La aparición de un nuevo virus de la gripe acaparó este año los esfuerzos sanitarios globales tras convertirse en la primera pandemia del siglo XXI, lo que dio lugar al desarrollo y fabricación de la vacuna más rápida que se recuerde, aunque las evidencias apuntan a que su gravedad es menor de lo que se temía.
Detectado por primera vez en México el pasado abril, el virus al que se bautizaría semanas después como AH1N1 y no como gripe porcina, surgió de una combinación genética de las cepas de las gripes porcina, aviar y humana, lo que puso en alerta a la comunidad científica internacional, liderada por la Organización Mundial de la Salud.
Nueve meses después de detectarse los primeros casos de la llamada gripe A seis meses después de que fuera declarada por las autoridades sanitarias del mundo como pandemia, la primera declaración de la Historia, los reportes indicarían que la tasa de mortalidad de esta enfermedad no es superior a la de la gripe estacional, común y corriente.
Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU, esta enfermedad constituiría un suceso leve y ha calculado que su mortalidad es del 0,018 por ciento. Por ahora, se han contabilizado 7.820 muertes en el mundo por esta gripe, frente a un estimado de 500.000 decesos anuales por la estacional.
En uruguay hay diferentes versiones sobre el número de personas afectadas.
La OMS sigue invocando mantener la guardia y ha recordado que el virus puede variar de su forma actual a una más agresiva, como ya ha ocurrido en el pasado, aunque tampoco se descarta el camino inverso, es decir que el virus mute a una versión más suave.
Lo cierto es que ya se han verificado mutaciones en varios países, aunque todavía se desconoce si esos cambios son significativos, si pueden influir en el enfoque de la lucha contra esta infección e, incluso, si podrían menguar la efectividad de la vacuna.
Por ahora, 150 millones de dosis de vacunas han sido distribuidas a cerca de 40 países y las campañas ya han arrancado en muchos países, en medio de cierto escepticismo de la opinión pública, que ha visto con desconfianza el antiviral.
Sin embargo, la OMS no cesa de repetir que esta vacuna es tan segura como la de la gripe estacional, con efecto secundarios menores (dolores musculares, fiebre de uno o dos días, entre otros) y que éste constituye el medio más seguro para prevenir el contagio.