Una pareja que vive en el Cerro fue enviada a prisión por someter a sus hijos a castigos brutales, como quemarles las manos con clavos calientes. Los padres confesaron los hechos y afirmaron que era su forma de «educar» a los pequeños.
Tres de los cinco hijos de la pareja fueron enviados al Pereira Rossell luego de que en la escuela del Cerro la maestra advirtiera severas lesiones en sus manos. Los pequeños explicaron que su padre los había quemado con un clavo al rojo vivo, porque los acusaba de haber robado dinero de su mesa de luz.
Hecha la denuncia y detenido el padre, éste confesó que además de quemarlos los golpeaba con su cinturón, porque «no sólo se robaron el dinero sino que también rompieron un mueble», informó el diario La República en su edición del 26 de agosto de 2007.
La madre de los niños, en tanto, se limitó a curar las heridas pero estaba de acuerdo con su esposo en los métodos utilizados. Ante el juez, la pareja aseguró que esa era «la base de una correcta educación», agrega el matutino.
Luis Rueda Martínez, de 30 años y antecedentes penales, fue enviado a prisión por cuatro delitos de lesiones personales en reiteración real. La madre, de iniciales CMRS y de 27 años, fue procesada por omisión de los deberes inherentes a la patria potestad.
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