El nuevo director de la dirección general de Vinculación y Asuntos Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores, Carlos Flanagan, cumplió un mes en la gestión. En entrevista con LA REPUBLICA, habló de la «patria peregrina» y reclamó la instalación de un Fondo de Promoción Cultural en el «Departamento 20».
Así lo consigna el diario La República bajo la firma de Daniela Fassanello el lunes 27 de abril.
Operación Celeste. Hasta la fecha se han hecho 11 operativos para gestionar la cédula de identidad en el exterior.
Flanagan dijo que apostará a la comunicación de «primera mano y de ida y vuelta con los Consejos Consultivos» y que junto a las asociaciones en el exterior y los servicios diplomáticos son «tres socios» que «tienen una gran área en común, que es la promoción de Uruguay y mejorar la situación de los compatriotas en el exterior».
Hace un mes que se encuentra al frente de la dirección general de Asuntos Consulares y de Vinculación. ¿Cómo lo encuentra?
En primer lugar es todo un desafío porque es unas de las direcciones generales más grandes que hay en cancillería. Son cuarenta funcionarios y tiene dos áreas bien definidas: la más antigua, que abarca todo el tema de pasaporte, visas, documentación, a la cual se suma toda el área nueva de la Vinculación, que surgió en el 2005 con la creación de los Consejos Consultivos y con el Departamento 20.
¿Qué vinculación tenía usted con esta área antes?
Indirectamente estaba vinculado ya que ejercí durante cuatro años la dirección general para Asuntos Culturales. Si bien esa dirección promueve la cultura uruguaya hacia el exterior, no se trabaja con la patria peregrina; en esa área, el segmento de mercado es presentar la cultura uruguaya a los franceses, no a los uruguayos en Francia, por ejemplo.
En esos momentos yo decía que tarde o temprano el Departamento 20 debería contar con un Fondo de Promoción Cultural, tal cual lo tiene la dirección de Asuntos Culturales. Ese es un reclamo totalmente justificado, ya que necesitan de elementos culturales como forma de identidad y no es un tema de nostalgia de los uruguayos, sino que hay que partir de la base de que esas familias ya tienen hijos y hasta nietos que ya no son uruguayos, o son de nacimiento uruguayo, y se han criado la mayor parte de su vida en otro país. Hoy no contamos con ese fondo en el Departamento 20 y yo espero que a partir de la ley de presupuesto de 2010 se lo establezca.
Usted ya tuvo oportunidad de tener contacto con los uruguayos que residen en el exterior a través del encuentro mundial de los Consejos Consultivos que se llevó a cabo en Montevideo hace dos semanas. ¿Qué evaluación hace teniendo en cuenta su reciente asunción en el área?
Fue curioso. Mi primera apreciación del fenómeno era primero tener que asumir en el cargo y a los diez días hábiles tener que participar en el tercer encuentro mundial, al principio me pareció un riesgo muy grande y algo que podía operar en contra, pero a los pocos días me di cuenta de que era todo lo contrario, era lo mejor que me podía pasar porque era tenerlos en una instancia a todos juntos.
De lo contrario, yo tendría que haber hecho un largo peregrinaje por toda Europa, Australia y otros países y hubiera sido muy oneroso de mi parte y tampoco hubiera tenido las riquezas que tuvo el encuentro de estar con todos y entre todos intercambiar opiniones. Fue una suerte haber tenido el tercer encuentro al inicio de la gestión.
¿Cuales fueron los reclamos más fuertes que escuchó en el encuentro?
Fundamentalmente el tema de la comunicación. Es ahí donde nosotros hicimos hincapié en el discurso inaugural. La apuesta de mi gestión estará dirigida a rescatar y a potenciar una comunicación de primera mano y de ida y vuelta con los Consejos Consultivos. Cambiar radicalmente el sistema, ya no será la circular que va a los consulados y después lo retrasmiten al Consejo. De ahora en más, la comunicación va a ser directa con los Consejos Consultivos con copia a los consulados.
¿Incluso uno de los problemas denunciados en el encuentro fue la ausencia de comunicación que tienen algunos consulados con los Consejos?
El tema de la construcción de una política de Estado siempre lleva trabajo y tiempo y, como toda construcción, en las primeras hiladas se ve la mano del albañil. Después de que está consolidado, más allá de quien esté desempeñando la función hay una línea trazada, hay procedimientos claros y ya no influyó tanto quién la está ejerciendo.
