En este caso compartimos la opinión de Acción y Tradición titulada “El bien del Uruguay, las próximas elecciones y el futuro de América Latina” de cara a los comicios del balotage del domingo 29 de noviembre.
“Una disputa aparente camufla y soslaya la controversia real, induce a engaño al elector y coloca al País en grave riesgo de precipitarse sin saberlo en el caos del socialismo chavista del siglo XXI
«Soy tomista convencido. El aspecto de la Filosofía por el que me intereso más es la Filosofía de la Historia. En función de ésta encuentro el punto de unión entre los dos géneros de actividad a los que me he dedicado a lo largo de mi vida: el estudio y la acción. Esta última la he ejercido en un campo muy definido: la difusión doctrinal, realizada tanto con carácter de diálogo, como también de polémica. Por más que la noción y la palabra parezcan anacrónicas, me siento plenamente a gusto al hacer la presente afirmación. El ensayo en que condenso lo esencial de mi pensamiento explica el sentido de mi actuación ideológica. Se trata del libro Revolución y Contra-Revolución»
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA
Tradición y Acción por un Uruguay Auténtico, Cristiano y Fuerte, declarando una vez más su compromiso inquebrantable de fidelidad a los ideales sagrados de Tradición Familia y Propiedad, tal cual los formuló y defendió en su vida y en su obra el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira, en un modesto y respetuoso homenaje, ofrece este análisis de la situación nacional, el cual intenta ser una aplicación de lo que de él aprendió.
«¿Hasta cuándo, oh, Catilina, abusarás de nuestra paciencia? ¿Por cuánto tiempo aún ha de burlarse de nosotros tu conducta? ¿A qué extremos se ha de precipitar tu audacia sin frenos?” Cicerón
I. –El VER de la SITUACIÓN
• Espejos y espejismos políticos y religiosos: se disimula lo que se es; se aparenta lo que no se es
a. En Política electoral
José Mujica, candidato de la izquierda en estas elecciones afirma que será el espejo de Lula, el po-limórfico y pícaro presidente brasilero, ícono publicitario de una muy sui generis “moderación” latinoamerica-na. Su esposa, al igual que él, de antecedentes tupamaro-terrorista, hoy electoralmente “reciclada” coloca como objetivo de un futuro gobierno de izquierda, no a Cuba o la extinta URSS, sino a Finlandia, Dinamarca y Nue-va Zelandia, y en un horizonte de 25 a 30 años, con lo que hace eco del mismo y desconcertante moderantis-mo.
Por su parte, la ex senadora, esposa del candidato opositor Luis Alberto Lacalle, declara, con otras pa-labras, que un eventual gobierno de éste será también espejo de su opuesto… ¡el presidente izquierdista Tabaré Vázquez! , a quien el marketing político presenta como fiel reflejo de su homónimo brasilero. Un axioma matemático establece que dos cantidades iguales a una tercera son iguales entre sí. Sin embargo, el hombre común percibe, desconcertado y entre brumas, que en el actual cuadro político electoral las cosas no obedecen a una lógica matemática, sospecha que algo se le esconde, que no todo es la misma cosa, que hay diferencias que se camuflan.
b. En Religión
A su vez, la autoridad eclesiástica, acompañando este mismo juego de espejar su contrario, confundir antes que distinguir y esclarecer, aparece en el actual cuadro político electoral como la entidad que en sus de-claraciones se muestra menos sutil y más radical en propiciar el (des)orden igualitario , que es la meta última del comunismo y en el desmantelamiento del principio de la propiedad privada, insinuando así ser lo contrario de lo que siempre la Doctrina Católica enseñó . En reciente pronunciamiento, la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU) da a entender que las dos opciones no sólo se equiparan sino que se combinan y complemen-tan; llama a no confrontarlas sino a enriquecernos con la otra opción buscándole sus puntos positivos (¡!). Es decir convoca a ser inconscientes, relativistas y a votar a ciegas y en la mayor de las ingenuida-des. Y a mayor abundamiento declara que no hay que canonizar una opción ni demonizar la otra. ¡Qué lejos estamos del “SÍ SÍ, NO NO” evangélico! Mayor relativismo no podría haber en pastores que han de ser Maestros de la Verdad. Pues en esta elección hay cosas objetivas en peligro y no meras subjetivi-dades personales, cosas definidas por el Supremo Magisterio, unas que inclusive demonizó, tales como el socialismo , el asesinato de inocentes en el vientre materno, la unión homosexual, y otras que sacralizó como es la desigualdad armónica y la propiedad privada .
