La Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) publicó en su página web la propuesta de Proyecto de Selección y Delimitación del Área Protegida “Montes del Queguay” en el departamento de Paysandú, para ingresar al Sistema Nacional de Áreas Protegidas. De acuerdo a sus características, desde DINAMA se entiende que la categoría de manejo más adecuada para esta zona es “Área protegida con recursos manejados”.

Los antecedentes más antiguos respecto al área que se propone como Área Protegida indican que en el año 1949 vecinos de Guichón y representantes de la comunidad local promovieron con particular énfasis la necesidad de crear un área protegida en el paraje conocido como Rincón de Andrés Pérez.

Luego de aquellas iniciativas de conservación, esos montes del Queguay y sus esteros ribereños (Rincón de Pérez) fueron declarados área de interés para integrar un Sistema Nacional de Áreas Protegidas en el Estudio Ambiental Nacional (Proyecto OPP/OEA/BID, 1991).

Posteriormente, fueron realizadas distintas valoraciones de su importancia a nivel nacional.

Desde 1994, la zona de Rincón de Pérez, definida como “los bosques del Queguay, esteros y lagunas circundantes a la confluencia de los ríos Queguay Grande y Queguay Chico así como la extensión aguas debajo de dichos ríos” está comprendida en el área de protección y reserva ecológica establecida por la Ley N°16.462, art. 116 literal F del 11/ 01/ 94, en torno a los bosques indígenas aledaños a los ríos Queguay Grande y Queguay Chico.

En el marco de este proceso de trabajo, en 2007 se constituyó el “Plenario y Unidad Ejecutiva del área protegida”, integrado por distintos referentes locales y nacionales. En ese ámbito se llevó se recopiló la información necesaria para redactar un borrador del proyecto de inclusión de esta zona al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP).

El área a ser protegida está comprendida dentro de la cuenca del río Queguay. Esta zona está situada en el departamento de Paysandú, a 70 Km de la ciudad de Paysandú y a 40 Km de la ciudad de Guichón. Se accede por las rutas nacionales 90, 4 y 26 respectivamente, y también por caminos vecinales, por los cuales se pude llegar a toda el área. Es un área de confluencia entre dos cursos principales, ríos Queguay Grande y Queguay Chico y un conjunto de cursos de agua afluentes de estos ríos, los arroyos Guayabos, Buricayupí, Sauce del Queguay, Capilla Vieja, Juncal y Ñacurutú Grande.

En el entorno del área protegida, la población se distribuye en centros poblados, colonias y establecimientos rurales

La actividad productiva predominante en la zona es la ganadería vacuna y ovina, con un manejo de tipo extensivo. Las razas vacunas predominantes son Hereford y Normando y la ovina Corriedale. La agricultura y la forestación ocupan un área importante en franca expansión, realizándose en algunos predios el silvopastoreo

En los bosques de Paysandú vivieron los últimos indígenas, aborígenes de estas tierras, los charrúas. En toda la zona de influencia del Área Protegida son frecuentes los hallazgos de utensilios que los indígenas usaban. En la zona se encuentra la tapera del rancho de la paraguaya Melchora Cuenca. Por detrás de la tapera de Melchora Cuenca pasa el “Camino de los Indios”, lo que se cree fue una milenaria senda que venía de los Andes y que habría sido utilizada por los indígenas para atravesar el continente. También se encontraron conos y círculos de piedras, relacionados a culturas aborígenes, aunque se desconoce su época. Uno de los hallazgos más importantes es el de un petroglifo que según especialistas es similar a un calendario maya, con trece meses de veintiocho días. Dentro de las construcciones de valor histórico-cultural se destaca la calzada Andrés Pérez, sobre el río Queguay Grande, construida en 1893 a iniciativa de la Junta Económica Administrativa de Paysandú. La misma está realizada en bloques de piedra basáltica labrada y calzada.

También existen una serie de muros y mangas de piedra construidas en la edad del cuero, luego de la introducción de la ganadería en la Banda Oriental, por inmigrantes vascos. Algunas de ellas llegan a medir 10 km.

Por último, se destaca la Estancia El Ancla, fundada en 1857. Su construcción es de estilo colonial en piedra y revoque y hoy alberga un pequeño museo creado y cuidado por sus propietarios.

Los aspectos destacados que justifican su inclusión al SNAP son que esta zona cuenta con una serie de atributos que le confieren un alto interés desde el punto de vista de la conservación, incluyendo entre otros, alta diversidad, rareza, carácter relictual, singularidad y calidad estética.

El área Rincón de Pérez y montes del Queguay constituye una gran planicie de inundación formada en la confluencia de los ríos Queguay grande y Queguay chico. Funcionalmente, la extensa planicie cumple un importante rol de regulación del régimen hídrico en la porción baja de la cuenca del río Queguay, una zona caracterizada por actividades intensivas en el uso del suelo. La alteración o degradación de esta área generaría cambios importantes en la ocurrencia de eventos de inundación en la zona de desembocadura del Queguay en el río Uruguay.

En el área delimitada como Rincón de Pérez y montes del Queguay están representados diferentes ecosistemas en forma integrada. Esta gran diversidad de ambientes es el resultado de procesos de acumulación, sedimentación, edafización, la dinámica de la red hidrográfica y las inundaciones periódicas. Todo esto, hacen del área una zona de una gran heterogeneidad de ecosistemas.

Los objetivos que se persiguen en su incorporación al SNAP son:

1. Conservar las características y dinámica natural del paisaje, y los servicios ecosistémicos que brindan la planicie de inundación del río Queguay y los ecosistemas asociados.

2. Proteger uno de los macizos boscosos más grandes del país y restaurar sus características ecológicas.

3. Conservar y restaurar ecosistemas relictuales, raros y funcionalmente importantes, y sitios con alto valor ecológico, incluyendo pastizales, zonas inundables y bosques parque y de cerritos.

4. Proteger las poblaciones de especies de interés para la conservación presentes en el área.

5. Promover el desarrollo social y económico del área y la región de influencia, impulsando actividades turísticas sustentables y prácticas productivas que tiendan a disminuir la presión sobre la planicie de inundación y los ecosistemas asociados, y al uso sustentable de los recursos naturales.

6. Promover el desarrollo de líneas de investigación interdisciplinarias y estudios sobre ecología de bosque y dinámica fluvial, usos productivos sostenibles, y manejo de recursos naturales.

7. Rescatar, proteger, investigar y difundir los elementos del patrimonio histórico y arqueológico del área, y las manifestaciones culturales propias del área.

8. Propiciar la educación ambiental, y promover el conocimiento y divulgación de los valores naturales y culturales del área.

La propuesta que figura en la página web de la DINAMA explica que “de acuerdo a los objetivos propuestos y teniendo en cuenta no sólo las características intrínsecas del área sino su rol en el cumplimiento de los objetivos de conservación del SNAP, se entiende que la categoría de manejo más adecuada para el área es “Área protegida con recursos manejados”.

El documento agrega que “según el Decreto 52/05 que reglamenta la Ley 17.234, los objetivos de manejo de esta categoría son:

1°. Proteger y mantener a largo plazo la diversidad biológica y otros valores naturales del área;

2°. Promover prácticas de manejo racionales con fines de producción sostenible;

3°. Preservar la base de recursos naturales contra la enajenación de otras modalidades de utilización de tierras que sean perjudiciales para la diversidad biológica del área; y,

4°. Contribuir al desarrollo regional y nacional”.

Fuente: Presidencia de la República. www.presidencia.gub.uy