En estos momentos que estamos en la construcción de esa política de Estado, la impronta personal es importante. Ese reclamo es lógico. Hay lugares donde los funcionarios comprendieron el nuevo rol de un cónsul y eso implica una tarea de cooperación, de información fluida y de ser socios estratégicos en esa construcción de política de Estado.
No es gente que nos viene a golpear la ventanilla para pedir cosas, sino que son aliados para atender los problemas que tienen en sus lugares de residencia, pero también para promover al país.
¿Cómo deben ser vistos?
Los uruguayos en el exterior deben ser vistos como aliados en la trasmisión de lo que es Uruguay, en definitiva exportar esa grifa país de la cual hablamos.
El tema de la vinculación tiene tres actores y todos estamos en el mismo bote. Por un lado están las viejas asociaciones de residentes uruguayos, clubes sociales, deportivos, etc., muchas de larga data, con treinta, cuarenta años; el segundo actor son los Consejos Consultivos y, por último, las misiones diplomáticas de nuestro país. Estas tres esferas de acción son como los anillos de la bandera olímpica, en la que hay tres círculos que tienen una parte secante, pero a su vez la mayor parte de cada uno de ellos es autónoma. La parte en común que tenemos, es la información.
¿Eso no estaba claro para ninguna de las tres partes?
No, no estaba claro. Muchas de las organizaciones primarias pensaban que con los Consejos perdían autonomía e iban a quedar sumidos en ellos; entonces, la primera actitud que se tuvo con respecto a la instauración de los Consejos Consultivos fue de desconfianza, y era lógico, porque no se explicó bien.
A su vez, muchos de los integrantes de los Consejos pensaron que iban a ser los fiscales de los consulados. Lo cual era totalmente equivocado. Y a su vez los consulados tienen un rol independiente que cumplir y no tienen injerencia en ser los certificadores del funcionamiento democrático de las organizaciones. Nadie compite con nadie, somos tres socios que tenemos una gran tarea en común que es la promoción de Uruguay y mejorar la situación de los compatriotas en el exterior.
¿La población uruguaya entiende qué son y para qué fueron creados los Consejos?
No. En absoluto. Yo creo que tenemos que dar un gran salto en el tema cultural. Los Consejos vinieron para quedarse, no es un acto de voluntarismo del gobierno, sino que la realidad del mundo marca que el fenómeno de la migración es un signo de los tiempos, y no es un tema de Uruguay, ni de los países sudamericanos, ni del tercer mundo; hoy grandes contingentes humanos están continuamente atravesando las fronteras por las causas más variadas: culturales, económicas, religiosas, políticas y hasta de estudio. Entonces si asumimos ese fenómeno como tal, un Estado, un gobierno debe tomar seriamente el tema y empezar por elaborar una política de Estado que no es coyuntural. Pero, si hablamos de política estatal, tenemos que hablar de todos los ministerios y ahí es donde viene el tema del gran cambio cultural que tenemos que hacer.
¿La ciudadanía confunde Consejos Consultivos con voto epistolar?
Bueno, creo que no están claro ni los Consejos Consultivos, ni el voto. En realidad el voto epistolar cobró notoriedad durante la semana del encuentro porque además hubo una feliz coincidencia de que se trató en la Asamblea General durante esa semana y, un poco el hecho de que en las barras estuviéramos los que participamos del debate, le dio otra nota, de lo contrario iba a pasar sin pena ni gloria.
Digámoslo claramente: éramos los únicos que estábamos en las barras y eso fue un buen indicador de que lo que se estaba discutiendo en la Asamblea General no era del conocimiento de la población.
Entonces si hoy se hiciera una encuesta de cuál es la postura que tiene la gente con respecto al voto epistolar, yo creo que el «no sabe, no contesta» gana fácilmente.
¿Cómo se ayudará al uruguayo que quiera retornar al país?
Hay una propuesta en el rubro vivienda que se va a estar llevando adelante a través de una experiencia piloto y que contemplará la situación de los compatriotas que tienen planificado volver al país pero que no tienen dinero para adquirir una propiedad.
Se va a trabajar con una cooperativa de ayuda mutua mixta que estará conformada por un grupo de diez familias que quieran retornar y no tienen por qué estar viviendo en el mismo lugar y, diez familias que vivan en nuestro país y necesiten una vivienda.
La idea es que en un período de tres años las viviendas puedan estar construidas. Los trámites de los residentes en el exterior deberán ser realizados por las familias que viven acá ante el Ministerio de Vivienda.
Esa planificación también ayudará a los compañeros a planificarse el retorno. Sabrán que en un período determinado van a tener la casa y el retorno se vuelve más palpable.