… Y, ¡o tempora o mores! La Santa Iglesia representa al Verdadero Dios, Ella que por vocación y por misión divina tiene el sagrado deber de proclamar la Palabra de Dios y vigilar por el cumplimiento íntegro de Su Ley. Sin embargo, a contrario sensu, el Episcopado nacional se manifiesta como la institución más ostensiva y reiterativamente laica al tratar de problemas tan esenciales de moral social como lo son los atinentes a la fami-lia, al aborto, a las uniones aberrantes que según el Espíritu Santo y el magisterio perenne de la iglesia son pecados que claman al cielo por venganza, la CEU hace cuestión de subrayar que no son temas de religión, de filosofía o de sociología; o sea, son las autoridades eclesiásticas las que ostensivamente ponen a Dios y Su divina Ley de lado, exilian a Él del debate como si nada tuviera que ver y nada hubiera enseñado, establecido, mandado o prohibido al respecto; cual si fuese un obstáculo al entendimiento entre los hombres, cual si se pudiese construir una civilización y una paz verdaderas marginalizando y contrariando frontalmente al Crea-dor, Sustentador y Providencia del hombre y de la sociedad, resumiendo: “Dios el gran excluido” en vez de la linda expresión francesa, “Dios el primer servido”; todo lo cual recuerda, entre otras, las profecías de la Virgen, sea en La Salette sea en Fátima, donde nos previene al respecto del abandono que los hombres han hecho de Dios, proscribiéndolo y exiliándolo de su vida pública y privada, ofreciéndoles al mimo tiempo una salida si se convierten y acogen Su mensaje. En análogo sentido altas autoridades eclesiásticas se han referido a una misteriosa y apocalíptica autodemolición de la Iglesia, un proceso de autodemolición que se esparce por todo el cuerpo social.
“DESCÍFRAME O TE DEVORO”
¿Quién entiende esta charada?
Un rompecabezas que, cual la célebre y mitológica esfinge que la esposa de Zeus enviara en castigo a Tebas –un monstruo con rostro femenino, cuerpo de león y alas de pájaro pronto a devorar a todo aquel que no adivine sus acertijos– nos interroga hoy a nosotros los uruguayos colocándonos delante de la misma alternati-va: “descíframe o te devoro”
O desvendamos este intríngulis político religioso o seremos como en el mito griego devorados por una realidad que no vemos ni entendemos, pese a ser lo más dinámico y profundo del acontecer presente.
¿Cuál es esa realidad?
II.- Juzgar
1.- Desgaste, desnaturalización, inautenticidad en la generación de la autoridad gubernamental
La postura que asumen tanto las candidaturas presidenciales cuanto las orientaciones eclesiásticas , por encima de ciertos entrechoques sensacionales, terminan siendo espejos unas de las otras. Espejos sí, pero espejos deformantes, espejos cóncavos y convexos que ora estiran ora aplastan; aquí ensanchan allá alargan la figura que reflejan, aturdiendo subliminalmente al elector.
De hecho, quien tenga paciencia para leer los programas presidenciales sin esas deformaciones ópti-cas, más aún si los lee en la óptica de las orientaciones pastorales, no encontrará diferencia mayor entre uno y otro, a lo más se deparará con matices convergentes y complementarios que no se excluyen. No hay en ellos confrontación, nada que uno afirme y el otro rechace. Pero, donde más se asemejan ambos programas es en ser escandalosamente omisos en las cuestiones candentes más importantes del momento, y al respecto de las cuales la autoridad eclesiástica aún nombrando alguna les resta importancia y las relativiza, tales como, por ejemplo:
o la cohonestación legal de, entre otros, las uniones homosexuales, el asesinato en el seno ma-terno de nonatos , el divorcio, el desenfreno y la disolución moral;
o la prescindencia frente a la persecución religiosa encubierta que se gesta bajo ropajes de “no discriminación” de minorías, sean de género, religión u orientación sexual;
o el pasar por alto el autoritarismo en la enseñanza, en especial en la llamada (des)educación sexual que impone de modo totalitario a los niños desde su más tierna infancia, y al margen de la autoridad paterna, una concepción radicalmente amoral de la vida y de las costumbres privadas;
o el mantenerse ajenos al proceso de des-constitución del Estado, de erosión de las institucio-nes, desgaste del tejido social y de vaciamiento del estado de derecho en curso.
Se diría que ambas plataformas, a través de lo que dicen y callan, compiten –bajo la mirada compla-ciente del episcopado- en dar una simulada y engañosa imagen de “moderación”. Un muy sui generis mode-rantismo: moderados en lo que se dice; pero en lo que se calla y esconde, radical uno, tímido y condes-cendiente el otro.
