Discurso del Presidente, Ermes Peyronel en el cierre de la sesión del órgano de conducción ampliado y Taller nacional de referentes realizado en San Antonio-Salto, el 10 de julio de 2008. “Una vez más, y al igual que en La Paloma, es con entera satisfacción que cerramos esta nueva sesión de Consejo de CNFR ampliado con referentes de entidades de base de la región. Los resultados de estos tres días de trabajo constituyen un fortalecimiento de nuestra CNFR, no sólo en su representatividad, sino también en el enriquecimiento de su capacidad de propuesta. Hemos continuado con nuestra estrategia de acompañamiento constructivo del proceso de Descentralización y hemos comprometido a las autoridades del MGAP y de los CADs a recorrer juntos ese camino hacia una verdadera DESCENTRALIZACIÓN PARTICIPATIVA, a la que todos debemos apostar, como camino idóneo para que los productores familiares hagamos llegar nuestras propuestas y exijamos que las mismas se contemplen por parte de las autoridades nacionales. Una vez más, hemos prestado una especial atención a un tema tan sentido para CNFR como lo es la Función Social de la Tierra, a partir de un racconto de lo que hemos venido pregonando insistentemente en todos y en cada uno de nuestros eventos y de la invalorable información que nos brindaron los investigadores de RAPAL. Lamentablemente, aún no hemos logrado sensibilizar a nuestras autoridades sobre la realidad que se está constatando con este irracional modelo productivo, que sólo favorece a la gran empresa concentradora en desmedro de los más débiles. El país sigue contemplando y hasta fomentando este modelo que solamente genera una gran renta para los grandes empresarios del monocultivo, que no sólo se están llevando los dólares que les genera esa brutal renta, sino que también se están llevando la capacidad productiva de nuestro suelo sin dejarnos nada a cambio. Como si esto fuera poco, nos hemos transformado en reducto protector de los grandes pooles de siembra argentinos, que hoy debaten con su gobierno ya que no quieren compartir su renta con la sociedad. Nos cuesta creer, que también los economistas de este gobierno sigan poniendo alfombra roja a este tipo de capitales, mientras no encuentran salidas para nuestros productores, que continúan compitiendo en condiciones absolutamente desiguales. Nuestros gobernantes no pueden seguir manejándose con las cifras frías de las toneladas exportadas sin tener en cuenta el costo social de las mismas. ¿Cómo se reparte y dónde se gasta esa brutal renta que están obteniendo esos capitales oportunistas que hoy esquilman nuestro suelo a cambio de nada y que cuando aparezcan otras oportunidades no tenemos dudas irán tras ellas y nos dejarán la tierra desgastada y sin gente? Hoy estamos ante un mundo ávido de alimentos. Desde la escuela nos enseñaron que nuestro país era esencialmente un productor de alimentos y cual triste paradoja, resulta que en los últimos tiempos no producimos ni siquiera lo suficiente para abastecer a nuestra población y tenemos que importar hasta los alimentos básicos. ¿Ese es el modelo de Uruguay Productivo que tanto pregonamos? ¿No habrá llegado la hora de que ante la gran oportunidad que ofrece la demanda insatisfecha de alimentos a nivel mundial, nuestras autoridades generen las condiciones adecuadas para poner en marcha con todo su potencial, esa máquina constituida por miles de familias rurales que aún permanecen en el campo dispuestas a salir adelante con ese objetivo? Hace unas décadas, el país identificó a la forestación como alternativa de futuro y no vaciló en subsidiar a empresas, -en muchos casos extranjeras-, en cifras que superan los 400 millones de dólares. Hoy ese subsidio se acrecienta con el esfuerzo que toda nuestra sociedad sigue haciendo, para mantener las rutas y caminos que día a día destrozan estos grandes capitales con el traslado de su producción. Hoy tenemos más que identificada la alternativa de la producción de alimentos en una coyuntura de gran demanda insatisfecha y a miles de familias en nuestro medio rural a la espera del impulso imprescindible para poner manos a la obra. ¿No será el momento de que generemos los recursos necesarios para darle ese impulso a ese tipo de empresas, que además de familiares son uruguayas y que están ansiosas por volver a producir esos alimentos, ya que es esa la única alternativa válida para sus integrantes? ¿No será el momento oportuno para que se exija a esas multinacionales que se nos llevan los dólares y la riqueza de nuestro suelo, que entreguen parte de esa monumental renta para crear un fondo, con la finalidad de apoyar a nuestra familia rural? Todos los días escuchamos hablar a las autoridades nacionales de “QUE PAGUEN MAS LOS QUE TIENEN MAS PARA AYUDAR A LOS QUE TIENEN MENOS”. ¿No será esta una buena forma de ser coherentes con esa consigna y además de poner en práctica de una buena vez las tan mentadas POLITICAS DIFERENCIADAS PARA LA AGRICULTURA FAMILIAR? ¿Habrá algún oriental que se oponga a que esos grandes capitales golondrinas y extranjeros, aporten parte de su colosal lucro para apoyar a nuestra familia rural que hoy sufre y sobrevive en el campo, con el objetivo de que ésta logre las condiciones requeridas de competitividad como para producir esos alimentos? Estamos seguros que la gran mayoría de nuestra sociedad encuentra como absolutamente lógico, justo y equitativo un planteo de esta naturaleza. Por lo tanto, señores gobernantes: ¿QUÉ ESTAMOS ESPERANDO? ¡¡¡POR FAVOR REACCIONEN!!! LAMENTABLEMENTE HOY YA ES TARDE PARA MUCHAS DE NUESTRAS FAMILIAS RURALES»…
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