Este jueves 27 de noviembre de 2008 se cumplieron 25 años del acto realizado a los pies del Obelisco a los Constituyentes de 1830. Aquél domingo de noviembre a las 17.30, alrededor de 400 mil personas se volcaron masivamente en una expresión pública y política en torno al lema «Un Uruguay sin exlusiones».
En el estrado se encontraban varias figuras de la vida política del país: Lilí Lerena de Seregni, Elisa Delle Piane de Michelini, Alba Roballo, Juan Pablo Terra, José D’Elía, Hugo Batalla, Luis Pérez Aguirre, Carlos Julio Pereyra, Jorge Batlle, Julio María Sanguinetti, Danilo Astori, José Luis Veiga, Gonzalo Aguirre, Juan Pivel Devoto, Juan Vicente Chiarino., Amilcar Vasconcellos, Luis Hierro Gambardella, Silvia Ferreira, Manuel Flores Silva,.Juan José Crottogini, Víctor Licandro, Adolfo Aguirre González, Humberto Ciganda, Federico Slinger, Ope Pasquet, Jorge Sapelli, Luis Bernardo Pozzolo, Jorge Silveira Zabala, Daniel Sosa Dias, Carlos Rodríguez Labruna, Américo Paz Aguirre, Julio Daverede, Fernando Oliú, José Pedro Cardoso, Helios Sarthou, Hector Lorenzo Ríos, Carlos Baraibar,. Américo Plá Rodríguez, Alberto Zumarán, Enrique Tarigo, Romeo Pérez, Luis Mardones, Pablo García Pintos, Antonio Marchesano, Uruguay Tournee´,Carlos Gómez Haedo, Tomás Brena, Mario Cayota, Carminillo Mederos, Mitil Ferreira, Eladio Fernández Menéndez, Roberto Asiaín, Sergio Previtale, Wilfredo Penco, Juan Martín Posadas, Guillermo Chifflet, Alembert Vaz, Dardo Ortiz, Guillermo García Costa, entre otros.
La proclama del acto que fue leída por el primer actor de la Comedia Nacional, Alberto Candeau, señaló el «compromiso irrenunciable, tras una década de represión y oscurantismo, de restituír a la nación su dignidad».
«Hemos venido a afirmar todos juntos y solemnemente nuestro compromiso irrenunciable, tras una década de regresión y de oscurantismo, de restituir a la nación su dignidad, al país su prestigio, a la Constitución su intangibilidad, a los Partidos políticos su papel insustituible que sólo emana de las urnas, a los gobernados su derecho a elegirlos, a cada ciudadano su condición de elector y elegible, a cada hogar su tranquilidad económica y a cada uruguayo su derecho a ganar el pan con el sudor de su frente».
En el interior del país, por ejemplo en Paysandú, 11.000 personas se reunían en la Explanada de la Plaza Artigas, donde se entonó el Himno y se leyeron adhesiones de sectores políticos, sindicales y comerciales. En tanto, en la Plaza Artigas de Salto, más de 20.000 personas asistían al encuentro democrático.
Tres días después del acto multitudinario, la Dirección Nacional de Relaciones Públicas (DINARP), publicaba en la página 3 del nº 177 de la publicación «Carta del Uruguay», que enviaba a los uruguayos en el exterior, una breve nota sobre el acto del 27 de noviembre. Aquella nota contaba que el acto del Obelisco había sido «debidamente autorizado por los poderes públicos» y «organizado por los Partidos Nacional, Colorado y Unión Cívica».
El 1º de diciembre, al otro día de la nota que publicara la DINARP, el entonces Presidente de facto, Tte. Gral. Gregorio Álvarez, dirigiéndose a la población en cadena nacional de radio y televisión, calificaba a la proclama de «mentirosa e insultante», mientras aseguraba que las Fuerzas Armadas «jamás pretendieron ni buscaron entronizarse en el poder». Ese día, la ciudadanía realizó un caceroleo y apagón, en rechazo a las palabras del dictador.
En ese mismo mensaje, Alvarez aludía al acto como «un cambalache», queriendo simplificar a la presencia conjunta de dirigentes de varios sectores políticos como un «entrevero» de personalidades.
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