En la ENIA (Estrategia Nacional para Infancia y Adolescencia) se debate sobre sustentabilidad demográfica, en base a un documento que plantea una visión posible de país. La iniciativa, de carácter gubernamental, busca proyectar objetivos nacionales con políticas activas que trasciendan lo coyuntural. El esfuerzo se fundamenta en la factiblidad de lograr políticas de población y cumplimiento de compromisos internacionales. En el marco de las orientaciones planteadas por el Plan de Equidad, la construcción de la ENIA 2010-2030 (Estrategia Nacional para la Infancia y la Adolescencia) es un esfuerzo para pensar políticas nacionales para infancia y adolescencia a mediano y largo plazo, según se consignó el 3 de setiembre de 2008.La ENIA, es necesaria para proyectar objetivos nacionales centrados en la atención de la infancia y adolescencia, planteando a la vez lineamientos estratégicos que permitan orientar el diseño y formulación de las políticas que trasciendan lo coyuntural. Este proceso constituye además, un paso fundamental del país para cumplir con los compromisos internacionales asumidos por el Poder Ejecutivo.Se trata de una iniciativa del Gobierno Nacional, a través del Comité de Coordinación Estratégica de Infancia y Adolescencia, integrado por todos los organismos del Poder Ejecutivo, Entes autónomos y servicios descentralizados que entienden en materia de política del sector. La primea instancia de debate en el marco de la ENIA 2010- 2030, fue lanzada el pasado 19 de agosto, sobre sustentabilidad demográfica. En esta oportunidad, representantes de instituciones y organismos del Estado -entre los que se encuentran organismos del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, ANEP, INAU, ASSE, LATU, partidos políticos, organismos internacionales, gremios y asociaciones profesionales, sector empresarial, universidades, institutos universitarios y centros de investigación, organizaciones de la sociedad civil, religiosas y rurales-, debatieron sobre Sustentabilidad Demográfica, en torno a un documento base, creado por el demógrafo Juan José Calvo.El documento, ha sido elaborado como uno de los insumos claves para el proceso de discusión que guiará la construcción de la Estrategia Nacional para la Infancia y la Adolescencia.El demógrafo Juan José Calvo, sostuvo que en el mismo se presenta una visión posible de país desde el punto de vista demográfico y poblacional, con una serie de preguntas, con respuestas tentativas que se plantean en muchos ámbitos políticos, empresariales, académicos y sindicales. ¿Es necesario incentivar el crecimiento demográfico? ¿La población uruguaya va a extinguirse? ¿Debemos buscar reconstituir la estructura por edades de la población? ¿Hay que fomentar el regreso y vinculación de los uruguayos en el exterior? ¿Se debe promover el retorno al medio rural? Son éstas algunas de las interrogantes que plantea el demógrafo Juan Calvo en este documento.Hablar sobre sustentabilidad demográfica en el contexto nacional e internacional, es moneda corriente. Detenerse a pensar en la situación demográfica que plantea el Uruguay contemporáneo no parece serlo tanto. Según Calvo, en nuestro país, las políticas de población «estuvieron tradicionalmente ausentes en las gestiones de los gobiernos de turno». Sin embargo, reconoce el esfuerzo autónomo de la Universidad de la República en abordar este tema, que presenta deficiencias en la producción de datos e investigación. Para el demógrafo, Uruguay atraviesa la fase avanzada de la transición demográfica tradicional. En 1950, Uruguay era el único país de la región cuyos niveles de natalidad y mortalidad se habían estabilizado en valores bajos. Por tanto, la población avanzó hacia el envejecimiento. Este proceso continúa ocurriendo y acentuándose. También la emigración internacional «se ha tornado, dolorosamente, en una sangría permanente de personas, mayoritariamente jóvenes con preciadísimos recursos, según Calvo. Los expertos sostienen que Uruguay avanza hacia lo que se conoce como «segunda transición demográfica», que involucra el aumento en número de divorcios; la caída de la nupcialidad y de los nacimientos dentro de las uniones legales; los cambios en la formación y disolución de las parejas; la diversificación de los arreglos familiares, y la caída de la fecundidad por debajo del nivel de reemplazo. Estas tendencias que se observan en Uruguay, son reflejos adaptados a nuestro contexto, de tendencias mundiales. En el mundo, las niñas y los niños (de O a 14 años) representan el 28% del total de la población, y se estima que para el año 2010 serán 1.859 millones, disminuyendo a 1.824 en el año 2050, cuando representarán el20% de la población mundial. Para el año 2030, se proyecta que la población latinoamericana y caribeña alcanzará los 715 millones. De cada 1.000 latinoamericanos, 13 eran uruguayos en 1950. Según aclara el demógrafo en su documento, hoy la relación descendió a 5.6 y continuará descendiendo. Luego del planteo propuesto por Calvo, el proceso de construcción de la Estrategia Nacional para la Infancia y la Adolescencia 2010-2030 es un ejercicio prospectivo y propone un espacio privilegiado para discutir esta temática, que no siempre está acompañada de análisis y expresiones razonables, según el demógrafo. En este sentido, destaca la muy incorrecta conclusión de pensar que estamos frente a una población «en extinción» por el hecho de que la tasa de fecundidad se haya situado por debajo del reemplazo. La población uruguaya no se va a extinguir, sí -con seguridad, en el futuro- se modificará sensiblemente respecto a lo que hoy estamos acostumbrados a ver» agregó Calvo. En un trabajo reciente, Adela Pellegrino y Juan José Calvo, sostienen que: «El futuro está en construcción y es posible tener políticas de población activas». Es decir, la idea se basa en principios que sostienen que lo relevante no es intentar el crecimiento poblacional, sino alcanzar metas cualitativas como la equidad, creatividad, capacidad de incorporar innovaciones, calidad, diversidad y el cosmopolitismo. Calvo plantea dos escenarios posibles desde el punto de vista poblacional en relación a Uruguay.El primero, refleja lo esperable de un país que no modifique sustancialmente su matriz productiva y no implemente las bases políticas de población. Además, el demógrafo sostiene que la población se concentrará aún más sobre la franja costera, mientras que la segunda transición demográfica ya habrá operado, y la estructura de la familia se modificará profundamente.
El segundo escenario, considera lo que podría ocurrir si se compatibilizara la vida productiva del país, con la reproductiva y se implementaran políticas de población. En él se podría observar un crecimiento demográfico moderadamente positivo, la emigración es persistente pero el saldo migratorio podría ser revertido, dando paso a un flujo moderado de inmigrantes. Además, las personas jóvenes podrán residir tanto en áreas rurales como urbanas sin hipotecar por ello sus horizontes de oportunidades. Así, la distribución espacial de la población permitiría conservar los recursos naturales y el medio ambiente, respetando la capacidad de carga de los ecosistemas.
Fuente Contenido e Imagen: Presidencia de la República. http://www.presidencia.gub.uy
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