La Asociación Mundial para la Familia y la Educación (AMFE), sección Uruguay, con motivo de la conmemoración del “Día Internacional de la Familia” emitió un pronunciamiento en el cual aboga porque se instrumenten las medidas integrales necesarias para que el Estado cumpla con el precepto constitucional de velar por la estabilidad moral y material de la Familia.
La Declaración fue en el marco de la Conferencia «La Familia: Fundamento de la Sociedad» que organizara en la ocasión, con la participación del rabino Mordejai Maarabi, el apóstol Jorge Márquez, el diácono Jorge Nivoa, y la profesora Sylvia Puentes de Oyenart, quienes expusieron cuatro visiones religiosas sobre el papel de la Familia en la Sociedad.
Textualmente, AMFE manifiesta:
“La Asamblea General de la ONU de diciembre de 2006, en el Preámbulo de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, estableció que la Familia es la unidad colectiva natural y fundamental de la sociedad, y tiene derecho a recibir protección de ésta y del Estado. En igual sentido así lo reconoce el Art. 40 de la Constitución Nacional.
La Familia, fundamento de la Sociedad, es el ámbito natural de desarrollo y formación del ser humano. Como tal, sólo puede estar basada en la unión de un hombre y una mujer, a través del matrimonio y abiertos a la transmisión de la vida.
Así como la Sociedad necesita de la Familia, el ser humano para lograr su plena capacidad a nivel afectivo, profesional, intelectual y laboral, y con ello convertirse en un ser útil para la sociedad, también necesita de la familia, y de la presencia y cariño de padre y madre, con sus diferentes características antropológicas que los complementan.
AMFE actúa en defensa de la familia, del derecho a la vida y de la libertad de los padres en la educación de sus hijos. Y consecuente con ello, es conciente de la necesidad de protección de la infancia y de los jóvenes, así como de la adopción e implementación de políticas que faciliten la insustituible tarea de padre y madre como principales educadores.
AMFE reconoce la importancia del irremplazable papel de la Familia para la felicidad de sus miembros, la paz y cohesión social, el desarrollo educativo y bienestar general, el crecimiento económico y la integración social.
AMFE reafirma la existencia de un solo tipo de familia. Otra unión que no se base en un hombre y una mujer, aún cuando se den lazos afectivos que no corresponde discriminar, nunca va a poder ser considerada la célula o el corazón de la sociedad. Solamente de la única y posible acepción de familia mencionada, proviene la vida humana y es, en consecuencia, a partir de ella que se pueden regenerar y revitalizar las sociedades.
AMFE constata una progresiva disminución de la fecundidad así como un paralelo envejecimiento de las poblaciones. Esto crea incertidumbre en el mantenimiento de los sistemas de bienestar, especialmente sobre el cuidado de los mayores y personas dependientes. En este contexto, la Familia es un elemento fundamental para la cohesión social de las diversas generaciones.
Por último, AMFE aboga porque se instrumenten las medidas integrales necesarias para que el Estado cumpla con el precepto constitucional de velar por la estabilidad moral y material de la Familia.
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