En este caso compartimos la información que nos hizo llegar el lunes 6 de julio «Un Techo para mi País», reflexionando en profundidad ante el reciente y trágico incendio en una vivienda de un asentamiento».
Incontables veces buscamos recordarle a la población las cifras que hablan del Uruguay en situación de emergencia. Más de 63.000 familias viven en asentamientos, que en total suman 566 en todo el territorio nacional. Pero los números, por más impactantes que resulten, difícilmente hacen justicia a lo que revela la realidad.
En la madrugada del domingo 5 de julio, trágicamente, la realidad volvió a imponerse en el asentamiento 24 de Enero (Durán e Instrucciones). Un incendio en una vivienda del lugar terminó con tres hermanos muertos, y sus padres y un cuarto hermano internados. Un Techo para mi País siente la obligación y la necesidad de expresar que este hecho no puede y no debe quedar en el olvido. Son estos sucesos los que hacen patente la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran las familias que viven en los asentamientos. Vulnerabilidad que va más allá de la clásica referencia a las «dificultades de acceso a los servicios básicos», sino que incluye peligros de muerte cotidianos a los que deben acostumbrarse por vivir en situación de pobreza.
Esta pobreza conduce a improvisar conexiones eléctricas que carecen de cualquier medida de seguridad, con cables pelados que se unen con bolsas de nylon, cinta adhesiva o retazos de tela. Esta pobreza conduce a que ante las bajas temperaturas que se registran actualmente, la opción sea dejar la estufa encendida toda la noche, porque si esto último es un riesgo, en una vivienda precaria el frío también lo es.
La lista de escenas semejantes podría continuar, pero estas líneas no pretenden ser un mero anecdotario sino una exhortación a la acción. Porque tragedias como las del asentamiento 24 de Enero hablan de algo más que una emergencia, hablan de una verdadera urgencia nacional. Dejemos de hablar de cifras para hablar de personas y tal vez así encontremos la convicción necesaria para creer que no puede ser que en los próximos días la vida de más de 63.000 familias corran peligro por el sólo hecho de vivir en un asentamiento.
Un Techo para mi País – Uruguay.
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