Los uruguayos sobrevivientes de la tragedia de los Andes finalmente pudieron devolver el favor a su salvador, el arriero chileno Sergio Catalán, tras costearle la operación que precisaba para poder volver a caminar.
Catalán, de 79 años, sufre artrosis en su cadera derecha, dolencia que le impide caminar con normalidad y le imposibilita por completo una actividad que ha realizado durante todos los días de su vida: cabalgar.
El médico uruguayo Roberto Canessa, uno de los supervivientes de la proeza que inspiró la famosa película «Viven», ofreció su ayuda y la de otros de sus compañeros de la tragedia y se puso en contacto con el traumatólogo chileno Felipe Jugo.
Jugo explicó, en un comunicado, que pertenece a un club de rugby y que, cuando el avión de los jugadores uruguayos cayó en la cordillera andina, los estaba esperando en Santiago de Chile.
«Desde ahí se remonta mi relación con Roberto Canessa. Ellos me contactaron para ver si lo podíamos ayudar y acepté con gusto», afirmó el traumatólogo.
«Don Sergio colaboró en el rescate de mis amigos, por lo tanto creo que le debo devolver la mano ahora que él la necesita», añadió el médico.
La ayuda del chileno Sergio Catalán fue determinante para el rescate de los 16 sobrevivientes uruguayos del vuelo de la Fuerza Aérea Uruguaya 571, que se estrelló en los Andes el 13 de octubre de 1972.
Tras más de 2 meses sufriendo adversas condiciones ambientales y viéndose obligados a alimentarse de la carne de sus compañeros muertos, tres de los sobrevivientes -entre los cuales se encontraba Canessa- decidieron salir a buscar ayuda.
Diez días después encontraron a Sergio Catalán, quien cabalgó durante más de 10 horas hasta el retén de policía más próximo cuando los jóvenes le explicaron la situación.