«Hay más presos porque hay más delito pero también porque se encierra más», afirmó el director de Prevención del Delito en Latinoamérica, de Naciones Unidas. Uruguay es uno de los países con más presos por habitante, según se aseguró.
El panorama regional, desde México a Argentina, es de un gran crecimiento de las tasas penitenciarias y de la situación de hacinamiento carcelario. En cuanto al crecimiento de la población penitenciaria, Uruguay es uno de los países que más ha crecido y que tiene tasas más altas en este momento», afirmó el Director del Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente, Elías Carranza.
El país que tiene tasas más altas de población carcelaria es Panamá (370 presos por 100 mil habitantes), seguido por Chile, Uruguay, Costa Rica y Brasil, todos con más de 200 presos cada 100 mil habitantes.
Carranza señaló la importancia de tener en cuenta que en los últimos 15 años las tasas se han duplicado «Hay más presos porque hay más delito y hay más gente, pero también porque se encierra más.»
Consultado sobre la lentitud de los procesos judiciales uruguayos Carranza respondió: «Hay una situación de un muy alto número de presos sin condena, hay que agilizar los procesos. El país que tiene las tasas más baja de presos sin condena es Costa Rica, con un 20%». Uruguay tiene un 60%.
Uno de los puntos en los que más hizo hincapié fue en la necesidad de establecer políticas sociales para combatir la situación de los presos, dado que, si bien no es la única causa, existe una «correlación matemática» entre el aumento de encarcelados y una incorrecta distribución de la riqueza: «Hay cosas que hay que hacer en materia de Justicia penal pero también hay que hacer cosas en materia de justicia social porque no es casualidad que desde México a Argentina haya una situación de crecimiento penitenciario tan acelerada como la que hay. Desde los años 80 a la actualidad los países han venido ampliando la brecha de la equidad en la distribución del ingreso. A medida que aumenta la inequidad en la distribución del ingreso aumentan los delitos de homicidio y contra la propiedad».
«En cualquier país del mundo, los que están en la cárcel son los que están peor. Eso es así en Suecia, Uruguay o Guatemala. Pero pensando en cárceles que son respetuosas de los derechos fundamentales de los presos y de los penitenciaristas, hay que pensar en los países nórdicos, también en Irlanda y Canadá. Dentro de América Latina en Costa Rica. Cuando uno busca modelos hay que tener mucho cuidado con el ejemplo del país del norte», destacó, señalando que los modelos no son extrapolables, a la vez que sólo los países nórdicos son ejemplos en Europa.