Reproducimos la Columna del senador colorado Pedro Bordaberry correspondiente al Viernes 19 de marzo de 2010.
Lord Horacio Nelson es uno de los máximos héroes de Inglaterra. Su triunfo sobre las fuerzas navales Francesas y Españolas le valió el bronce en lo alto de la Plaza Trafalgar, que justamente conmemora esa victoria.
También es recordado por otro hecho ocurrido cuando la flota británica peleaba en costas danesas. Nelson había perdido la vista en un ojo. En el medio de esa batalla su jefe directo, el Almirante Parker, izó en el palo mayor de su barco la bandera de retirada. En ese entonces no existían las radios, menos los celulares, por los que las ordenes en la batalla se daban izando banderas.
Nelson no quería retirarse por lo que cuando le trajeron el catalejo para que observara la orden, se lo colocó en el ojo que no tenía sano y adujo no ver la bandera. A su ayudante le dijo: “sabes, como soy tuerto tengo derecho a equivocarme cuando me coloco este aparato” y siguió peleando.
Varios amigos de Salto me llamaron esta semana preocupados con las declaraciones del Sr. Fonticiella acerca de nuestra propuesta de crear una segunda Universidad de la República en el interior del Uruguay, y la voluntad de donar tierras de la Sociedad Rural de Durazno para que algunas facultades, en especial las de Veterinaria y Agronomía, se instalen ahí.
Aparentemente el referido señor expresó que ello perjudicaría a Salto, que quedaría postergado frente a Durazno. Creo que no leyó el proyecto de ley del diputado Fernando Amado o no entiende la diferencia entre Universidad y Facultad.
El proyecto prevé que se instale una Universidad en el interior del país. Creemos que esto es esencial porque no es bueno que sólo exista una Universidad de la República centralizada y dirigida desde Montevideo, a espaldas del interior y sin contemplar las reales necesidades de la mitad de los uruguayos. El ejemplo de lo que sucedió en Salto con la Facultad de Medicina basta.
Por eso propusimos desde Vamos Uruguay este proyecto. Que prevé una Universidad en el interior y Facultades en distintos departamentos, justamente aprovechando las características de cada uno. ¿Cómo no pensar en una Facultad de Veterinaria en Durazno con el desarrollo que la ganadería y la cría tiene ahí? ¿Por qué no pensar en una Facultad de Agronomía vinculada a la Forestación en Fray Bentos al lado de la Planta de Celulosa más moderna de Sudamérica? ¿Medicina en Tacuarembó donde el Hospital local marketinea tantos logros? ¿Biología en Rocha con esa riqueza oceánica y ecológica? ¿Humanidades en Salto cuna de los más grandes escritores y pensadores?
Son sugerencias, pero nos parece que es el camino. El mismo que recorrieron Artigas y Larrañaga cuando crearon la Biblioteca Nacional, Oribe con la Universidad, José Pedro y Jacobo Varela con la Escuela Pública, laica, gratuita y obligatoria, Batlle y Ordoñez en 1912 con los liceos Departamentales (que ya preveían Facultades como paso posterior), Grompone con el IPA o Germán Rama con las Escuelas de Tiempo Completo y los Centros Regionales de Profesores.
Pero parece que en una actitud más propia de su homónimo de la saga el Chavo del 8, Don Ramón parece que no distinguió entre Facultad y Universidad, o no quiso hacerlo. Lamento que no me haya dicho nada el otro día cuando compartimos la sesión en el Senado.
Yo soy sordo de mi oído derecho. Sufrí un accidente en el campo cuando tenía 17 años. Por eso les pido a los amigos de Salto que me llamaron indignados por las declaraciones del ex intendente que no se preocupen.
Que cuando habla este señor o el otro del otro partido que anda ladrando ahora que es candidato, pero cuyo nombre no me puedo acordar, hago lo de Nelson pero no en el ojo. Me pongo el audífono en el oído sordo.
No hay que rendirse cuando se trata de pelear por la Educación y por todo el interior del país. Por Salto, por Durazno y por todos los uruguayos que aún hoy tienen que pagar 7 u 8 mil pesos por mes para poder estudiar en Montevideo, sencillamente porque no nacieron en la capital.