Un consenso aparente en los lugares comunes que se manifiestan, tales como el acceso a internet, se-guridad pública, prosperidad, responsabilidad y honradez administrativas; y un consenso real en silenciar te-mas más transcendentes, en que se supone que habría diferencia, como son los arriba señalados.
¿¡Qué sentido y qué consistencia tiene elegir al detentor del poder, si el ciudadano, sin tener capaci-dad para tal, tiene que intuir, por detrás y hasta en contra de lo que se dice, las verdaderas intenciones de los postulantes a la primera magistratura de la nación, o, de lo contrario, dejarse engañar por la simulación!?
2.- Inoperancia de las instituciones, desprotección del Estado y de la Sociedad delante de las nuevas amenazas
Por otra parte, ¿cómo explicar esta aparente convergencia y este ostensivo consenso? ¿Será real, será sincero? ¿Estaremos alcanzando una era de paz y entendimiento, o se nos está distrayendo y engañando? ¿Se están perfeccionando o carcomiendo nuestras instituciones?
Si es esto último ¿qué terrible despertar nos aguarda… un despertar tal vez ya en acto prefigurado por la alianza de los Chávez, Evos, Kirchner, Zelayas? Tanto más cuanto este juego de esconder y simular, sosla-yar y omitirse, no es exclusivo del proceso de selección de las autoridades y actores políticos y sociales, se da también en el modo de ellos actuar, sean gobierno sean oposición.
• Clave para entender la realidad, descifrar la charada electoral y no dejarse devorar por ella
Como enseña Plinio Correa de Oliveira en su magna obra “Revolución y Contra Revolución”, “la Revolución es un proceso en transformación continua”. Hace veinte años, con el sorpresivo desplome del Capitalismo de Estado y de las Dictaduras del Proletariado, ocurrió una inmensa transformación, la Revolu-ción sin cambiar el alma cambió de rostro:
“Se pone una máscara risueña, de polémica se vuelve dialogante, simula estar mudando de mentalidad y de actitud, se abre a toda especie de colaboraciones con los adversarios que antes in-tentaba aplastar con la violencia… deja de amenazar y de agredir, pasa a sonreír y a pedir…”
Con esta inmensa y desconcertante transformación, alerta el insigne pensador católico, el comunismo no se desmiente a sí mismo, por el contrario:
“lejos de esto, usa la sonrisa apenas como un arma de agresión y de guerra, y no extingue la violencia, sino que la transfiere del campo de operaciones, de lo físico y palpable para las actua-ciones psicológicas e impalpables. (…) Trátase de una verdadera guerra de conquista –psicológica sí, pero total– teniendo por objetivo el hombre todo, y todos los hombres en todos los países”
¿Acaso no es esto, para ceñirnos apenas a nuestro País, lo que hemos vistos en el primer gobierno del Frente Amplio?, y ¿no es esto también, por cierto con algunas peculiaridades propias, lo que presenciamos actualmente en la dupla Mujica Astori?
Cabe, pues, estar prevenidos y vigilantes y no tomar por realidad lo que es un mero espejismo estraté-gico de moderación y convergencia que, de hecho y en profundidad, perfecciona y torna más devastadora la agresión en marcha contra las instituciones y costumbres de occidente.
Ellas pasan a ser demolidas desde dentro. Porque, cuando la generación de las autoridades se hace di-simulando lo que se es, y aparentando lo que no se es, las instituciones pierden su base de sustentación y su razón de ser, comienzan a girar en el vacío, y al hacerlo van corroyendo de modo imperceptible, y por eso mismo más peligroso y fatal, todo el sistema institucional del país, y hasta la propia estructura mental de los actores sociales y del mismo individuo, cada día más apático y desinteresado de la cosa pública.
Estamos delante de una erosión molecular del estado de derecho, desde dentro y en profundidad, que si estuviese programada científicamente para, sea por la mano derecha sea por la vía izquierda, conducir-nos en medio de la apatía generalizada para la meta anarco-caótica soñada por los mentores del comunismo no sería diferente.
No sólo Uruguay, sino que en toda América Latina el estado de derecho entró en crisis, da señales de no acompañar los acontecimientos ni de estar a la altura de los desafíos.
Por ejemplo, el ordenamiento institucional de nuestros países latino americanos procuró precaverse contra los golpes de estado y el autoritarismo, e hizo un gran esfuerzo en ese sentido. Sin embargo lo peligroso en el Siglo XXI ya no son los golpes de estado sino los golpes desde el Estado; ya no es el autoritarismo clásico sino el autoritarismo electoral, el control de la arena política por la restricción de la libertad de prensa, la tendencia al monopolio de la información, la intervención extranjera descarada, política y financiera ; no es la legitimidad de origen sino la de ejercicio; no es el respeto de la dignidad humana sino las garantías contra su adulteración y deturpación….
