Compartimos esta visión del departamento de Canelones desde Islas Canarias, España.
«Me ha sorprendido cómo se vive y se siente allí la canariedad, a pesar de la extensa información y referencias que ya poseía sobre el país hermano. La última, y de primera mano, a través de la delegación político-cultural uruguaya que nos visitó recientemente, entre los que figuraban la ministra de Educación y Cultura y los intendentes de Canelones, Rocha y Montevideo. Estamos hablando de un país de casi 180.000 km2 (Canarias, 7.500 km2) y unos 3,4 millones de habitantes (Canarias, 2,1 millones), situado en el hemisferio Sur, a unos ocho mil kilómetros de nuestro archipiélago (casi el doble que Venezuela) y con una baja densidad de población (19 habitantes por km2), que contrasta con la de Canarias (280 h/km2). Uruguay es inmensamente llano (la altura máxima es de 500 m), muy verde, rico en agua y con magníficas playas y un clima moderado, húmedo y templado. Además, la gente es amable y acogedora, con un carácter (seguramente heredado) muy parecido al nuestro. En definitiva, un país atractivo y con grandes posibilidades de futuro.
Nada más pisar tierra uruguaya, en Colonia de Sacramento, te llevas la gran sorpresa: la carretera que conduce a Montevideo está jalonada, a ambos lados y por espacio de varios kilómetros, de palmera canaria (Phoenix canariensis), que, por cierto, está extendida por gran parte de los países templados del mundo -en los que se adapta muy bien (igual que nosotros)- como elegante embajadora de Canarias. Tanto es así que, en la misma plaza de la Independencia de Montevideo, custodiando la estatua del prócer Artigas (que también tenía ascendencia canaria) y casi como única decoración arbórea, se yerguen numerosas palmeras canarias centenarias, posiblemente plantadas por nuestros paisanos fundadores de la ciudad. Uruguay es un país donde todavía se consume el gofio y las madres duermen a sus hijos pequeños con el arrorró.
Pues bien, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la historia moderna de la nación uruguaya hunde sus raíces en Canarias (ya sabemos que el país, antes de la conquista ibérica, estaba ocupado por diversas etnias indoamericanas entre las que destacaban los charrúas), pues no sólo fue la fundación de Montevideo, entre 1726 y 1729, con 50 familias canarias (unas 250 personas) y algunas otras de Buenos Aires, sino que durante décadas los canarios y sus descendientes ocuparon puestos relevantes en la administración (cabildo) de la incipiente ciudad (alcaldes, alguaciles mayores, regidores, procuradores, etc.), como José de Vera, José Fernández, Cristóbal de Herrera, Juan Camejo Soto, Isidro Pérez de Rojas, y tantos otros. Y así, «el 12 de marzo de 1727, cuando se hace el reparto de solares y se marcaron los ejidos y propios de la ciudad, los canarios representan más del 75% de sus habitantes» (L. Borges, 2007).
Pero, todo hay que decirlo, aquellas pobres familias fueron llevadas a Uruguay de mala manera y tuvieron que soportar un trato vejatorio y denigrante durante los meses que duró el viaje. Veamos lo que le dice el comerciante Francisco de Alzaybar (armador del barco) al capitán del mismo, Bernardo Zamorategui, con ocasión del primer transporte de familias canarias desde Tenerife a Montevideo, en 1726: «Desde Canarias a Buenos Aires (luego irían a Montevideo) no hay más pasajeros que el señor canónigo, a quien le darán bien y toda su asistencia, y el otro mocito que va recomendado del señor intendente no paga nada y sabrá cómo tratarle, y al cirujano darle el grado que le corresponde» (J. Agomar, J. González y J.M. Ramos, publicado en EL DÍA, 28-8-2004). Con lo cual queda patente que a estos señores lo único que les preocupaba era la carga que transportaban en régimen de exclusividad para las «provincias» castellanas del Río de La Plata: ropas, géneros, frutos, etc.). Todo ello en el contexto del obligatorio «tributo de sangre», mediante el cual, para poder transportar mercancías a América desde Canarias, era imprescindible llevar también «carga» humana. Por cada 100 toneladas de mercancías, 5 familias canarias. Y, por lo que se ve, esas 20 primeras familias pioneras que fundaron Montevideo fueron llevadas en la bodega del barco «Nuestra Señora de la Encina» como carga. Nos podemos imaginar el infierno de esa pobre gente en aquellas condiciones y durante travesías que se podían prolongar hasta tres meses. De esta manera, se dio el dramático caso, verídico, de que algún emigrante canario le llegó a cambiar una camisa a un tripulante español por una simple ración de agua.
Ese era el trato que se nos dio a los canarios (la burguesía españolizada era la única que se libraba) durante siglos. Se nos utilizó, desde la conquista del Archipiélago, como carne de cañón en las correrías por el África vecina y más tarde en la conquista y «repoblación» de América. Pues no debemos olvidar que muchos pueblos y ciudades de Estados Unidos (Texas, Luisiana, Florida), Colombia, Cuba (en el siglo XIX, más de la mitad de la población blanca era de origen canario), República Dominicana, Puerto Rico, Venezuela? y, cómo no, Uruguay, fueron fundadas por canarios.
