El precandidato frenteamplista Danilo Astori publicó hoy (martes 2 de junio) su habitual columna semanal en la página http://www.astoripresidente.org.uy .
En ella destaca la importancia de lograr que la gente comprenda que la política y las decisiones de gobierno la afectan directamente.
«En una elección siempre hay un tema dominante -agrega-. En el 2004 estaba la necesidad impostergable de cambiar, de afrontar el fracaso y la crisis con un gobierno de izquierda, un gobierno progresista. Hoy el tema central es que no retrocedamos, que no venga un malón de la derecha a eliminar las conquistas sociales, a cambiar las prioridades y los instrumentos de la política económica y a restaurar el poder tradicional, el poder del fracaso».
Al final de la columna, en un espacio destinado a presentar propuestas, destaca algunas de las 30 Medidas de Gobierno presentadas el pasado miércoles en el cine Plaza, que refieren a la participación de los usuarios en la reforma del estado.
«No creo que esto sea una presidencia ‘correcta’ y menos una forma desde la ‘derecha’ de entrarle a la economía, como se plantea en un reportaje -comenta-. Sólo los que le tenemos confianza a la gente le damos este tipo de protagonismo a los ciudadanos».
Prensa Comando.
Astori Presidente.
Columna /8
Aunque parezca mentira, aquí entre estas cuatro paredes, con acceso limitado a la información – no tengo televisión, ni Internet – me estoy entusiasmando cada día más con la campaña electoral. Tengo algunas ventajas.
Desde aquí la política y muchas otras cosas de la vida asumen otra dimensión, se ven de otra manera, más terrenal, menos volátil, menos veleidosa. Llegado el momento todos somos iguales. Y hay algo que tengo bien claro, más claro, si la gente -no la de las estadísticas o las encuestas- sino la que tiene nombre, apellido, problemas y sueños concretos, no ve a la política relacionada en forma directa y concreta con su vida, perdemos todos. Pierde la democracia, la política y pierden los ciudadanos.
Cuando el poder, los sillones de gobernar se separan de la gente, o lo que es casi lo mismo, la gente tiene la sensación de que están separados y que bajan a su territorio sólo antes de las elecciones, es un grave peligro para la democracia y para la calidad de nuestras libertades. Esa es una enseñanza muy importante de estos cuatro años de estar en el gobierno.
Esto no hay que declararlo, no es discurso, hay que vivirlo, hay que sentirlo. Y yo siento que estuve demasiado tiempo cumpliendo con mi deber de ministro, trabajando para que la economía fuera parte esencial de este gobierno progresista, le diera sustento y continuidad a sus políticas sociales, culturales de salud, pero estuve poco recorriendo el país, hablando con la gente. No para hacer propaganda, sino latiendo con ustedes, dialogando, escuchando, aprendiendo e informando.
Hice varias campañas electorales en mi vida, como candidato a vicepresidente por el FA, a senador, a ministro de economía… pero esto es otra cosa, uno siente todo el peso de la mayor responsabilidad, la de conducir el estado, de cumplir con las cosas que se compromete, de dar continuidad a lo mucho y bien que hizo este gobierno, pero sobre todo a cambiar más, de afrontar nuestras lentitudes y nuestros errores y la necesidad permanente de reclamarnos más y mejores cambios.
También leí las especulaciones sobre mi salud. Trataron de ocultármelas para que no me amargara, para que no viera hasta que niveles de ferocidad puede bajar cierta forma de hacer política, cierta desesperación por reconquistar el poder. Porque eso es lo que está en juego.
En una elección siempre hay un tema dominante. En el 2004 estaba la necesidad impostergable de cambiar, de afrontar el fracaso y la crisis con un gobierno de izquierda, un gobierno progresista. Hoy el tema central es que no retrocedamos, que no venga un malón de la derecha a eliminar las conquistas sociales, a cambiar las prioridades y los instrumentos de la política económica y a restaurar el poder tradicional, el poder del fracaso.
Faltan cuatro semanas para las elecciones y creo que en este plazo los uruguayos tenemos que hacernos algunas preguntas fundamentales, desde la razón, desde el corazón, desde nuestros sueños y expectativas. Yo voy a salir a dar la pelea apenas posible y mi tarea será dar mis respuestas a esas preguntas que considero fundamentales para el destino del país y de la izquierda uruguaya. En eso concentraré mis esfuerzo, porque esa es la mejor manera de cerrarle el camino a la restauración de derecha, que implica el retorno del gobierno del Dr. Lacalle.
Las últimas encuestas, las de la semana pasada muestran algunos datos realmente preocupantes. Abundaré en otras columnas. Insisto en que el mayor peligro que afrontamos hoy es el retorno desde la derecha más clara y definida de los partidos tradicionales al gobierno.
Como me propuse hacer una propuesta en cada una estas columnas y de acuerdo a lo que venía planteando sobre la participación de la gente y en particular sobre la necesidad de que la gente sienta que es parte del proyecto de cambio, no sólo votando (que es fundamental) sino aportando, opinando, criticando y queriendo a su gobierno, voy a tomar una de las treinta medidas que elaboraron los equipos político-técnicos y que es parte de mi entusiasmo.
En el capitulo «IV. UN ESTADO MÁS EFICIENTE AL SERVICIO DE LA GENTE, se afirma: En el segundo gobierno del Frente Amplio profundizaremos la reforma de la gestión estatal y desarrollaremos la descentralización política -para lo cual resulta decisivo el protagonismo de los gobiernos departamentales- consolidando por esta vía la participación ciudadana en el ejercicio práctico y cotidiano de la democracia»
Y en el punto 27 concretamente se plantea «Simplificar trámites con control ciudadano»
«Impulsaremos una iniciativa para identificar propuestas provenientes de los propios usuarios, que impliquen simplificar procesos y procedimientos realizados por dependencias del Estado, con el propósito de mejorar la atención de los usuarios y reducir tiempos y costos de tramitación. El gobierno se comprometerá a implementar los cambios necesarios de acuerdo a un cronograma acordado con los promotores de cada propuesta. El cumplimiento de los compromisos asumidos en cada uno de estos proyectos será supervisado por un Defensor del Pueblo.»
Considero que es una forma concreta de que la reforma del Estado surja desde la sociedad, con el protagonismo de la gente y con el control de la gente. No podemos empantanarnos en una eterna negociación, deben ser los ciudadanos, los que aportan sus impuestos y su trabajo los que definan prioridades en la relación entre el Estado y la gente.
No creo que esto sea una presidencia «correcta» y menos una forma desde la «derecha» de entrarle a la economía, como se plantea en un reportaje. Sólo los que le tenemos confianza a la gente le damos este tipo de protagonismo a los ciudadanos. De eso hablaré en extenso y en profundidad, son cosas demasiado importantes.
El otro aspecto fundamental para que el pueblo frenteamplista participe en el próximo gobierno progresista es la revitalización del propio Frente Amplio, la democratización de todas sus estructuras, de sus formas de comunicación permanente. Sin un Frente Amplio lleno de gente, con entusiasmo y participando, no serán posibles los nuevos impulsos al cambio.
Un Frente Amplio efectivamente sin dueños, que mantenga las diversidades, los equilibrios, la pluralidad de su composición. Esa es la mejor garantía de su unidad. Esa es otra pregunta que debemos formularnos los frenteamplistas hacia junio.
Yo seguiré leyendo, escuchando y escribiendo y sobre todo esperando incorporarme a la brevedad a ese gran esfuerzo que están haciendo mis compañeros.
Últimos Comentarios