Durante la hora previa del Senado del pasado miércoles 10 de setiembre de 2008 el senador Gustavo Penadés (Herrerismo) alertó sobre las consecuencias para el comercio minoritario lo referente a la instalación de las grandes superficies comerciales.
PENADÉS.- Señor Presidente: en el día de hoy queremos manifestar nuestra preocupación por el funcionamiento bastante irregular de la Comisión creada por las leyes Nº 17.188 y Nº 17.657, que establecen normas relativas a los establecimientos comerciales de grandes superficies destinados a la venta de artículos alimenticios y de uso doméstico. Dicha Comisión, que está integrada por el Poder Ejecutivo, la Intendencia Municipal, un representante de los comerciantes y uno de los consumidores, ha venido funcionando en el ámbito del Ministerio de Economía y Finanzas y es la que tiene la última palabra en el otorgamiento del permiso para instalar grandes superficies, especialmente en el departamento de Montevideo.
Estamos enterados, señor Presidente, que dicha Comisión ya ha concedido una serie de permisos para el establecimiento de grandes superficies en distintos puntos del departamento de Montevideo: uno de ellos estaría ubicado en la zona de avenida Italia y Mataojo, otro a unas pocas cuadras y un tercero en San Quintín y avenida Agraciada. Sin duda que los referidos permisos tienen impacto en la pequeña y mediana industria y, fundamentalmente, en el pequeño comercio de Montevideo, y ello hace que hoy levantemos nuestra voz de preocupación en el Senado de la República para que se analice el tema con seriedad. No nos oponemos al progreso ni al establecimiento de estas grandes superficies, pero consideramos que el Poder Ejecutivo, la Intendencia Municipal de Montevideo y las agremiaciones privadas -fundamentalmente, los dos primeros- deberían trabajar en el sentido de preservar y estimular a los comercios que se ven impactados por el establecimiento de estos grandes centros comerciales.
En el pasado la experiencia ha demostrado que, en las zonas donde se instalan estos grandes centros comerciales, el impacto sobre los pequeños comercios es muy fuerte y la consecuencia es el cierre de muchos de esos emprendimientos. Recordemos que, en su mayoría, se trata de emprendimientos familiares, de gente que ya tiene una edad importante como para lograr reconvertirse y, a su vez, esa reconversión o las políticas de marketing que se necesitan para ello, no cuentan con el respaldo público para poder ser llevadas a cabo.
Por eso, sin perjuicio de los permisos otorgados y de los que, al parecer, se van a otorgar, hoy queremos poner de manifiesto nuestra preocupación por este tema, para que las autoridades públicas pongan especial énfasis en atender el impacto que estos grandes centros tienen sobre los pequeños y medianos comercios ya establecidos en los barrios -especialmente en el departamento de Montevideo-, que ven con alarma cómo esos emprendimientos afectan sus economías y, sobre todo, la viabilidad de sus comercios, distorsionándose también muchas veces los estilos de vida y las idiosincrasias barriales. Verdaderamente, creemos que este es un aspecto que el Gobierno Departamental también debería atender.
Reiteramos que no nos oponemos al progreso, pero tampoco creemos que puedan seguir estableciéndose, sin ton ni son, estos centros comerciales que impactan muchísimo sobre emprendimientos pequeños -lo reitero-, de carácter familiar, que existen desde hace bastante tiempo y constituyen, como ya he señalado, pequeñas y medianas fuentes de trabajo. Evidentemente, al verse afectados en una primera instancia despiden a sus funcionarios y empleados, reduciendo su personal; de esa manera, poco a poco se van achicando -por decirlo así- para, finalmente, desaparecer.
Por todo esto, creemos que la ley debería ser modificada ya que, ciertamente, tiene grandes falencias. En ese sentido, esperamos poder trabajar en el futuro de consuno con el Poder Ejecutivo, para elaborar una norma que conforme a todos, que no afecte el desarrollo ni las inversiones y que, a la vez, atienda el desarrollo y las inversiones de los pequeños y medianos comercios de nuestro país, especialmente de la capital.
Solicito que la versión taquigráfica de mis palabras sea enviada al Ministerio de Economía y Finanzas, al Congreso Nacional de Intendentes, a la Intendencia Municipal de Montevideo y demás Intendencias Municipales del país, a la Cámara Nacional de la Alimentación, a CAMBADU y a la Asociación de Quioscos, Salones y Subagentes de Quinielas del Uruguay.
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