El terremoto, de 7 grados en la escala de Richter y con epicentro a sólo 15 kilómetros de Puerto Príncipe, ha causado importantes destrozos en la capital, donde al menos cien edificios se han derrumbado y donde miles de personas podrían permanecer bajo los escombros, mientras se teme que una elevada cifra de muertos, informó el miércoles 13 el diario español ABC en función de información de la agencia EFE.
La situación es «caótica» en Puerto Príncipe, donde se teme que haya gran cantidad de muertos, dijo a Efe Javier Domínguez, teniente coronel de la inteligencia militar dominicana, en el puesto fronterizo de Jimaní, donde ya han empezado a cruzar en ambulancias los primeros heridos.
El Palacio presidencial y la sede de la misión de la ONU en Haití (MINUSTAH) se han visto gravemente dañados por el seísmo, aunque debido a los problemas en las comunicaciones los datos sobre la situación en el país se van conociendo con mucha dificultad.
El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, dio hoy por muerto al jefe de la MINUSTAH, el tunecino Hedi Annabi, al tiempo de que advirtió de que no se tienen noticias de más de 200 de los huéspedes que ocupaban el hotel de lujo «Le Montana» en la capital.
«Por desgracia el edificio de la ONU se derrumbó y parece que todos los que estaban en él, incluido mi amigo Annabi, enviado especial del secretario general de Naciones Unidas, y todos los que estaban con él están muertos», afirmó Kouchner en la radio RTL.
Varios soldados de la MINUSTAH procedentes de China, Uruguay y Jordania están desaparecidos y podrían haber fallecido, mientras otros países presentes en la misión están a la espera de confirmar el estado de sus efectivos.
Kouchner, que aseguró que es pronto para hacer un balance de las consecuencias del seísmo, señaló que también quedó derruida la residencia oficial del presidente de Haití, Rene Preval, quien salió de la misma y contactó con la Embajada francesa en la capital.
Francia, antigua metrópoli en Haití, cuenta con una importante colonia de unos 1.400 ciudadanos en ese país.
«Mucha gente está huyendo de la capital y eso dificulta que llegue la ayuda. Tenemos que controlar la llegada de la ayuda para evitar que se convierta en una nueva catástrofe», dijo Kouchner, ex presidente de Médicos Sin Fronteras y especialista en crisis humanitarias.
Las réplicas del sismo, de entre 4,5 y 5,9 grados en la escala de Richter, continúan hoy con cierta frecuencia y podrían seguir produciéndose «durante unos días más», según el Servicio Geológico de EEUU (USGS), que no descarta la posibilidad de un nuevo terremoto.
Los temblores han afectado tanto las modestas casas de madera como los edificios más modernos de Puerto Príncipe y están complicando las tareas de rescate, mientras llegan los primeros equipos enviados por la comunidad internacional, que ha comenzado a movilizarse rápidamente.
La vecina República Dominicana y EEUU fueron los primeros en solidarizarse con los haitianos, dando lugar a una cadena de apoyo que ha ido creciendo de forma espectacular a medida que pasaban las horas y que incluye a gobiernos, organismos y organizaciones no gubernamentales (ONG).
Venezuela, Puerto Rico, Nicaragua, Honduras, Colombia, Panamá, México, Chile, Reino Unido, Alemania, Suiza, Italia, Francia, España, Israel, Sudáfrica, Brasil y China son algunos de esos países.
A las primeras peticiones de ayuda lanzadas por el Gobierno haitiano y la Organización de Estados Americanos (OEA) se sumó hoy la de Benedicto XVI, que llamó «a la generosidad» de la comunidad internacional «ante la dramática situación» en Haití.
Los daños en las infraestructuras entorpecen la distribución de la ayuda humanitaria y es «demasiado pronto» para dar un balance de víctimas, informó hoy la portavoz de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU, Elizabeth Byrs.
Las prioridades son el rescate de las personas atrapadas bajo los escombros, resolver la falta de agua y de lugares temporales de refugio así como los problemas de saneamiento básicos para evitar epidemias, señaló Byrs.
Fuente: Diario ABC y EFE int-mr/es