Si bien la demanda de carnes como lechón y pollo es aún baja, los comercios ya comenzaron a subir sus precios.
Las ventas no se han intensificado todavía, y hay dos factores que permiten prever que en el transcurso de esta semana se llegará a niveles aceptables de compra tal como las del año pasado. Primero, en muchas carnicerías el nivel de reserva de estos productos es elevado y por otro la costumbre de dejar todo para último momento, por lo cual no sería sorprendente que en los últimos días se disparen las ventas.
En lo que respecta a los precios de estos productos, en el caso del pollo se registró un aumentó de 30%.
Por otra parte, el lechón fresco aumentó un 23%. En este caso también la demanda supera a la oferta. Lo que ocurre es que la mayor parte de las cadenas tienen es lechón congelado y no hay oferta de lechón fresco, por lo cual también este aumento es en la última semana.
El cordero y el asado cuentan con una oferta abundante que cubre al mercado y no se espera que suba en las próximas semanas.