En este último país, como decía al comienzo, se respira canariedad. No en vano, todo un departamento (el equivalente a una provincia) como es el caso de Canelones, ahora se denomina oficialmente Comuna Canaria. Allí son frecuentes los apellidos canarios de origen normando: Betancourt, Umpiérrez, Berriel, Perdomo y tantos otros, como Cabrera, Curbelo, Cardoso, Clavijo, Coello, Chaves, Delgado, Marrero, Melo, Rivero, Viera, Yanes? procedentes de una gran oleada inmigratoria que partió fundamentalmente de Lanzarote y Fuerteventura, entre 1835 y 1850 (alrededor de 8.000 personas) que contribuyeron a «canarizar» aún más aquel bello país hermano del cono Sur americano.
Por todo ello, el conocimiento de estos hechos, posiblemente desconocidos para muchos, debe ser motivo de orgullo para nuestro pueblo, ya que a pesar de las condiciones infrahumanas, en la mayoría de las veces, en las que tantos hombres y mujeres canarios nos vimos obligados a emigrar, supimos dejar una estela o impronta de gente de bien, humilde, trabajadora, honesta y emprendedora, que hace suyo el país al que llega y que no olvida sus orígenes. Ahí tenemos el ejemplo de Canelones».
Fuente: FRANCISCO GARCÍA-TALAVERA CASAÑAS.
http://www.eldia.es/2008-12-27/internacional/internacional7.htm
Hola;
Estoy viendo un reportaje muy interesante de los Canarios en Uruguay, especialmente en Canelones.
Me gustaría tener mas información y ruego páginas web .
Gracias
Estimado Francisco: la verdad es que da gusto leer tus líneas, que demuestran conocimiento, investigación e interés. Me alegra que alguien se tome el verdadero tiempo para tomar conocimiento de una realidad en otro país y ser respetuoso con la información que genera, ya que «del otro lado» hay personas, seres humanos con sus sueños, ilusiones, costumbres y nada menos que su identidad.
Ojalá, todos se tomaran mayor tiempo para construir estos vínculos tan agradables y no invertir horas en menospreciar y menoscabar a otros. El mundo es uno, no hay primero ni tercero, gira para todos por igual. Ayer llegaron a «mis pagos» desde «tus tierras», hoy muchos optan por hacer el camino inverso, con las mismas necesidades u otras, con iguales sueños y esperanzas. En ambos casos, han sido mal y bien tratados, quizás sea la historia eterna del ser humano independientemente del momento histórico.
Te envío un abrazo en la distancia, y estoy de acuerdo en que compartimos más cosas que las que nos desunen, aunque no te negaré que no me gusta la palabra Iberoamérica para referirse a América (jajaja).
Bueno, abrazo a la distancia y arriba «Las Canarias».
Interesante el artículo si no fuera por un poco de política que al autor se le detecta, pero bueno, respeto le tengo sin mayor sobresalto, que espero tenga con los demás… Ya conocía de los muchos Tinerfeños y canarios en general que arribaron a esa hermosa tierra y fundaron ciudades como Montevideo, españoles todos que embarcaron en pequeños navios para pasar tiempo en el mar, dejanto su tierra allá, hasta donde la vista les permitía, pero que de corazón no olvidarían… Es bello el sentir como tantas cosas se recuerda por esa gente que un día arribó a este hermoso lugar, y se apegaron y echaron raíces como esas palmeras canarias que majestuosas se erigen por el lugar…
Un abrazo desde Tenerife (ESPAÑA)
Cuando leo este mas reniego del país que nos coloniza independencia para Canarias ya!!
Soy charrua a muerte, pero canarias es mi segunda patria, me recibieron muy bien, me ayudaron a adaptarme, Son solidarios, buena gente, me gusta compartir uruguay con los canarios, mi corazon es celeste, pero canarias es excepcional…. Saludos
Desciendo de los primeros pobladores canarios de montevideo y de los que vinieron de Buenos Aires me siento orgulloso de haberle dado a mi pasi 5 hijos para seguir poblandondolo como el legado de mis antepasados me dejaron.-
Equivocado está Fernando, porque hasta el siglo XVIII a los canarios se los inscribía, por parte de la aristocracia española y criolla, en los libros de «mulatos, zambos, negros y gente de servicio» de la Venezuela colonial, además de no poder estudiar en las Universidades como Sevilla los descendientes de indígenas isleños. En toda América Latina jamás se considero como español al canario, sino más bien como un criollo, un ultramarino diferenciado al europeo. La historia y los documentos están ahí, así que es totalmente ilógico decir «españoles todos», cuando los isleños no eran considerados así, sino meros súbditos de la corona pertenecientes a una provincia ultramarina y con condición de colonia. Cualquiera que lo desee puede argumentar contra este postulado, porque documentos e información hay de sobra acerca de los inmensos desprecios y racismo existente en la época colonial hacia el isleño, por parte de las elites españolas. Por otro lado, absoluto y total aprecio por un país tan hermoso y lleno de impronta canaria, como es Uruguay, con el que tantos vínculos nos unen.
Un abrazo desde La Palma/Fuerteventura (CANARIAS)
Hola Canarios de todo el mundo!! Mi apellido Curbelo, oriundo de Lanzarote, me marca como un descendiente de aquellos canarios que se embarcaron a la aventura en el siglo XIX y llegaron a esta tierra uruguaya tan hermosa. No puedo más que dar las gracias por haber nacido en Uruguay. Abrazos a todos!!