El Consejo Nacional de Turismo realizó la última reunión correspondiente al período en la cual se presentó un informe sobre lo realizado en los últimos años y las tareas que quedan pendientes para asumir en el próximo Gobierno. Entre los ‘debe’ se encuentra avanzar en los contenidos para una futura Ley Nacional de Turismo.
Si bien CONATUR se constituyó en 2005, su trabajo fuerte comenzó en 2007, momento en el cual enfocó sus esfuerzos en el tratamiento de temas tales como la formación de recursos humanos, calidad, acciones de promoción, legislación, desarrollo económico y local, entre otros. En ese sentido, el Ministro de Turismo y Deporte, Héctor Lescano, señaló que la finalidad de este Consejo era contar con un ámbito que facilitara el relacionamiento de los operadores turísticos, las instituciones y el Gobierno.
En ese marco, el Compromiso Nacional por el Turismo que expresa la voluntad política de acordar y sentar las bases para una política nacional y el Plan Estratégico 2020, constituyen dos elementos sustanciales para el desarrollo de esta actividad, la cual requiere niveles de desarrollo institucional, tanto del sector público nacional y departamental, como del sector privado.
La Asesora Ministerial, Silvia Altmark, explicó que el plan estratégico nacional con miras al 2020 y el Compromiso Nacional por el Turismo (que fue firmado por todos los partidos políticos) serán elementos sustanciales para definir las acciones de los próximos años.
El Consejo Nacional de Turismo aún no se encuentra institucionalizado como tal, pero espera la aprobación del decreto que lo reglamente. Éste tiene su antecedente en un decreto de la década de los setenta, el cual debía modernizarse. Para ello, se buscó una nueva norma que recogiera las características propias de un CONATUR moderno, con comisiones que atendieran aspectos tales como la capacitación, calidad, legislación y los mercados. La institucionalidad de CONATUR permitirá avanzar hacia una Ley Nacional de Turismo que brinde un marco general de aplicación para todo el país.
Altmark afirmó que uno de los logros de este período fue la formalización de la actividad de los guías turísticos, quienes no estaban registrados en el Ministerio como operadores. En una primera instancia se realizó un relevamiento en el cual se pretendía conocer quiénes eran, qué capacitación y formación tenían. A partir de allí, se conformó una comisión que definió las características básicas que debe cumplir un guía turístico y, de esa manera, conformar un registro. Se analizó junto al BPS y la DGI las formas por las cuales estos trabajadores puedan formalizar su tarea y posteriormente, una comisión interinstitucional comenzó el análisis a nivel de capacitación (tanto desde la formación como la competencia directa) que se exigirá para ser guía turístico registrado.