La crisis económica mundial llega a todos los estamentos sociales. El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo Luis Alberto Moreno, vaticinó que las remesas enviadas por los exiliados a sus países de origen caerán sensiblemente en este año y que los estándares de vida de muchas familias en Latinoamérica se verán deterioradas y que en virtud de ello se reforzará la necesidad de las redes de protección social.
A pesar del lúgubre pronóstico, el titular del BID destacó que los inmigrantes han demostrado ser «extremadamente capaces» a la hora de lidiar con la adversidad.
En ese sentido destacó que entre las estrategias de los emigrantes para salir adelante en materia económica han estado la de gastar menos en ellos mismos, trabajar más horas, tener varios trabajos, cambiar de sector o incluso recurrir a sus propios ahorros para seguir enviando dinero a los familiares que dejaron atrás.
Los autores del estudio señalan que los envíos de dinero son una herramienta muy importante en la reducción de la pobreza, ya que más del 60 por ciento de las mismas se utiliza para cubrir necesidades diarias tales como alimentos, vestimenta y alojamiento.
El resto del dinero se ahorra o se invierte en vivienda, pequeños negocios, salud o educación.
El análisis menciona también que dada la dificultad para encontrar trabajo en EE.UU. y Europa es probable que aquellos que consideran buscar trabajo en el extranjero lo hagan cerca de sus lugares de origen.
Eso reforzaría la tendencia hacia mayores remesas entrar regionales y reduciría la dependencia de los países que han sido tradicionalmente fuente de envíos de remesas.
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