Se lo consideraba el hogar de más alta seguridad y hacía un año y medio que no conocía episodios violentos. Sin embargo, los roces entre los funcionarios y los menores recluidos precipitaron un motín en el Hogar Piedras que se extendió por casi 27 horas, informó el diario Últimas Noticias en su edición del 17 de octubre de 2008. El martes hubo un intento de revuelta con la quema de algunos colchones, hecho que pudo ser controlado y el fuego, extinguido. Pero pasado el mediodía del miércoles, alrededor de las 13.30 h, el intento se repitió, sólo que esta vez nadie pudo detenerlo. Hubo dos brotes de violencia y recién a las 16 h de ayer la situación estuvo completamente bajo control. Según relataron a Ultimas Noticias miembros de la mesa sindical de la Colonia Berro, dos jóvenes que regresaban del baño eran conducidos a su pieza por una funcionaria cuando uno de ellos sacó un arma de corte carcelario y la amenazó apuntándole al cuello. “Porque sos mujer no te voy a hacer nada, pero salí de acá”, le dijo el chico. La funcionaria obedeció y bajó las escaleras -las habitaciones de los jóvenes están en la planta alta- y fue hacia la drección del hogar a contar lo que pasaba. Los jóvenes recluidos comenzaron a romper los candados de las dos puertas de seguridad del área de las habitaciones y a tomar distintos sectores. La drectora del hogar, Inés Bustero, y el coordinador general, acompañados de algunos funcionarios, subieron a dialogar con los menores y a pedirles que se entregaran. “Los muchachos no querían hablar; sólo decían que el hogar era de ellos”, dijo a Ultimas Noticias Claudia Montenegro, secretaria del sindicato de empleados de la Colonia Berro. De los 30 adolescentes que viven en el centro de reclusión, 28 se plegaron al motín, mientras dos se resistieron y por esto fueron agredidos por sus compañeros. Sufrieron algunos cortes en la boca y hemorragias nasales. Los jóvenes destruyeron muebles, rompieron una computadora y televisores, destrozaron la loza de los baños de los funcionarios, prendieron fuego varios colchones y frazadas e incendiaron la oficina de administración. El personal de la Berro decidió entonces retirarse hacia el patio exterior, sin salir del perímetro de la Colonia. Los menores continuaron con los destrozos y, tras romper los candados y acceder a la planta baja del edificio, salieron al exterior. Accedieron a un galpón donde se guardan herramientas, las tomaron y con ellas picaron todas las puertas. Asimismo, tiraban palos y piedras hacia donde estaban los funcionarios, quienes finalmente optaron por retirarse fuera del área perimetral del hogar, hacia la calle. A las 14 el hogar estaba tomado, al grito de: “Lo vamos a romper. No queremos estar acá, porque esto está de menos”. Hubo ocho menores que intentaron fugarse por la parte posterior del hogar: cinco fueron capturados por la Policía que custodia diariamente el predio y los otros tres, una hora más tarde (a las 17), en pleno campo. Según las autoridades del Inau, en total se escaparon 11 menores, aunque el gremio de funcionarios mencionó 18 fugas. Un equipo de tres personas que colaboran con el padre Mateo, responsable del Instituto de Rehabilitación Juvenil (Interj) del Inau, se hizo presente en el lugar. Se procuró el diálogo con los jóvenes a través del tejido que rodea el predio del Hogar Piedras. A las 18 h la situación estaba bajo control y los menores decidieron entregarse. Ingresó entonces el equipo de contención, integrado por funcionarios de la Colonia Berro, quienes realizaron una requisa con apoyo de la guardia policial perimetral y personal del equipo del padre Mateo; eran 11 personas en total. Montenegro y otro miembro del sindicato de funcionarios de la Berro informaron a sus compañeros que las circunstancias estaban dadas para reingresar al hogar. Sin embargo, minutos después se escucharon nuevamente ruidos al interior del edificio. Según informó Montenegro, los tres adolescentes recapturados en última instancia habían quedado vagando por el edificio, a diferencia de los otros, que permanecían encerrados. Los funcionarios se negaron a ingresar alegando “falta de medidas de seguridad”. Fuentes cercanas al equipo del padre Mateo señalaron, en cambio, que el personal de la Berro se negaba a acceder a dar la cena que los menores reclamaban. El hecho desató un nuevo rebrote de violencia cerca de las 20 horas, que recién pudo ser sofocado a las 3 de la madrugada, con intervención del Grupo Especial de Operaciones (GEO), aunque sin aplicación de fuerza física. Finalmente los 16 jóvenes que permanecían en el Piedras (12 según el gremio de funcionarios) se entregaron. Según declaró Andrés Tomasina, secretario del Padre Mateo, en la tarde de ayer, tras un examen médico, los adolescentes fueron trasladados a la Comisaría de Menores, a la espera de su redistribución en otros hogares. Mientras, se procurará reparar los daños en el Piedras. Autoridades del Inau vigilan pero no intervienen El equipo del padre Mateo Méndez, apoyado por la GEO, se encargó en forma exclusiva de desactivar el motín en el hogar Piedras. En tanto, se informó que el presidente del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (Inau), Víctor Giorgi, se encuentra en el exterior y regresa el domingo. La presidenta interina, Cristina Álvarez, y el drector Jorge Ferrando, monitorearon minuto a minuto la situación, mediante contactos telefónicos con el equipo del Interj. Según informó Álvarez, el hogar Piedras quedó inhabilitado por las roturas y se evalúa en cuánto tiempo se lo podrá reconstruir para reingresar a los menores, así como determinar qué hogares están en condiciones de recibir nuevos internos. Se procurará que esta tarea demande «el menor tiempo posible», señaló Ferrando. Desde el Inau se indicó que todos los hogares de la Colonia Berro tienen exceso de internos. En el caso del Piedras, viven 30 menores, cuando las condiciones del establecimiento admiten un máximo de 20. El hogar es atendido por 29 funcionarios, sin contar a las autoridades. Dos motines en dos meses El motín en el hogar Piedras de la Colonia Berro es el segundo que se produce en los dos meses de gestión del padre Mateo Méndez, quien asumió la jerarquía del Interj el pasado 15 de agosto. El anterior se produjo el 27 de agosto en el hogar Ser. Duró seis horas y los menores capturaron como rehenes a dos funcionarios del centro de reclusión, que no lograron escapar a tiempo. A diferencia del episodio que culminara ayer, en el primer motín los menores reclamaban mejores condiciones de alojamiento. Los recluidos en el Piedras, en cambio,”no hicieron ningún reclamo puntual”, según los funcionarios y autoridades de Inau. El punto en común es que en ambos casos se cumplió con la norma de trabajo del padre Mateo de no agredir físicamente a los menores para reducirlos. Problemas gremiales

Según fuentes cercanas al padre Mateo Méndez, el motín ocurrido entre el miércoles y ayer coincidió “curiosamente” con las elecciones internas en el sindicato de funcionarios de la Colonia Berro. Existen luchas de poderes entre las tres listas que integran el gremio. Si bien los funcionarios reclaman la falta de medidas de seguridad para poder desempeñar su tarea, el equipo que trabaja con Méndez ha recibido denuncias de los menores por maltratos que, sin embargo, no han podido ser comprobados. “Existe un tire y afloje entre los chicos y el personal”, indicó a Ultimas Noticias una fuente cercana al equipo del Interj. Los gremialistas dicen que las autoridades “no hacen nada” y que ellos “hacen lo que pueden”.

Fuente: Diario Últimas Noticias. http://www.ultimasnoticias.com.uy