En este caso, compartimos el punto de vista del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) en referencia a la situación de la juventud uruguaya.
“Nuestra sociedad uruguaya muchas veces oscila entre una idealización mítica del ser joven, vinculados a ideales de transformación social y cambio, ha una visión muy negativa del adolescente delincuente o el joven vago sin perspectivas.
Pero cuales son las realidades que viven los jóvenes uruguayos, nos realizaremos algunas preguntas que nos orienten a la reflexión. ¿Cuáles son las dificultades de los jóvenes uruguayos? ¿Qué lugar les da la sociedad? ¿Que aportes positivos están realizando en la sociedad?
Jóvenes que ni trabaja ni estudia.
Las constantes dificultades para trabajos y educación de calidad siguen siendo una realidad para los jóvenes uruguayos. El aumento de la taza de desempleo entre los más jóvenes que buscan trabajo es preocupante, la cual triplica a la adulta llegando al 22% entre aquellos que tienen de 15 a 25 años.
Aunque nuestro país sigue teniendo educación gratuita en todos sus niveles, la desigualdad del acceso por sector socioeconómico es significativa. En el tercil más bajo del sector socioeconómico, el 5,4% de los que tiene entre 25 y 29 años tiene educación terciaría incompleta o completa, mientras que a misma edad del tercil socioeconómico alto tienen 7 veces más acceso a educación del nivel terciario.
Por otro lado esto sabemos que el 23% de los jóvenes entre 18 y 24 años, no estudian ni trabajan, por lo que vemos como esta falta y desigualdad de oportunidades impacta a los jóvenes de menos recursos económicos.
Jóvenes sin lugar para ser.
En este contexto socioeconómico que vienen sobre llevando los jóvenes uruguayos, en este último tiempo se ha acentuado una constante “criminalización de la adolescencia y la juventud”. ¿Que significa esto? Especialmente en los medios de comunicación masiva y en los discursos de algunos políticos, se esta construyendo una imagen extremadamente negativa del ser adolescente, “el infanto juvenil”, “el menor delincuente”, “bajar la edad de imputabilidad penal”, “la mano dura” y el “guri chorro”. Son algunas de las frases que resuenan en los informativos de televisión abierta y en los discursos de algunos políticos. Pocos se han acordado este año de los 20 años de la Convención de los Derechos de niños/as y adolescentes y sus compromisos aprobados por el parlamento en estas materias. En el mismo sentido la mayoría de los informativos, están creando una imagen exageradamente negativa, asociando todo el tiempo la juventud y la delincuencia y pocas veces haciéndose eco de los aportes positivos de los jóvenes en la sociedad.
Jóvenes que hacen, proponen y crean.
Los aportes de los jóvenes uruguayos en la sociedad, muchas veces pasan casi de forma inadvertida, en los medios y en el imaginario social. A modo de ejemplos ilustrativos, solo voy a mencionar aquellos que me son más cercanos y en los cuales participamos como Iglesia o desde la Pastoral Juvenil del CLAI en Uruguay, creyendo como Pablo le dijo a Timoteo “Que nadie te menosprecie por ser joven, sino más bien se ejemplo haciendo el bien…” Timoteo 4:12.
Una expresión de articulación y acción juvenil muy significativa en la actualidad es la Red Uruguaya de Voluntariado Juvenil, la cual se reúne mensualmente, organizando instancias de capacitación, busca dar visibilidad pública al trabajo juvenil y organiza el día del voluntariado juvenil en cual se involucran a 3 mil jóvenes de todo el país en un día de servicio en conjunto.
Durante este año también se esta trabajando desde la pastoral juvenil del CLAI, bajo el lema «construyendo equidad, viviendo en amor», motivados bajo esta consigna de construcción de justicia y amor a Dios y al prójimo. Hemos desarrollado talleres y encuentros en Montevideo y Colonia durante Agosto y Septiembre; en el mes de octubre también en Salto y Maldonado.
Un gran desafío es la elaboración del “Plan Nacional de la juventud”, al cual fuimos convocados por el Instituto Nacional de la Juventud a participar durante más de un año, junto a diversas organizaciones juveniles de la sociedad civil. Para lo cual nos reunimos a discutir sobre las políticas que el Estado realiza hacia los jóvenes en el país, realizando propuestas que forman parte de un documento que entregaremos al presidente y diversas autoridades del gobierno a finales de Setiembre.
Otro grato ejemplo es la campaña de sensibilización contra el maltrato de niños/as y adolescentes, “Un trato por el Buentrato” del Programa CLAVES de Juventud Para Cristo(JPC). En la cual participan unas 100 organizaciones y grupos de juveniles, que salen durante una semana a vacunar simbólicamente con un caramelo, la “antipeganica”, generando el compromiso de buen trato hacia niños/as y adolescentes, de parte de unos 100 mil adultos”.
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