En esta ocasión compartimos la Carta del ministro Daniel Martínez (Partido Socialista) entregada en la tarde del martes 3 de febrero en donde decide dar un paso al costado de su precandidatura presidencial en el Frente Amplio.
«Montevideo, 3 de febrero de 2008.
Queridas compañeras, queridos compañeros:
Lo primero que quiero decirles es que soy miembro de este Partido desde los 16 años y que me siento orgulloso de serlo.
Lo segundo es que creo que llevaré hasta mi muerte impregnadas en mis retinas y en mi corazón muchas cosas hermosas que me ha dado la vida, pero pocas como el Congreso del Partido Socialista en pleno, de pie, proclamando y ofreciendo mi nombre al Plenario Nacional del Frente Amplio, en el entendido que mi persona reunía las condiciones para lograr la búsqueda de un consenso en nuestra fuerza política.
Más recientemente, realizado el Congreso Zelmar Michelini, el haber sido promovido por un gran número de compañeras y compañeros independientes y no sólo de mi Partido como precandidato de nuestro Frente Amplio a las elecciones nacionales, es y será uno de los orgullos y reconocimientos personales más hermosos de mi vida.
Siempre pensé la alternativa de ser precandidato, en el marco de que la misma fuera un aporte a la unidad y a la profundización del proyecto político, tanto del Frente Amplio como de nuestro Partido Socialista.
Como organización comenzamos a discutir qué camino adoptar una vez salidos del Congreso del Frente Amplio, y como todos saben, surgieron dos posiciones. Ambas están basadas en lo que cada grupo de compañeras y compañeros entiende lo mejor para el partido y nuestra fuerza política. Ambas se respaldan en los mejores y más leales puntos de vista, y buscan nuevamente el triunfo del Frente en la primera vuelta para seguir el camino de transformación democrática y progresista de nuestro país.
Unas/os entienden que dada las actuales circunstancias de polarización, no hay espacio, ni tiempo para una tercera candidatura y que lo políticamente correcto es votar al compañero Astori. Otras/os entienden que una tercera opción le da un canal de expresión a muchas/os frenteamplistas, que no se sienten representados por ninguno de los dos candidatos, y por lo tanto suma al fortalecimiento del Frente Amplio.
Quiero recalcar la honestidad y compromiso con lo mejor para el Frente Amplio y el Partido Socialista que sustenta la posición de unas/os y otras/os.
Es sabido que yo trabajé para la concreción de una tercera opción.
Fue por eso que acordé con los compañeros Carámbula y Rubio, llevar a la discusión de nuestras organizaciones políticas la posibilidad de respaldar conjuntamente esa tercera opción.
Como saben, en esa coordinación insistí y acordamos con ambos compañeros, en que los pasos eran: primero discutir y decidir sobre si era positivo para el FA una tercera opción; segundo -de salir positivo- acordar una «identidad» en el énfasis programático de esa tercera opción, y en último lugar, como último paso, discutir cuál de nosotros era el candidato que más aportaba a esa tercera opción y por lo tanto al FA.
Esta era la forma de no caer en lo que muchos entendimos como un error, el discutir nombres antes que propuestas, como en el caso de los compañeros Mujica y Astori.
Todos sabemos como esa sucesión de pasos acordados no se dió, y que surgieron definiciones de sectores y compañeras y compañeros que Marcos debía ser el candidato.
No voy a juzgar a nadie, las cosas se dan o no se dan, incluso a veces cumplir lo acordado trasciende la voluntad de las personas. Cada uno tiene sus justas razones para tomar las decisiones que toma y hay que respetarlas, aunque puedan no compartirse y, creemos nosotros que dañaron la posibilidad de que la tercera opción saliera apoyada por todas las organizaciones mencionadas.
En resumen el escenario es: un Partido Socialista con dos posiciones antagónicas, a tal punto que mi candidatura parece ser un punto de confrontación en lugar de unidad, sin desmedro del reconocimiento, cariño y respeto que todas/os las y los compañeros han expresado a mi persona; y por otro lado, una «alianza» que de pique nomás, empezó «atravesada».
Con estos datos de la realidad, no puedo seguir adelante con mi candidatura.
Creo que el Frente Amplio y el Partido Socialista necesitan iniciar un profundo proceso de transformación, en que sostenidos en los sueños y la utopía, en la fortaleza ideológica y en la capacidad de gestión, alimentemos un frenteamplismo del siglo XXI, fiel a su origen histórico, con capacidad de seguir gestionando la transformación profunda de la realidad y del sistema, que tan brillantemente se comenzó a desarrollar en este primer gobierno.
Para eso se requiere compromiso, trabajo y aporte programático, así como también practicar una forma diferente de hacer política, que eche por tierra mezquindades y sectarismos que a veces surgen en nuestra en nuestra fuerza política.
Pero además el Frente Amplio y el país necesitan un Partido Socialista que trabaje generosa, unificada y creativamente como generador de ideas y propuestas.
No alcanza con aportar al gobierno un importantísimo número de cuadros, como lo hemos hecho.
Sino que tenemos que superar las luchas intestinas que nos han hecho tanto daño, y aportar a nuestro Frente Amplio una renovada capacidad de aporte ideológico, de iniciativas de gobierno y también, insisto, de una forma de hacer política que refleje la sociedad que queremos crear, sin caer en prácticas propias del sistema que queremos cambiar.
Esto implica ser cada día más fraternos y solidarios dentro de nuestro Partido y en el Frente Amplio, y redoblar el compromiso por el engrandecimiento de uno y de otro.
Valores, utopía, fortaleza ideológica, iniciativa, compromiso y capacidad de gestión. Esas son las pautas en las que a nivel político, y en lo personal, voy a concentrar mis esfuerzos, con la misma capacidad de soñar un mundo mejor que tenía cuando ingresé al Partido hace 35 años.
No me bajo de nada, pues en definitiva redoblo mi compromiso en la lucha por una sociedad más justa y solidaria.
Seguiré trabajando desde el Gobierno, y dónde el Frente Amplio y el Partido me lo indiquen.
Un abrazo fraterno y gracias por el afecto y apoyo que me han brindado».
Daniel Martínez.