La Fundación José Batlle y Ordóñez convoca a una conferencia titulada “Reflexiones para las reformas republicanas del futuro”. El evento es abierto a todo público.
La mesa redonda se desarrollará en el Palacio Legislativo, antesala de la cámara de Diputados, el martes 29 de setiembre a las 19.00 horas. El ingreso previsto al Palacio Legislativo será por la puerta de Gral. Flores.
Los ponentes, cientistas sociales republicanos, serán el Lic. (Ciencia Política) Eduardo Alonso (maestrando), el Magister (Lic. Ciencia Pol., Magíster en Administración de Empresas) Ernesto Castellano, el Magister (C. Pol.) Pablo Ney Ferreira (doctorando) y el Prof. (Historia) Víctor Rodríguez Otheguy (maestrando C. Pol.).
Las palabras preliminares estarán a cargo del Presidente de la Fundación José Batlle y Ordóñez, Magister Roberto Domínguez. Las palabras finales las pronunciará el Prof. Manuel Flores Silva, Directivo de la Fundación Batlle y Ordóñez.
La Fundación José Batlle y Ordóñez es una institución independiente de todo partido que agrupa ciudadanos de sensibilidad batllista que interpretan el pasado, el presente y el futuro desde una perspectiva republicana radical y socialdemócrata. Institución abierta y tolerante a todos los ciudadanos con vocación republicana y socialdemócrata.
La renovación de la propuesta republicana se concibe como un enriquecimiento institucional imprescindible del país de modo que los ciudadanos obtengan reales derechos políticos, civiles y sociales de los que hoy carecen. Del verdadero equilibrio y control de los poderes públicos surgen las garantías ciudadanas, pero todo ello precisa una ingeniería republicana concreta –de la que el país fue un día abanderado- en que el Uruguay está ahora muy atrasado. La superación del rezago republicano en el país debe contar además de los tres poderes clásicos -Judicial, Legislativo y Ejecutivo, todos necesariamente reformulados- con los poderes públicos emergentes como un mejor poder de contralor de cuentas, institución cada vez mas fuerte en el mundo, con un poder regulatorio poderosísimo como en el mundo desarrollado y en el nuevo paradigma de las relaciones Estado-mercado, con los poderes garantistas comunes en todo el orbe como el Defensor del Pueblo, verdaderas juntas anticorrupción, organismos fiscalizadores de las finanzas de los partidos o del acceso a la información pública, el poder fiscal autónomo, etc.. La república es un sistema de pesos y contrapesos que garantiza que el poder –público o privado, legal o ilegal- no se desborde en perjuicio de los ciudadanos. La fiscalización del poder y de la rendición de cuentas de las gestiones públicas es otra tarea en la que el país se haya rezagado. Todos campos en que la modernidad, además, le ha dado un papel a la sociedad civil organizada, sin violentar el monopolio de la representación política de los ciudadanos que ostentan los partidos políticos. La transparencia pública, la deliberación de ciudadanos son derechos reales que el país conoció cuando fue “un pequeño país modelo” y que hoy no rigen cabalmente y están en realidad fuera de la agenda de los partidos y de la actual campaña electoral.