Durante casi todo este martes 3 de noviembre se vivió en la sede del Juzgado del Crimen, ubicado en la Ciudad Vieja, una cadena de reuniones entre jerarcas policiales, abogados, fiscales y jueces en procura de dar los primeros pasos para desentrañar este loco caso del contador fallecido Saúl Feldman, poseedor de un arsenal de más de 700 armas, muchas de ellas de las llamadas “de guerra” por su grueso calibre y poder de destrucción.
En el Juzgado de Crimen se reunieron el Juez Especializado en Crimen Organizado, Jorge Díaz, con el subdirector de Policía Técnica, Roberto De los Santos, también peritos de Bomberos, el jefe de Policía de Canelones, Tabaré Guardiola, el coordinador de la Jefatura de Policía, Luis Mendoza, el jefe de Narcóticos, Julio Guarteche y Gil Iribarne, también de la Secretaría Antilavados.
También autoridades del Banco Central y la DGI, por lo que el caso Feldman.
Si bien el juez Díaz mantuvo un cerrado silencio ante los medios de prensa a la salida de la reunión se confirmó que hasta el momento, sin haber finalizado el recuento, van encontradas más de 700 armas de fuego entre cortas y largas, además de encontrar una cantidad importante de municiones y alrededor de 500 granadas de mano, de para fusiles y de mano de distintas categorías, pólvora, cable detonadores, mechas etcétera.
“Hay armas que tienen determinados símbolos como que pertenecen a las Fuerzas Armadas, una cantidad pequeña”, señaló Díaz.
Feldman disponía además máscaras antigás, cajas con granadas de mano, minas antipersonal y antitanque, varios lanzacohetes RPG-7, además de numerosos fusiles de asalto FAL, M16 y AK-47, subfusiles, pistolas y revólveres.
El juez que tiene el caso adelantó que se ha conformado un equipo multidisciplinario de trabajo con la DGI, Banco Central, la Secretaría Antilavado para analizar el perfil financiero de esta persona si participaba como director o apoderado de Sociedades Anónimas o si figuraba en la DGI, estableció Díaz.
Según informó este martes el diario El Observador, Feldman ocultaba lingotes y 60 monedas de oro que se encontraban en la casa abandonada de Aires Puros donde se encontraron la mayor cantidad de armas. Se presume que algunas de esas armas podrían haber sido robadas hace un tiempo ya al Ejército Nacional. El magistrado agregó que se trata de una investigación de carácter reactivo, distinta a las habituales, porque “partimos de un hecho y desde ese hacho hacia atrás (…)Acá partimos de un hecho del cual no teníamos ninguna información, y de ahí hacia atrás a colectar información y ver hasta dónde podemos llegar”, declaró.