en el lugar al que llegaron nuestros antepasados hace casi 150 años.
Recorre diariamente todos los rincones del departamento que tanto queremos. Formó una familia lindísima, mujer, tres hijos. Optó por vivir en el interior, ese interior en el que la gente todavía conversa, se saluda y que esta lejos de la vorágine de la capital del país.
Creo que esa forma de vida, a veces le hace ver las cosas más claras, nítidas. La semana pasada me mandó este texto. Le pedí permiso para compartirlo con ustedes. Él lo llamó “Una llamita en la oscuridad” yo prefiero llamarlo “Contraste”:
“En la ciudad de Durazno, en el centro del Uruguay, vivimos unas 30.000 personas.
Una vez al año nos invaden, con motivo de un festival de rock, unos 100.000 visitantes, que llegaron a ser hasta 170.000.
Muchos son jóvenes perdidos por las drogas, el alcohol, la violencia y el libertinaje que rodea al rock. El contraste con la vida tranquila y campechana de Durazno fue mayor la primera edición: hoy en día la ciudad se va acostumbrando a ver, aunque sea por un fin de semana, la degradación total de muchachos y muchachas. Duermen en plazas, calles o en el costado de la ruta. Los baños que usan son la ciudad entera, chicos y chicas. Se ve de todo. Toman vino rebajado con nafta y naranjita. Antes pedían monedas en las esquinas: hoy las exigen. En tres días la ciudad queda llena de mugre, preservativos y jeringas. Todo está permitido.
Este evento lo co-organizan una marca de cerveza y, lo que es peor la Intendencia Municipal. Hace tiempo en un asado coincidí con un publicista que nos contó cómo había sido la campaña que él dirigió, pagada por las empresas productoras de cerveza, para bajar la edad de consumo de alcohol. Viendo éste desastre de jóvenes comprobé el profesionalismo y la eficacia en su trabajo.
De la cerveza se pasa a cualquier cosa que tenga alcohol, y en el desenfreno, a cualquier cosa que los descontrole.
El otro organizador de éste infierno es el gobierno local. Es decir, para los adolescentes que el mundo actual no les muestra ningún rumbo, para que decida por sí mismo, el Estado le muestra uno: el descontrol. Así, la Intendencia Municipal de Durazno, organiza, fomenta, promueve y hasta se jacta de su éxito, de lo que los habitantes locales creemos es el peor ejemplo para nuestros adolescentes . Y el argumento oficial del dinero que entra en la economía local aparece realmente como miserable y ruin.
Dice la Policía que no hay problemas mayores, aunque siempre hay algunos incidentes violentos.
La degradación de las personas es de tal magnitud que, como los muchachos no tienen medios para volver a Montevideo a 180 kilómetros, la intendencia contrata camiones de transporte de ganado para llevarlos. Es decir, es coherente con el concepto de considerar a los desgraciados como carne o como animales útiles.
Como consecuencia de trasladar personas intoxicadas en medios de transportes inadecuados, un muchacho, de los que se cuelgan de las jaulas de ganado, cayó al suelo y murió en el acto al golpearse la cabeza contra el pavimento. La Policía Caminera venía abriendo el paso de los camiones.
En ésta misma ciudad de Durazno, casi al mismo tiempo, una madre murió por defender la vida de su hijo, todavía en su vientre.
María C, de 26 años, casada con un soldado del regimiento local, se cosió su propio vestido de casamiento religioso. Es modista. Perdió un embarazo y los médicos le recomendaron no tener hijos por una enfermedad que podría significar su propia muerte.
En su segundo embarazo, ya con el niño de varios meses de vida, los médicos le recomendaron interrumpirlo por el riesgo de muerte para ella. María no hizo caso, y murió cuando su beba, de seis meses, nació de cesárea.
Su marido, padre y viudo, vio crecer de a gramos a su hija internada en el Hospital. El recuerdo del sacrificio de su mujer seguramente será más fuerte que el infierno en el que, a veces, le toca vivir”.