¿Otra preocupación es el seguro de salud, mayormente en las personas mayores de edad?
Hay preocupación sobre este tema y el Ministerio de Salud Pública (MSP) se comprometió a elaborar una propuesta sobre todo, con los mayores de sesenta años, que retornan y evidentemente van a enfrentarse a los mismos problemas de cualquier habitante del Uruguay, que tiene dificultades de afiliarse a una mutualista cuando tiene más de sesenta años.
¿Cuáles han sido los logros del Operativo Celeste?
-En principio el operativo ha comenzado en la región, en el Mercosur por un tema de cercanía y no es casual que haya comenzado por Argentina, ya que es el país que tiene más uruguayos radicados e indocumentados.
El Operativo Celeste implica el traslado de alrededor de doce funcionarios de la dirección de Identificación Civil del Ministerio del Interior junto con un funcionario de la Cancillería; en el caso de Argentina, se desembarca en el Consulado en Buenos Aires y allí acuden los compatriotas indocumentados a gestionar su cédula de identidad de la misma forma que se realiza en nuestro país. En total se han hecho 11 operativos. El gran problema que tenemos son los costos y justamente el compatriota representante del Consejo Consultivo de Estados Unidos nos planteó la importancia que tendrá un desembarco similar en Nueva York.
En Estados Unidos, el documento de identidad es de suma importancia. Lo usan para todo y hay mucha cantidad de uruguayos que ya no lo tienen o lo tienen vencido.
¿Habría posibilidad de llevar el Operativo Celeste hacia Estados Unidos?
Ojalá, pero es un tema de costos y en un momento de reducción de costos habrá que afilar mucho el lápiz. Hasta ahora los operativos celestes corren por cuenta de la cancillería.
¿Es «caro» para el país implementar este tipo de políticas?
Yo diría que es una inversión y tienen un gasto y creo que deben asumirse a conciencia, hay que hacerlas. Estamos solucionando un tema de los ciudadanos uruguayos y ese es nuestro deber. Si decimos vamos a empezar a eliminar el afuera y el adentro, el ciudadano que vive en el exterior tiene los mismos derechos esté donde esté, tiene derecho a estar documentado y estar amparado por los organismos del Estado que la brindan. Entonces, de alguna manera, el Estado tendrá que solucionar este tema.
¿Cual es la solución? ¿Mayor presupuesto?
Hoy está todo centralizado en la Dirección Nacional de Identiciación Civil, que depende del Ministerio del Interior; hay países donde los consulados tienen la potestad de emitir documentos de identidad y esa es una posibilidad, la otra es mantenerlo centralizado. Habrá que evaluar desde el punto de vista institucional y presupuestario qué es lo más adecuado. Ahora es un tema en el debe de la discusión interinstitucional en el Consejo de Ministros.
El retorno con auto: en 8 meses, 227 solicitudes
A través de la última Ley de Emigración, aprobada por el Parlamento uruguayo el año pasado con votos de todos los partidos políticos, el Estado permite a quienes quieran retornan al país traer sus pertenencias y automóvil sin la necesidad de pagar impuestos. La ley expresa que todo uruguayo con más de dos años de residencia en el exterior, que decida volver al país, podrá ingresar libre de impuesto y gravámenes sus pertenencias personales y profesionales y, por única vez, un vehículo, el cual no podrá transferirlo por cuatro años.
El trámite debe iniciarse en el país de residencia y desde agosto de 2008 mes que comenzó a regir la nueva ley hasta 2 de abril de 2009 hay 227 expedientes ingresados. De ese total, 102 fueron realizados en España, 82 en Estados Unidos, 17 en la región (Mercosur) y 26 en otros países.
De los 227 expedientes que solicitan el retorno y que incluyen el ingreso con autos fueron aprobados 172 y 55 están en trámite.
Remesas: convenios más baratos
La «patria peregrina» está compuesta por más de 500.000 uruguayos que han conformado 40 Consejos Consultivos instalados en más de 15 países y más de 130 asociaciones uruguayas establecidas a lo largo de todo el mundo.
El director general para Asuntos Consulares y Vinculación, Carlos Flanagan, informó a LA REPUBLICA sobre las operaciones que nuestro país realiza para beneficiar a los uruguayos residentes en el exterior. Destacó el convenio entre el Correo de Uruguay con los estatales de Chile y España por el cual se realizan las remesas a un 40% menos que con empresas de envío privadas. En la medida que esta experiencia piloto resulte exitosa, se pretende ampliarla a nuevos países.
Fuente: Diario La República. http://www.larepublica.com.uy
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