Y a este respecto nuestra institucionalidad se muestra totalmente desprotegida y desbordada por la rea-lidad. Ello facilita y casi fuerza a que nuestros países recurran a organismos internacionales que, como en el caso de Honduras, en vez de hacer respetar el estado de derecho que lo rige intentan imponer “soluciones” al margen y violando las leyes, instituciones y costumbres de ese País, violentando su soberanía nacional. ¡Esa misma soberanía que se pretende sea absoluta e intocable para Cuba, los Papúas o las tribus indígenas antropó-fagas que violan sistemáticamente los más elementales principios de la dignidad humana!
Se esboza así una dictadura regional de izquierda por parte de organismos internacionales sobre los que –fieles a sus leyes e instituciones– quieran defenderse de esta nueva y peligrosa agresión. Se delinean al mismo tiempo pactos de defensa militar entre los llamados “bolivarianos”, los cuales, como es el caso de Ve-nezuela, Bolivia, Ecuador, establecen pactos asistencia militar con Rusia, Irán, Libia, inclusive permitiéndoles el establecimiento de bases militares en sus territorios. En algún caso se tejen inclusive acuerdos nucleares. Los países latino americanos se arman y crecen los rumores de conflictos armados, en medio de un aumento de los estallidos sociales e indigenistas.
III.- ACTUAR
Delante de este cuadro, ¿es razonable, es sabio, es cristiano y patriótico dar el voto a un candidato con antecedentes de violencia intransigente, militante de una de las organizaciones terroristas más violentas del continente, y que si se adecuó a la nueva táctica revolucionaria, parece alinearse más con los Chávez, Evos, Correas, Kirchners, que con los Lulas, Tabarés o Bachelets?
Por todo lo que hemos explicado, es claro que, si no negamos la diferencia entre esas dos líneas de acción revolucionaria, tampoco creemos que lo sean sin un punto común de coordinación. Podrá ser, tal vez, que algunos de sus actores no esté enteramente consciente, pero estás dos corrientes representan las dos tena-zas de un alicate, se oponen, unidas en un punto anterior, para coordinadamente mejor aplastar a la víctima que, engañada por el espejismo, pone ingenuamente su cabeza en medio de las dos, por más que lo haga más cerca de la que estima más muelle.
Estas dos vertientes socialistas son una estrategia para aplastar a nuestros países por medio de la ac-ción coordinada entre presidentes Lulas y presidentes Chaves, cada uno representando una tenaza del mismo alicate.
Los uruguayos tenemos la oportunidad de escoger un presidente que no sea un Mujica con rostros, para unos blando y que seguiría la línea Lula-Tabaré-Bachelet y para otros duro que tendría rostro Chaves Evo Kirchner. Comoquiera que sea tenemos otra alternativa que aun cuando tenga las carencias que antes se-ñalamos no es ninguno de esos mujicas. Pero no es sólo la oportunidad sino la obligación, ante Dios, ante la Patria, ante nuestros hijos y nuestros hermanos latinoamericanos, de no sumarnos a este juego fatal de las iz-quierdas renovadas para mejor alcanzar el mismo objetivo de tupamaros y comunistas de antes de la Caída de la Cortina de Hierro. No podemos, en este momento tan crítico de América latina, fortalecer ninguna de las dos tenazas del alicate con que se pretende destruir a nuestras naciones.
Que la Virgen Santísima de los Treinta y Tres, de gracias superabundantes a Uruguay para escapar en esta hora de las tenazas de la Revolución y acogerse a su materna protección, en el convencimiento de que fuera de Dios no hay salvación social ni individual. Si el hombre no respeta a Dios no hay razón para que res-pete a otro hombre. Se resbala insensiblemente para el estado ferino: homo homini lupus
Tradición y Acción termina transcribiendo y haciendo suyas las palabras llenas de Fé y de Esperanza con que Plinio Corrêa de Oliveira finaliza su ensayo Revolución y Contra-Revolución:
“En medio de este caos (…) firme con toda la firmeza de los que, en medio de la borrasca, y con una fuerza de alma mayor que ésta, continúan a afirmar de los más hondo del corazón: Credo in Unam, Sanctam, Catholicam et Apostolicam Ecclessiam, o sea, Creo en la Iglesia Católica, Apostólica, Romana, contra la cual, según la promesa hecha a San Pedro, las puertas del infierno no prevalecerán”.
Montevideo, 8 de noviembre de 2009, festividad de Nuestra Señora de los Treinta y Tres.
Tradición y Acción por un Uruguay Auténtico Cristiano y Fuerte.
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